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Parecidos y diferencias entre “Inventing Anna” y “El estafador de Tinder”: por qué son los favoritos del público

 "Inventing Anna" y "El estafador de Tinder": la serie y la película más vistas en Netflix.

El irresistible encanto de los timadores profesionales no solo atrapa a sus víctimas: también el público parece quedar pegado en los hilos de sus redes, a juzgar por el inusual ranking de Netflix de la última semana. Los dos primeros lugares en películas y series están ocupados por historias de crímenes verdaderos protagonizadas por estafadores: The Tinder Swindler e Inventing Anna, respectivamente.

Con tres semanas en el Top 10, El estafador de Tinder ha sumado 34.450.000 horas de visualizaciones, y ni siquiera el esperado estreno de La masacre de Texas —que audazmente continúa el clásico del terror slasher de Tobe Hooper, saltando sus continuaciones— logró mover este documental del primer puesto. En el rubro de televisión, en dos semanas Inventando a Anna ha acumulado casi 196 millones de horas de visualización, dejando muy atrás al título que le sigue, la segunda temporada de El amor es ciego, con casi 59 millones.

Tráiler de El estafador de Tinder
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"El estafador de Tinder" acumuló 34.450.000 horas de visualizaciones en tres semanas.

Evidentemente, estas producciones tienen mucho en común: la dinámica de la estafa. Pero también otros elementos las unen, e incluso las diferencias hablan de matices en el favor del público. A continuación, una lista de las cinco similitudes y las cinco discrepancias entre estos exitosos títulos sobre personas que consiguen dinero ajeno, prometen devolverlo, nunca lo hacen, viven como reyes y pasan a su siguiente víctima.

Parecidos

1) Son casos reales

Inventando a Anna - TRÁILER OFICIAL
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"Inventando a Anna" lleva casi 196 millones de horas de visualización en dos semanas.

El estafador de Tinder es un documental basado en las estafas que cometió Simon Leviev, quien en realidad se llama Shimon Hayut, contra mujeres a las que seducía en la app de citas, por un total estimado en USD 10 millones.

Aunque Inventing Anna es una dramatización —es decir, emplea elementos narrativos de la ficción con la habilidad que caracteriza a su creadora, Shonda Rhimes, la misma de ScandalGrey’s AnatomyBridgerton— está también basada en un caso real: el de Anna Sorokin, que se hacía llamar Anna Delvey, condenada por haber robado alrededor de USD 250.000 a bancos, empresas e individuos adinerados de Nueva York.

"Inventing Anna" y "The Tinder Swindler" se estrenaron hace pocos días en Netflix.
"Inventing Anna" y "The Tinder Swindler" se estrenaron hace pocos días en Netflix.

Addendum: habrá una película con actores sobre el caso de Leviev/Hayut, según informó Variety.

2) Tanto Simon como Anna son personalidades narcisistas

Si bien las dos producciones analizan cuestiones sociales como la obsesión con el estatus y el dinero, lo central es la exploración de las oscuridades individuales de los protagonistas. La manera en que eligen a sus víctimas, las seducen y mantienen la relación a pesar de las alarmas que suenan por todas partes a su paso son características de la personalidad narcisista.

"El estafador de Tinder" se basa en el caso de Simon Leviev, quien en realidad se llama Shimon Hayut.
"El estafador de Tinder" se basa en el caso de Simon Leviev, quien en realidad se llama Shimon Hayut.

Si bien alguien así es básicamente horrible, por su falta de empatía y la escalofriante chatura de sus sentimientos, a la vez es capaz de un carisma arrollador, que consigue encantar aun a quien percibe algunas de sus señales inquietantes. Son un imán para las víctimas. Y, según confirma el ranking, para los seres humanos en general.

3) Ambos se presentaban como herederos

Dado que esperaban grandes desembolsos de sus víctimas, tanto Leviev/Hayut como Sorokin fingían un estilo de vida acorde a alguien que, en caso de carencia, sólo podría necesitar muchísimo.

"Inventing Anna", protagonizada por Julia Garner, también se basa en un caso real: el de Anna Sorokin, que se hacía llamar Anna Delvey.
"Inventing Anna", protagonizada por Julia Garner, también se basa en un caso real: el de Anna Sorokin, que se hacía llamar Anna Delvey.

