La
humilde bujía lleva más de 100 años con nosotros y ya se ha ganado un
descanso. Su sustituto no es otro que el láser. El primer coche equipado
con un motor de combustión por láser lleva circulando desde noviembre, y
promete una eficacia sin precedentes en cuanto a consumo de
combustible.
No es la
primera vez que oímos la idea de cambiar las bujías tradicionales por
proyectores láser. Toyota lleva investigando un motor de este tipo desde
2011, pero ni la japonesa ni ninguna otra compañía había llegado a probar un motor equipado con un sistema de ignición por láser ya listo para salir al mercado. Según New Scientist, la primera compañía en lograrlo ha sido el fabricante de láseres Princeton Optronics,
que lleva probando el motor con éxito desde noviembre de 2014. Tras
superar las pruebas de campo, el sistema acaba de presentarse en la
reciente convención ARPA-e energy innovation summit.
¿Cuál es la
diferencia? En un motor de explosión convencional, las bujías son las
encargadas de producir la chispa que prende una mezcla de aire y
combustible dentro de cada cilindro. Este proceso se repite a una
velocidad tremenda y es el que hace que se muevan los pistones dentro de
los cilndros y se genere la fuerza que mueve las ruedas.
El problema
es que las bujías sueltan su chispa desde un lado, lo que hace que la
mezcla de aire y combustible no prenda uniformemente. En cada explosión
siempre se desperdicia una cierta cantidad de hidrocarburo. El láser, en
cambio, puede enfocarse para prender la mezcla desde el centro del
cilindro y quemar todo el combustible de una vez. Incluso puede
dispararse varias veces para maximizar la explosión.
A resultas
de ello, el motor de ignición por láser es un 27% más eficiente en
consumo de combustible que los convencionales. El motor utilizado en las
pruebas era capaz de recorrer 50 kilómetros con la misma cantidad de
combustible donde su versión convencional solo recorría 40. Además, como
la combustión es más completa, los motores de ignición por láser
generan menos sustancias contaminantes como el dióxido de nitrógeno. Eso
hace al sistema especialmente atractivo también para motores de otros
sectores como camiones o barcos de gran tonelaje. [ARPA-e vía New Scientist]
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