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Por qué nos cuesta tanto ir al baño cuando viajamos (y cómo prevenir el estreñimiento del viajero)

Solo hay una cosa que pueda arruinar tanto unas vacaciones como la temida diarrea del viajero, y es el estreñimiento del viajero. Muchas personas experimentan problemas al tratar de mantener su rutina diaria de visitas al retrete. Por fortuna, es un problema que tiene algunas soluciones.
El estreñimiento del viajero ocurre cuando una persona no logra hacer sus deposiciones con normalidad. Pasan los días y la falta de regularidad se traduce en sensación de hinchazón y molestias estomacales. El doctor David Poppers es gastroenterólogo en el Instituto de salud NYU Langone, y explica que esta clase de estreñimiento tiene unas causas muy definidas.
La primera de estas causas es la propia dieta. Viajar suele suponer cambiar los hábitos de lo que comemos y bebemos, y a menudo eso afecta a la flora intestinal. Cuando estamos de vacaciones es normal que nos relajemos y comamos de manera más desordenada, con exceso de carnes, carbohidratos, café y alcohol.
Después están los factores derivados del propio viaje. Por mucho que estemos acostumbrados a volar, hacerlo produce estrés. Estar sentado muchas horas al volante, en un avión, o en un tren también dificulta el adecuado movimiento intestinal. Finalmente, los cambios en el horario, el jet-lag o la falta de sueño producida por noches de fiesta también afectan a la regularidad.
El doctor Brooke Gurland, cirujano colorectal en la Clínica Cleveland también apunta a que viajar altera la rutina en lo concerniente a ir al baño. Normalmente acudimos a reclamar nuestro trono de porcelana a una hora determinada del día. Viajar puede cambiar este horario y nuestro reloj biológico se resiente por ello.

Mantener las costumbres

Hasta aquí las causas, pero ¿cómo podemos mantener la regularidad? Gran parte del secreto es intentar mantener nuestras costumbres en la medida de lo posible. Eso significa no cambiar nuestra dieta de manera significativa y evitar el exceso de café y alcohol. También es recomendable dormir con regularidad antes y durante el viaje, y tratar de movernos todo lo posible, ya sea dando paseos o en el gimnasio del hotel. Finalmente, hay que intentar por todos los medios mantener el horario en el que habitualmente vamos al baño.
El dietista neoyorquino Brooke Alpert también recomienda beber mucha agua y picar alimentos fermentados como el yogur o los encurtidos. Comer sano durante las vacaciones no siempre es fácil, pero la microbióloga Elizabeth Bikexplica que hay formas de reactivar la flora intestinal. Los alimentos ricos en fibra como la fruta o la verdura ayudan. A veces basta con elegir una ensalada en lugar de un plato de pasta en ese almuerzo en el aeropuerto. Si nada de esto funciona, no es mala idea probar algún laxante osmótico suave de los que se venden sin receta médica como los basados en polietilenglicol.

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