Mide
de uno a dos metros de longitud, posiblemente esté hueco, y arderá al
entrar en la atmósfera terrestre el próximo 13 de noviembre. Lo que
tiene en vilo a los astrónomos no es la peligrosidad de este nuevo
pedazo de chatarra espacial, sino que no tienen ni idea de lo que es.
Según ha explicado el astrofísico Jonathan McDowell a Nature News
podría ser un simple pedazo de un satélite, paneles solares, o incluso
una parte perdida de la historia espacial como un fragmento de cohete de
las misiones Apolo.
Bautizado
como WT1190F, el fragmento es uno de los pocos que tiene una órbita
distante que lo lleva a circular más allá de la luna. La NASA solo tiene
catalogados 20 de estos objetos que se mueven a mayor distancia de las
órbitas habituales de la chatarra espacial.
El día 13
de noviembre, WT1190F se quemará casi por completo al entrar en la
atmósfera terrestre. Los restos que no se consuman caerán sobre el
Océano Índico en algún punto al sur de Sri-Lanka. El fenómeno no reviste
peligrosidad para ningún núcleo habitado.
Los
astrónomos aprovecharán la caída de WT1190F no solo para tratar de
averiguar a qué misión pertenece, sino para aprender más sobre la física
de la reentrada en la atmósfera. Además, el fenómeno servirá para
probar una red de alerta temprana sobre este tipo de objetos que se está
creando. [vía Nature News]
Portada: la Tierra desde la Estación Espacial Internacional (ISS). Foto: Barry Wilmore
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