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Vías sin alma: el olvido del peatón en el diseño urbano dominicano

Por Marisol Mendoza.- A propósito de celebrarse este domingo el Día Mundial del Peatón, presentamos una radiografía de cómo la infraestructura vial en República Dominicana continúa siendo un reto para la seguridad de los peatones, quienes a diario deben enfrentarse a un entorno urbano poco amigable y, en muchos casos, peligroso.

Desde el año 2022, las labores de ampliación de la autopista Duarte específicamente en el kilómetro 9, de 8 a 14 carriles, han convertido el trayecto en un desafío cotidiano para los transeúntes, quienes deben arriesgar su integridad física sorteando obstáculosfalta de pasos peatonales seguros y una circulación vehicular desordenada.

Casos como el de Carlos, quien cada mañana se ve obligado a cruzar la transitada avenida Luperón para llegar a la estación María Montez del Metro, reflejan una realidad compartida por cientos de dominicanos. El tránsito agresivo, la falta de cultura vial y la ausencia de medidas efectivas de protección convierten la rutina diaria en una lucha constante por la supervivencia.

Esta situación se remonta a los gobiernos del expresidente Joaquín Balaguer, reconocido por impulsar grandes obras de desarrollo urbano, pero sin una visión integral que considerara la protección y el bienestar de quienes se desplazan a pie.

Vías principales como la avenida Gregorio Luperón, el expreso V Centenario, el expreso 27 de Febrero, la avenida John F. Kennedy y el Malecón, no fueron diseñadas ni planificadas con una perspectiva centrada en el peatón. La Gregorio Luperón, por ejemplo, inaugurada en 1970, cuenta con ocho carriles (cuatro en cada dirección) y funciona como límite entre el Distrito Nacional y Santo Domingo Oeste. A pesar de los trabajos de modernización realizados en la zona del kilómetro 9 de la autopista Duarte, estos han significado una carga para quienes deben transitar a pie.

Víctor Feliz, experto en municipalidad, señala que actualmente existe mayor conciencia sobre la importancia de la accesibilidad; sin embargo, persiste una brecha significativa entre el discurso y la ejecución técnica.

Féliz entiende que se evidencian aún en obras nuevas los errores sistémicos en la construcción, que provienen de la mala planificación y de la falta de conocimientos técnicos necesarios.

Esto afecta la movilidad de los peatones de manera general, ya que estas disposiciones benefician también a adultos mayorespadres con cochecitos y personas con accidentes temporales.

Aunque la legislación nacional (Reglamento R-007 “Construcción sin Barreras” del Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC)) y las normas internacionales establecen parámetros claros para garantizar entornos accesibles, su aplicación efectiva sigue siendo limitada.

En la práctica, ni el MOPC ni los ayuntamientos cumplen sistemáticamente con estos lineamientos, lo que resulta en espacios inseguros e inaccesibles para un gran número de usuarios.

Esta situación se remonta a los gobiernos del expresidente Joaquín Balaguer, reconocido por impulsar grandes obras de desarrollo urbano, pero sin una visión integral que considerara la protección y el bienestar de quienes se desplazan a pie.

A pesar de los trabajos de modernización realizados en la zona del kilómetro 9 de la autopista Duarte, estos han significado una carga para quienes deben transitar a pie.

Movilizarse a cualquier hora se convierte en una ruleta rusa, porque esta vía está destinada al transporte de cargacamiones y guaguas del transporte público, que se ajustan a la prisa del millero.

Cruzar de un lado a otro es cuestión de la pericia para saber cuál conductor es lo suficientemente ciudadano para dejarte pasar, aunque no está de más recordar que muchos dominicanos no han desarrollado la costumbre de utilizar los puentes peatonales.

Este panorama que se repite con grandes distancias para encontrar un paso más seguro, exige una urgente revisión de las políticas de movilidad urbana, y los requerimientos de construcción que deben priorizar el diseño de ciudades más humanas, accesibles y seguras para todos los ciudadanos, especialmente los más vulnerables: los peatones.

Vías sin alma: el olvido del peatón en el diseño urbano dominicano

Vías sin alma: el olvido del peatón en el diseño urbano dominicano

A todo ese panorama se suman las conductas imprudentes, tanto conductores como peatones contribuyen al problema. Los conductores suelen estacionar en pasos peatonales o ignorar señales de tránsito, mientras que algunos peatones cruzan fuera de las zonas designadas o no respetan semáforos.

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