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Barack Obama en su último discurso del Estado de la Unión

Sin nombrarlos, Barack Obama responde a Trump, Cruz y Rubio en su último discurso del Estado de la Unión


Barack Obama

Barack Obama eligió para su último Estado de la Unión un tono optimista de cara al futuro.
De forma velada y sin dar nombres, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, aprovechó su último discurso del Estado de la Unión frente al Congreso de su país para reaccionar a algunos de los comentarios que están definiendo la carrera de los precandidatos republicanos hacia la Casa Blanca.

No mencionó a Donald Trump, Ted Cruz o Marco Rubio pero no hizo falta. Hubo partes del discurso de este martes, el último de su presidencia, que estaban dirigidas hacia ellos.
Se dieron cuenta los medios y probablemente también los propios protagonistas.
¿Cuáles fueron las sutiles referencias de Obama a la retórica republicana?

Defensa de la diversidad

La más clara referencia al precandidato republicano Donald Trump estuvo relacionada con las encendidas declaraciones del magnate inmobiliario a lo largo de varios meses sobre los inmigrantes y los musulmanes.
Recordemos que Trump comenzó su campaña el pasado junio con comentarios ofensivos sobre los inmigrantes mexicanos en situación irregular, a los que se comprometió a deportar si llega a la presidencia.
Más recientemente, tras el tiroteo de San Bernardino, California, el pasado 2 de diciembre, Trump pidió que se prohíba la entrada de musulmanes a Estados Unidos al menos temporalmente.






Bernie Sanders

Obama fue claro: "Cuando los políticos insultan a los musulmanes, una mezquita es destrozada o un niño es intimidado, eso no nos hace más seguros. No es así, es simplemente incorrecto. Y traiciona quiénes somos como país".
El presidente estadounidense expresó su rotundo rechazo a cualquier política que ataque a las personas "por motivos de raza o religión".
"El mundo entero respeta a EE.UU. por su diversidad y apertura".

La amenaza de Estado Islámico

Pero no sólo Trump fue objeto de las críticas de Obama.
En relación a las medidas para hacer frente a la amenaza que supone el grupo extremista autodenominado Estado Islámico (EI), el presidente estadounidense criticó la retórica belicista que es característica de Trump -quien ha pedido que se mate a los militantes de EI y a sus familiares- pero también la de Ted Cruz.
Si bien admitió que EI, grupo que opera en Siria e Irak, supone un enorme peligro, Obama dijo que "no amenaza nuestra existencia nacional".


Joe Biden, vicepresidente de EE.UU.

"Nuestra respuesta debe ser algo más que retórica dura o llamados a bombardear masivamente a los civiles. Eso puede tener éxito como una cita que se oye en televisión pero no es aceptable en el escenario internacional", subrayó.
"Las declaraciones exageradas de que esto es la Tercera Guerra Mundial no hacen sino jugar a favor de los radicales", añadió.

La situación económica

También hubo espacio para contrarrestar el discurso de quienes consideran que la situación económica del país es muy negativa.
"Estados Unidos tiene la economía más fuerte y duradera en el mundo", afirmó.
"Cualquiera que diga que la economía de Estados Unidos está en declive está vendiendo ficción", sostuvo Obama en velada alusión al también precandidato republicano Marco Rubio, quien es muy crítico sobre el funcionamiento de la economía estadounidense.
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Objetivos de Obama para su último año:
  • Cerrar la prisión de Guantánamo
  • Lograr una reforma significativa de la justicia penal
  • Abordar el problema de la creciente adicción a las medicinas
  • Autorizar el uso de la fuerza militar contra Estado Islámico
  • Levantar el embargo sobre Cuba
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Clima de confrontación

Pero no todo fueron dardos contra los Republicanos.
El presidente Obama reconoció que el ambiente político está enrarecido y que la responsabilidad recae sobre todos.
"La democracia requiere lazos básicos de confianza entre los ciudadanos", manifestó y llamó a cambiar el tono de confrontación y reformar el sistema.


Donald Trump
"Si queremos una mejor política, no es suficiente con cambiar a un congresista, un senador o incluso al presidente, tenemos que cambiar el sistema para reflejar lo mejor de nosotros mismos".
"Es uno de los pocos pesares de mi presidencia: que el rencor y la desconfianza entre los partidos ha empeorado en lugar de mejorar".
Curiosamente, la gobernadora de Carolina del Sur, la republicana Nikki Haley, quien ofreció su discurso como respuesta a la intervención de Obama, también criticó veladamente la estrategia de Trump.
"Durante momentos de ansiedad, puede ser tentador seguir el canto de sirena de las voces más iracundas. Debemos resistir esa tentación", dijo Haley, sin nombrar a Trump.



