La ciudad, que está completamente tapiada por los cuatro costados, tiene aberturas en la parte superior para la ventilación. Está previsto que tenga aproximadamente unos 500 metros de alto, 200 metros de ancho y 170 km de largo, según defienden sus creadores. Todo estará conectado por trenes de alta velocidad, por lo que los coches serán completamente innecesarios.
Un video publicado en Twitter proclama que esta nueva ciudad podrá albergar a 9 millones de residentes y que ofrecerá una calidad de vida más saludable y “sostenible”. Y aunque se anuncia como un proyecto completamente ecológico, cuyos suministros de agua y energía serán “100% renovables”, aún no se han proporcionado detalles al respecto.
“Durante demasiado tiempo, la humanidad ha existido dentro de ciudades disfuncionales y contaminadas que ignoran a la naturaleza. Ahora, la civilización está sufriendo una revolución, explica el narrador del vídeo.
En el clip se pueden ver lo que parecen ser drones autónomos recorriendo la nueva ciudad, que está plagada de vegetación. Y la gente que vive allí supuestamente podrá ir de un extremo a otro de la ciudad en tan solo 20 minutos.
“Los residentes tienen acceso a todas sus necesidades diarias a una distancia de 5 minutos a pie dentro de sus barrios”, continúa el narrador.
Otro video promocional, subido a YouTube este martes y con contenido similar, muestra la ciudad desde la perspectiva de una mujer joven.
Esta no es la primera vez que se plantea una comunidad como esta sobre el papel. Incluso el fundador de Amazon, Jeff Bezos, mostró algo similar en 2019, aunque su plan era para una colonia espacial.
Ya sea la ciudad hipercapitalista de George Pullman en Chicagoland, el culto sin drogas de Synanon en California o la cooperativa socialista de Upton Sinclair en Nueva Jersey, la historia ha demostrado que las comunidades de este estilo a menudo se arruinan por los egos de las personas que las construyen. Y podría decirse que no hay un ego más grande en el planeta que el desarrollador de esta misma ciudad, Mohammed Bin Salman.
“No podemos ignorar las crisis ambientales y de habitabilidad a las que se enfrentan las ciudades de nuestro mundo, y NEOM está a la vanguardia en la entrega de soluciones nuevas e imaginativas para abordar estos problemas”, dijo Bin Salman en un comunicado de prensa sobre el proyecto.
“NEOM está liderando un equipo de las mentes más brillantes en arquitectura, ingeniería y construcción para hacer realidad esta idea”, continuó el heredero saudí.
La pregunta es si Mohammed Bin Salman podrá lograr algo así. Es probable que el país tenga suficiente dinero para hacerlo realidad, pero como hemos aprendido de un sinfín de comunidades utópicas de los siglos XIX y XX, siempre se necesita algo más que dinero para que uno de estos experimentos utópicos funcionen.
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