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Por qué los carros eléctricos solo tienen una marcha en lugar de cinco

Una de las cosas que más sorprende a las personas que se pasan a un coche completamente eléctrico es la desaparición de la tradicional palanca de cambios.
En realidad no es que desaparezca la palanca. 
Lo que desaparece son todas las marchas de la transmisión, pero ¿por qué?
La respuesta puede intuirse, y es que la transmisión con varias marchas en realidad es una compleja solución que los ingenieros tuvieron que implementar para solucionar varias limitaciones asociadas a los motores de combustión. 
La principal de estas limitaciones es que el rango de velocidades de un motor de combustión es muy estrecho en comparación con el rango de velocidades que le exigimos al vehículo.

Es fácil ver esto si comparamos cómo aumenta la velocidad en relación a las revoluciones del motor. 
Digamos que un automóvil normal puede circular entre los 5 y los 180 kilómetros por hora. Si dividimos ambas cifras encontramos que la velocidad se multiplica 36 veces. 
Las revoluciones del motor, por el contrario, apenas se multiplican 6 veces (entre 1.000 y 6.000 rpm). 
Las marchas son necesarias precisamente para multiplicar las revoluciones del motor de forma flexible y escalonada.
Los motores eléctricos, en cambio, son capaces de girar mucho más rápido (normalmente 12.000 rpm, pero los más potentes pueden llegar hasta 20.000 rpm), y también suben o bajan de revoluciones mucho más rápidamente. 
No necesitan marchas adicionales y, aunque las tuvieran, ello no se traduciría en un ahorro de energía significativo. 
Eso por no mencionar que, cuantas más ruedas haya en la transmisión, menos potencia llega a las ruedas motrices. 
Esa es la razón por la que, cuando circulamos en un coche con motor de combustión a altas velocidades en cuarta o quinta, la aceleración es mucho más progresiva que en marchas cortas. 
Si un motor de combustión solo tuviera una marcha, apenas sería capaz de alcanzar los 30 kilómetros por hora, que es lo que ocurre, por ejemplo, con la marcha atrás. 
Lo que nos lleva a otra limitación de los motores de combustión: solo son capaces de girar en un sentido, lo que hace necesario incorporar un sistema de transmisión que permita invertir el giro para integrar la marcha atrás.
Los motores eléctricos pueden girar en ambos sentidos.
Las marchas, en definitiva, son un vestigio de los motores de combustión que desaparecerá con ellos salvo en modelos muy específicos destinados a conducción deportiva, como los Formula E. [Renault y Engineering Explained vía Popular Mechanics]

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