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Protegete de la intoxicacíon alimentaria y alcohólica en estas fiestas


Una adecuada manipulación de los alimentos y la moderación al beber son dos de las claves para evitar las intoxicaciones alimentaria y alcohólica.
Santo Domingo
Diciembre es el mes del año donde más se come y se bebe, y por ende es el mes donde más casos de intoxicación alimentaria y alcohólica se reportan en los centros de salud. El gastroenterólogo Sidney Espinosa así lo afirma y añade que con un poco de mesura se podría evitar mucho malestar en estos días.
El especialista define la intoxicación alimentaria: “Son los síntomas que se manifiestan cuando se consume cualquier alimento, sólido o líquido, contaminado por virus, bacterias, parásitos o toxinas”.
Espinosa detalla que la contaminación de los alimentos es frecuente en las grandes cenas de Nochebuena y fin de año, porque, primero, se suele comprar comida en la calle, y, segundo, porque no hay una adecuada manipulación de los alimentos en el propio hogar.
“Es posible que los alimentos sean preparados por una persona que no se higienice las manos adecuadamente, o que los propios utensilios estén contaminados”, indica el médico. Añade que es frecuente picar carnes y vegetales crudos en la misma tabla y con el mismo cuchillo, lo cual es un grave error que tiene consecuencias.
También hay alimentos especialmente sensibles a contaminarse, como aquellos que llevan lácteos y mayonesa en su preparación.
La refrigeración inadecuada promueve que proliferen bacterias en los alimentos, por eso el “calentado” del día después debe hacerse adecuadamente.
((Alcohol
Ser responsables

En tiempos de fiesta no se trata de no beber, sino de hacerlo responsablemente. El gastroenterólogo Sidney Espinosa recomienda a las personas que gustan de tomar un trago ser comedidos.
Hay que saber que a la hora de consumir bebidas alcohólicas influyen factores como la rapidez con que se toma, la cantidad que se toma, el grado de alcohol de la bebida, si esta se consume sola o mezclada con otras bebidas y si previamente se ha ingerido alimento
La mesura es la clave
Si se consume un alimento contaminado, los síntomas gástricos no se harán esperar. El gastroenterólogo Sidney Espinosa informa que la persona va a experimentar náuseas, vómitos y diarreas profusas, fiebre, malestar general y dolor de cabeza.
“Estos síntomas van a aparecer entre 2 a 6 horas después de ingerir el alimento contaminado con algún virus, parásito, toxina o bacteria. Estas últimas son las que más frecuentemente aparecen, sobre todo la E.coli, el estafilococo o la shigella”, afirma el galeno.
Una intoxicación leve puede desaparecer espontáneamente en 24 horas. La persona afectada deberá consumir mucho líquido para rehidratarse, hacer dieta blanda y descansar. Pero ¿cuándo una intoxicación  amerita la intervención del médico?
Espinosa responde que cuando los vómitos pasan de las 12 horas y hay diarrea que se prolonga por más de cinco días es momento de acudir al centro de salud más cercano, pues puede que el paciente ya esté experimentando una deshidratación que no sea controlable a través de la ingesta de líquidos (el vómito no lo permite). En estos casos -dice Espinosa- hay que canalizar al paciente, es decir, ponerle suero.
“También hay que estar muy pendiente a una diarrea que se acompaña de fiebre de más de 38 grados o cuando en las deposiciones se observa sangre o pus”, explica el especialista en gastroenterología. Espinosa también manda a ser muy vigilante de la aparición de intoxicación alimentaria en niños o ancianos, así como los pacientes con patologías de base como pueden ser enfermedades renales, diabetes, pacientes inmunodeprimidos (sea porque tienen VIH, sida u otras enfermedades; por el consumo de algún medicamento o porque está recibiendo quimio o radioterapia). “Estos pacientes están en un riesgo mayor de complicaciones y deben ser atendidos por un especialista con urgencia”, indica el médico.
Las medidas preventivas
Es mucho más sencillo y barato prevenir una intoxicación alimentaria que tratarla. Sidney Espinosa recomienda mantener una adecuada higiene de los alimentos y una adecuada higiene de los utensilios y calderos al prepararlos. También hay que tener bien limpias las manos.
Si se va a comprar comida en la calle, trate de hacerlo en lugares confiables y procure informarse de cuándo fueron cocinados esos alimentos. Nunca está de más recalentar en el hogar a altas temperaturas para evitar la proliferación de bacterias.
El “calentado” del día después a todo el mundo le gusta, pero si no se hace adecuadamente puede ser peligroso. Primero Espinosa recomienda refrigerar la comida sobrante y calentarla a altas tempraturas al día siguiente en el horno. “También hay que evitar el ‘cuchareo’, que es cuando todo el mundo introduce una y otra vez una cuchara o cubierto en el envase de donde todos van a comer”, advierte.
BEBIDAS ALCOHÓLICAS
La intoxicación alcohólica

