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El legado de las Reales Atarazanas en tierra dominicana


La edificación denominada Atarazana es un orgullo que acrecienta el legado cultural y la relación que nos unió con el descubrimiento, conquista y colonización del resto de América. Por María Cristina de Carias y César Iván Feris Iglesias

La antigua ciudad de Santo Domingo, en su etapa de construcción que correspondió a la llegada del gobernador frey Nicolás de Ovando, erigida en la margen occidental del rio Ozama, tuvo la fortuna de serle otorgada una real orden para la erección de una edificación para las Atarazanas Reales, un lugar destinado a la reparación, calafetacion de las naos, así como el embarque de las mercancías para dichas las naos.
Esta unidad arquitectónica cuyas funciones originales, hoy en día desaparecida, es una emblemática construcción realizada totalmente en ladrillo e iniciada hacia 1507. La edificación denominada Atarazana, nombre de origen árabe, tenía función de espacio para la construcción, reparación y calafeteo de la naves construidas en madera. Su localización estaba definida por su cercanía a las aguas del Ozama. Este significativo edificio, uno de los más grandes e importantes del período colonial, estaba constituido fundamentalmente por tres naves con cubiertas abovedadas con cubiertas de cañón corrido. Una de estas naves quedó sin cubrir con la bóveda, hasta el pasado siglo XX, cuando se realizó una intervención restauradora, en donde se decidió cubrirla, teniendo como módulo la nave sur, ya que el conjunto contemplaba que la nave central fuera más alta que las laterales, las que servirían de contrafuertes para resistir el esfuerzo de los materiales y absorber los empujes de la nave abovedada. Las dos laterales a su vez, poseen contrafuertes al exterior, permitiendo un perfecto equilibrio de esfuerzos, lo que le ha permitido subsistir durante cinco siglos, a pesar de los terremotos y ciclones que han desbastado nuestra isla.
La emblemática edificación cuenta con un pórtico elevado sobre columnas con arquerías, erigido en el siglo XVlll, cuando la construcción y reparación de la naves, dio paso a una nueva función de depósito de mercaderías y aduana para los productos importados fundamentalmente de Europa. Este pórtico posee columnas que lo sostienen, que fueron realizadas en piedra, único material distinto al ladrillo del resto de la edificación. El pórtico abarca sólo el espacio de la nave central y de la nave sur, ya que en el siglo XVlll, la tercera nave aún no tenía la cubierta abovedada y su función era distinta a la de las otras dos.
Esta edificación sólo tiene parangón con las Atarazanas del puerto de Barcelona en España que al igual que la nuestra, ha sobrevivido a través de cinco siglos. Está claro que estas funciones existieron también en otras ciudades portuarias, tanto en Europa como en América, pero desafortunadamente todas las demás fueron desapareciendo a lo largo de los siglos, al haber perdido su función original.
Gracias a la existencia de las Reales Atarazanas de Santo Domingo, fue posible que desde nuestro puerto, después de reparadas las naos y avitualladas, partieron al descubrimiento, conquista y colonización del resto del continente americano. La importancia de las Atarazanas Reales de Santo Domingo, fue tan grande en su época que los banqueros alemanes que respaldaron las guerras del emperador Carlos V, en Europa, pidieron como respaldo, la regencia de las Atarazanas de Santo Domingo, lo que les fue concedida y a las que deben sus conquistas en el nuevo mundo, en especial en lo que hoy son Venezuela y Colombia.
El espacio interior de las bóvedas produce una sensación de asombro comparable solo a la impresión que dan las bóvedas de la catedral primada.
Tenemos que recordar que los barcos y navíos de la época del descubrimiento y conquista, eran frágiles y pequeñas embarcaciones que no tienen comparación con nuestras modernas naves. Aquellas por su pequeñez y fragilidad, cabían cómodamente en la imponente edificación de la Atarazana.
Esta extraordinaria edificación está siendo remodelada y readecuada para ser utilizada como museo naval. En años anteriores, se montó un museo con los restos de las embarcaciones hundidas en nuestras aguas. Se planifica una museografía con estas piezas, realizada en coordinación con España, la que ofrece a nuestro país, las más avanzadas técnicas para la exhibición y comprensión de las piezas y su relación histórica.
La edificación es definitivamente un orgullo para nosotros que acrecienta nuestro legado cultural y la definitiva relación que nos unió con el descubrimiento, conquista y colonización del resto de América, convirtiéndonos en la llave de esta epopeya, definitiva en la historia de la Humanidad.

Esta extraordinaria edificación está siendo remodelada y readecuada para ser utilizada como museo naval

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