Simon eligió el apellido de Lev Leviev, un empresario e inversor israelí conocido como “el rey de los diamantes”, para presentarse como el hijo y heredero de una fortuna estimada en más de USD 1.000 millones. Las andanzas de Leviev/Hayut proyectaron tanta sombra sobre el verdadero rico que su compañía de diamantes debió emitir un comunicado para aclarar que nada tiene que ver con el protagonista de El estafador de Tinder.

Sorokin, nacida en Rusia, cambió su tierra natal por Alemania y su apellido por el de Delvey para presentarse como la heredera de un fideicomiso de USD 67 millones. Su capital era menor pero más antiguo: provenía de la nobleza europea.

4) Son depredadores

Simon Leviev se presentaba como el heredero de un rico empresario israelí de los diamantes.
Simon Leviev se presentaba como el heredero de un rico empresario israelí de los diamantes.

Protegidos por el anonimato de las redes sociales, muchos usuarios criticaron a las víctimas: “¿Quién puede ser tan estúpido como para sacar USD 100.000 en crédito para un hombre al que apenas conoce?”, preguntó un sabelotodo. “Se lo merecían”, juzgó otro. Sin embargo, las personas explotadas por Leviev/Hayut y Sorokin no son menos inteligentes que los comentaristas: en realidad, la confianza es un rasgo capital de la especie humana, sobre el que pueden medrar los depredadores como Simon y Anna.

La evolución de la humanidad le debe mucho a la comunicación y la cooperación: sin confianza no sería posible, por ejemplo, la democracia. Aunque a cualquiera le gusta más imaginarse como un genio escéptico capaz de exponer a estos estafadores, las personas suelen ser confiadas ya que es una característica necesaria de la sociabilidad.

Sorokin se presentaba como la heredera de un fideicomiso de USD 67 millones de la nobleza europea.
Sorokin se presentaba como la heredera de un fideicomiso de USD 67 millones de la nobleza europea.

Las personalidades narcisistas explotan esta característica de la especie. Usan la confianza como una puerta de entrada a las vulnerabilidades del otro y, cuando sus víctimas no esperan ser atacadas, porque son amantes o amigos, actúan como depredadores.

5) Los dos casos fueron denunciados por la prensa

Dado que las víctimas vivían en una realidad distorsionada creada por Simon o por Anna, en la que todas las decisiones estaban tomadas de antemano, como una jugada final de ajedrez, fue necesaria una perspectiva exterior para exponer estos crímenes.

Las víctimas de Leviev/Hayut: Cecilie Fjellhøy, Pernilla Sjoholm y Ayleen Charlotte.
Las víctimas de Leviev/Hayut: Cecilie Fjellhøy, Pernilla Sjoholm y Ayleen Charlotte.

El estafador de Tinder comenzó con una larga investigación de la revista noruega VG, que al igual que la película pone el foco en el testimonio de Cecilie Fjellhøy, Pernilla Sjoholm y Ayleen Charlotte, además de pruebas documentales como grabaciones, fotografías y archivos de identidad. Los periodistas Natalie Remøe Hansen, Kristoffer Kumar, Erlend Ofte Arntsen y Tore Kristiansen publicaron la denuncia en 2019.

Inventing Anna fue originalmente el artículo “How Anna Delvey Tricked New York’s Party People” (Cómo Anna Delvey engañó a los juerguistas de Nueva York), que Jessica Pressler publicó en 2018 en la sección The Cut de la revista New York.

La serie presenta la investigación de una periodista, como sucedió en la realidad con el trabajo de Jessica Pressler para la revista "New York".
La serie presenta la investigación de una periodista, como sucedió en la realidad con el trabajo de Jessica Pressler para la revista "New York".

Bonus track: otro artículo de Pressler, también publicado en New York, es la base de la película Las estafadoras de Wall Street (Hustlers), protagonizada por Jennifer López: se titulo “The Hustlers at Scores: The Ex-Strippers Who Stole From (Mostly) Rich Men and Gave to, Well, Themselves” (Las buscavidas de Scores: las ex strippers que le robaban a hombres (mayoritariamente) ricos y, bueno, se quedaban con el dinero).



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