ES NECESARIO CONTAR CON HERRAMIENTAS EMOCIONALES PARA LOGRAR SUPERARLO
El estrés laboral aparece cuando se presenta un
desajuste entre la persona, el puesto de trabajo y la propia
organización. Puede definirse como la respuesta fisiológica, psicológica
y de comportamiento de un individuo que intenta adaptarse y ajustarse a
presiones internas y externas.
Este fenómeno es tan frecuente a nivel mundial, que el psicólogo argentino Esteban Caprarulo, lo denomina “la pandemia del siglo XXI”.
El crecimiento del estrés laboral está relacionado con las transformaciones que se están produciendo en los mercados de trabajo, las relaciones laborales, las empresas y la propia naturaleza del trabajo. Esos cambios a su vez están influidos por otros, de carácter más general, como la globalización de la economía y los mercados, la crisis financiera, los cambios tecnológicos, demográficos y sociales en diferentes regiones del mundo, de acuerdo al informe, “Nuevas tendencias en la investigación sobre estrés laboral y sus implicaciones para el análisis y prevención de los riesgos psicosociales”, de José Peiró Silla.
Tipos de estresores laborales
Los principales elementos que activan el estrés de un trabajador dentro de una empresa se clasifican en factores físicos como: mala iluminación, el ruido, ambientes contaminados y temperatura inadecuada.
Una segunda clasificación son los estresores que trae la labor, en este caso la generación de estrés varía de unas personas a otras, ya que las características de cada tarea y de lo que genera en los profesionales va en función del tipo de trabajo. Entre estos estresores se encuentran: la carga mental de trabajo (se refiere a un monto excesivo de responsabilidades en poco tiempo) y el control que tiene el empleado sobre la tarea.
Una última clasificación son los conflictos y ambigüedades del rol. Esto ocurre cuando hay diferencias entre lo que espera el profesional y la realidad de lo que le exige la organización.
También las jornadas de trabajo excesivas producen desgaste físico y mental e impiden al profesional hacer frente a las situaciones estresantes. Asimismo, las malas relaciones interpersonales con los compañeros de trabajo pueden llegar a convertirse en una fuente de estrés.
Finalmente, la falta de promoción, desarrollo profesional y valoración de méritos, se puede generar una profunda frustración apareciendo el estrés.
Síndrome del desgaste
El síndrome “burnout” o desgaste profesional, se manifiesta en personas sometidas a un estrés emocional crónico, cuyos rasgos principales son: agotamiento físico y psíquico, actitud fría y despersonalizada en la relación hacia los demás y sentimientos de insatisfacción personal con las tareas que se han de realizar.
Efectos en la salud
De acuerdo a estudios del Centro Médico de la Columbia University, las situaciones de estrés extremo que se presentan en el área laboral traen consecuencias en la salud del empleado: insomnio, aumento o disminución de peso, úlceras, acné, enfermedades cardíacas, disminución de la fertilidad, disminución del deseo sexual, tics nerviosos, menstruación irregular y caída del pelo.
El estrés constante también tiene efectos negativos a nivel psicológico que los afectados ignoran a veces durante mucho tiempo. A menudo buscan ayuda médica sólo cuando ya aparecen las molestias físicas.
¿Cómo manejarlo?
Existen formas de contrarrestar los efectos del estrés laboral que van desde cambios en la rutina hasta realizar actividades físicas; sin embargo, muchas de las situaciones que causan el estrés son ajenas al control del empleado y deben ser solucionadas comunicándose con el empleador para llegar a un punto medio y se superen las dificultades.
El estrés se puede eliminar cuando se tiene una información clara y concisa sobre las operaciones de la empresa.
Ser honestos y transparentes sobre los retos de la organización, definir claramente los roles y responsabilidades, y permitirle al empleado tener voz en las decisiones sobre planificación, cargas de trabajo, plazos y reglas que afecten su puesto de trabajo, asegura un ambiente laboral libre de estrés.
Este fenómeno es tan frecuente a nivel mundial, que el psicólogo argentino Esteban Caprarulo, lo denomina “la pandemia del siglo XXI”.
El crecimiento del estrés laboral está relacionado con las transformaciones que se están produciendo en los mercados de trabajo, las relaciones laborales, las empresas y la propia naturaleza del trabajo. Esos cambios a su vez están influidos por otros, de carácter más general, como la globalización de la economía y los mercados, la crisis financiera, los cambios tecnológicos, demográficos y sociales en diferentes regiones del mundo, de acuerdo al informe, “Nuevas tendencias en la investigación sobre estrés laboral y sus implicaciones para el análisis y prevención de los riesgos psicosociales”, de José Peiró Silla.
Tipos de estresores laborales
Los principales elementos que activan el estrés de un trabajador dentro de una empresa se clasifican en factores físicos como: mala iluminación, el ruido, ambientes contaminados y temperatura inadecuada.
Una segunda clasificación son los estresores que trae la labor, en este caso la generación de estrés varía de unas personas a otras, ya que las características de cada tarea y de lo que genera en los profesionales va en función del tipo de trabajo. Entre estos estresores se encuentran: la carga mental de trabajo (se refiere a un monto excesivo de responsabilidades en poco tiempo) y el control que tiene el empleado sobre la tarea.
Una última clasificación son los conflictos y ambigüedades del rol. Esto ocurre cuando hay diferencias entre lo que espera el profesional y la realidad de lo que le exige la organización.
También las jornadas de trabajo excesivas producen desgaste físico y mental e impiden al profesional hacer frente a las situaciones estresantes. Asimismo, las malas relaciones interpersonales con los compañeros de trabajo pueden llegar a convertirse en una fuente de estrés.
Finalmente, la falta de promoción, desarrollo profesional y valoración de méritos, se puede generar una profunda frustración apareciendo el estrés.
Síndrome del desgaste
El síndrome “burnout” o desgaste profesional, se manifiesta en personas sometidas a un estrés emocional crónico, cuyos rasgos principales son: agotamiento físico y psíquico, actitud fría y despersonalizada en la relación hacia los demás y sentimientos de insatisfacción personal con las tareas que se han de realizar.
Efectos en la salud
De acuerdo a estudios del Centro Médico de la Columbia University, las situaciones de estrés extremo que se presentan en el área laboral traen consecuencias en la salud del empleado: insomnio, aumento o disminución de peso, úlceras, acné, enfermedades cardíacas, disminución de la fertilidad, disminución del deseo sexual, tics nerviosos, menstruación irregular y caída del pelo.
El estrés constante también tiene efectos negativos a nivel psicológico que los afectados ignoran a veces durante mucho tiempo. A menudo buscan ayuda médica sólo cuando ya aparecen las molestias físicas.
¿Cómo manejarlo?
Existen formas de contrarrestar los efectos del estrés laboral que van desde cambios en la rutina hasta realizar actividades físicas; sin embargo, muchas de las situaciones que causan el estrés son ajenas al control del empleado y deben ser solucionadas comunicándose con el empleador para llegar a un punto medio y se superen las dificultades.
El estrés se puede eliminar cuando se tiene una información clara y concisa sobre las operaciones de la empresa.
Ser honestos y transparentes sobre los retos de la organización, definir claramente los roles y responsabilidades, y permitirle al empleado tener voz en las decisiones sobre planificación, cargas de trabajo, plazos y reglas que afecten su puesto de trabajo, asegura un ambiente laboral libre de estrés.
0 Comentarios