El inusual discurso del Estado de la Unión con que Barack Obama intentó cimentar su legado







Barack Obama

Olvidémonos de la fanfarria, del ritual y de los anuncios. Hay que asumirlo: el último discurso que dio Barack Obama como presidente de Estados Unidos no fue el habitual banquete legislativo en el que se incluía de todo.
Pero es que no podía serlo.
Al presidente le queda menos de un año para terminar su gobierno, así que un menú de anuncios legislativos rico en proteínas hubiera sido una pérdida de tiempo: no tiene ni las horas ni los votos suficientes.
Esta ocasión fue el turno de los símbolos y los mensajes. "La historia la escriben los vencedores", dice Walter Benjamin, George Orwell o Winston Churchill, dependiendo a quién se la atribuyamos. Y como todo buen político, Barack Obama, trató de hacer historia con su último discurso del Estado de la Unión el martes.
Dejando de lado su habilidad verbal o la impetuosa elaboración del discurso que ha sido su sello oratorio, podría resumirlo como: "Esto era un pastel de estiércol cuando llegué, pero está bastante bien ahora".
Eso y que el tono fue optimista.



Congreso

"El futuro que queremos: oportunidades, seguridad para nuestras familias, una mejor calidad de vida y un planeta sustentable y pacífico para nuestros niños, todo eso está dentro de nuestro alcance".

Mensaje a Trump

Pero su mensaje también tuvo otra utilidad política.
De cara a las elecciones de noviembre, no hay que leer demasiado entre líneas para entender el subtexto: todo eso está dentro de nuestro alcance, siempre y cuando no cambiemos el curso. En otras palabras: no elijan a un republicano.
Y sobre lo que encontró al llegar a la Casa Blanca, Obama habló del espíritu de innovar y descubrir.
"Es ese espíritu el que ha hecho posible el progreso de estos siete años. Cómo reformamos nuestro sistema de salud y reinventamos nuestro sector energético, cómo protegimos mejor nuestras tropas y a nuestros veteranos y cómo aseguramos en cada estado la libertad para que cada uno se case con la persona que ama".



Donald Trump

Parte de su legado depende de que un demócrata siga en la Casa Blanca, pero si hay un republicano que definitivamente no quiere ver sentado en el Salón Oval, ese es el empresario multimillonarioDonald Trump.
A pesar de que no lo mencionó directamente, sí quedó claro a quien apuntaban sus palabras:
"Cuando los políticos insultan a los musulmanes, una mezquita es destrozada o un niño es intimidado, eso no nos hace más seguros. No es así, es simplemente incorrecto. Nos deja mal ante los ojos del mundo. Vuelve más difícil que alcancemos nuestras metas. Y traiciona quiénes somos como país".
Der hecho, el llamado a un tipo de diálogo distinto fue uno de los principales aspectos de su último discurso.

Política con altura de miras

Una de sus principales frustraciones como presidente ha sido la tóxica relación entre el Capitolio y la Casa Blanca.
También llamó a un discurso político más tolerante, abierto y respetuoso.
"La democracia requiere lazos de confianza entre los ciudadanos".
Ese objetivo probablemente esté en la lista de "lo que no se logró". Pero dijo que lo seguiría intentando.
Y entre los proyectos que está convencido que logrará sacar adelante en el poco tiempo que queda están: la reforma del sistema penal, combatir el abuso de medicamentos, formar más estudiantes para escribir en código de computador, la normalización de las relaciones con Cuba, un tratado comercial del Pacífico y la reforma migratoria.



Michelle Obama

Y, por supuesto, su proyecto estrella: progresar en la lucha contra el flagelo de la violencia por armas. Uno de los asientos en el palco de la primera dama fue simbólicamente dejada vacío en memoria de aquellos que han sido asesinados y cuya voz ya no puede alzarse.
Pero este no fue un discurso del Estado de la Unión que será recordado por su lista de promesas.
Este tuvo que ver con una visión sobre el Estados Unidos de los próximos cinco años, cuando Obama ya esté lejos, podando rosas y sacando la maleza de su jardín (¿por qué será que me cuesta imaginarme esa imagen?). Un discurso optimista, alentador, esperanzador.
Ganarse a cada uno de los congresistas con este discurso nunca habría sido posible.
No. El objetivo no es el Congreso, sino la gente. Al entrar al último trecho de su presidencia, las últimas encuestas sugieren que cerca de dos tercios de los estadounidenses piensan que EE.UU. va en la dirección incorrecta. Sólo 27% del país cree que lo están haciendo bien.
Si logra dar vuelta los números, su legado está asegurado. Si esos números no se revierten, entonces la historia no estará escrita por el presidente, sino por el veredicto "del pueblo".

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