Parece que Rolls-Royce ha decidido sumarse al cambio y apostar por un futuro ecológico anunciando su salto a los carros eléctricos, aunque no directamente. Para abrir boca de lo que será la nueva aventura empresarial de la compañía, el medio británico Autocar ha revelado los primeros detalles del que podría ser su primer modelo, un diseño con tintes futuristas que mantiene los estándares de lujo y calidad a los que tiene acostumbrados a sus clientes.
Esta no es la primera vez se habla de coches eléctricos en la firma –los híbridos quedaron descartados en 2017–, pero sí es la que más proyección de futuro tiene. En 2011 presentaron un primer concepto de coche eléctrico sobre la base del Phantom, pero no fue hasta 2016 cuando presentaron en sociedad al 103EX, un modelo que equipaba dos motores eléctricos con 145 kW, cada uno, que se alimentaban con un paquete de baterías con una capacidad de 71 kwh. Aún siendo un prototipo más que aceptable acabó cayendo en el olvido.
Casi cinco años después, el medio británico Autocar ha hecho saltar las alarmas dando a conocer un prototipo Phantom a batería. Según informan, los vehículos eléctricos de Rolls-Royce se fabricarían con la misma plataforma eléctrica de los vehículos a batería iX e i7 de BMW. En cuanto al nombre que recibirá este nuevo modelo, el mismo medio ha informado que BMW, la empresa matriz de Rolls-Royce, registró el nombre Silent Shadow el pasado año.
Afirman, también, que han desarrollado diseños de tracción trasera y de cuatro ruedas junto con una batería de iones de litio que tiene una capacidad de más de 100 kWh para un rango de autonomía de, al menos, 500 kilómetros.
El lanzamiento de este vehículo queda muy lejano, pero lo que sí han asegurado desde la propia compañía es que a finales de este mismo año se ofrecerá toda la información al respecto del que será su primer vehículo eléctrico de lujo.
La versión eléctrica del Phantom, por Lunaz
Para los que no puedan esperar hasta ese momento, Lunaz tiene una exquisita alternativa. Esta compañía inglesa fundada por David Lorenz, que se dedica a electrificar y restaurar clásicos británicos de Jaguar o Bentley presentó, el pasado verano, su primera versión eléctrica de un Rolls-Royce, un Phantom V de 1961. En su fábrica de Silverstone se ha seguido un complejo proceso de desmontaje de dicho clásico para incorporar los últimos avances tecnológicos sin alterar su aspecto, como pueden ser conexiones multimedia, infoentretenimiento o asientos calefactables, además de incluir el nuevo tren eléctrico queproporcionará una autonomía de, aproximadamente, 480 kilómetros.
Lunaz ha transformado un total de 30 unidades de este modelo, 30 auténticas joyas destinadas solo a aquellos que ya cuenten con un vehículo eléctrico con su sello. Su precio es de 550.000 euros, ahí es nada.
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