“La absorción del alcohol ocurre 80% en el intestino y 20% en el estómago. Ocurre un proceso llamado difusión simple en el que el alcohol pasa a través de la membrana gástrica a la sangre, proceso que toma entre 30 a 90 minutos”, detalla el gastroenterólogo Sidney Espinosa. Añade que parte del alcohol que se toma se elimina por el sudor, la respiración y la orina.
Los problemas con el exceso de su consumo comienzan cuando disminuye la glicemia de la persona, pues el hígado -que también participa en la metabolización del alcohol- convierte el glucógeno en glucosa y la persona tiene síntomas que indican que le ha ‘bajado el azúcar’.
“También hay una hormona llamada vasopresina que controla los líquidos en el organismo. Al tomar alcohol esta se inhibe y el cuerpo comienza a tomar líquido de las meninges, lo que explica por qué ocurre la famosa resaca que se presenta con un fuerte dolor de cabeza”, dice el médico.
Por qué algunas personas toleran el alcohol mejor que otras (o se emborrachan más lentamente) se debe a distintos factores. El primero es el alimento. Tomar alcohol con el estómago vacío hará que este se absorba más rápido. También influye el grado de alcohol de las bebidas, si está fría y si se acompaña de otras bebidas. “Las sustancias carbonatadas suelen absorberse más rápido”, señala.
Sus cuatro fases
Según informa el gastroenterólogo, la intoxicación alcohólica se divide en 4 estadios diferentes.
Primera fase o fase de euforia y excitación: Esta fase ocurre cuando la persona consume alcohol y alcanza los 0.5 gramos por litro de sangre. “Esta es la fase en la que hablas mucho, haces chistes, si eres tímido te desinhibes, te enamoras fácil y luces contento”, comenta Espinosa.
Segunda fase o fase hipnótica o de confusión: En esta fase la persona ha consumido suficiente alcohol para alcanzar los 2 gramos por litro de sangre. “En este momento ya la persona comienza a hablar ‘estropajoso’, aparece la disartria, que es la falta de coordinación de movimientos, hay náuseas y vómitos”, dice el médico. Añade que en esta etapa ocurre el 73% de los accidentes de tránsito.
Tercera fase o fase anestésica: Se consume bebida para alcanzar los 3 gramos de alcohol por litro de sangre. “La persona se muestra atontada, puede haber alteración de la consciencia, incontinencia, estupor y coma”, dice Espinosa.
Cuarta fase, fase bulbar o de muerte: Se toma para alcanzar los 5 gramos de alcohol por litro de sangre. “Ocurre parálisis cardiorrespiratoria y muerte”, advierte el galeno.
Espinosa indica que para metabolizar dos gramos de alcohol el cuerpo necesita 6 horas, por lo que excederse es una violencia contra el propio organismo. La idea es disfrutar de los días de fiesta y no tener consecuencias que lamentar.

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