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Daños emocionales que causa la envidia



Es importante establecer una diferencia entre los celos, el egoísmo y la envidia, ya que estas emociones suelen confundirse. Son distintas, pero igual alteran la salud emocional de la persona.
Santo Domingo
En una ocasión leí un texto que llamó mi atención. Decía: “No grites muy fuerte tu felicidad porque la envidia tiene sueño liviano”. Esta frase hace alusión a la forma en que algunas personas podrían influir en la alegría que manifiestan otros cercanos a ellos.
“¡Oh, envidia, raíz de infinitos males y carcoma de las virtudes!”, así decía Miguel Cervantes al referirse a este sentimiento tan negativo.
¿Qué pasa con las personas que experimentan el sentimiento de envidia?
Es importante establecer una diferencia entre los celos, el egoísmo y la envidia, ya que estas emociones suelen confundirse y, aunque a veces pueden cohabitar, no siempre es así.
Tomemos en consideración que los celos podrían involucrar el miedo a perder a la persona amada o algún logro, así como la inseguridad de compartir lo que se siente poseer. Por otro lado, el egoísmo es ese sentimiento que puede llevar a un individuo a sentir que el mundo gira en torno a él y que todo lo que le rodea le debe pertenecer solamente a él, sin intención ni ánimo de compartirlo con nadie más. Es más, podría creerse único merecedor.
Indudablemente en los tres podemos encontrar el común denominador del miedo, la inseguridad, baja autoestima y la necesidad de atención. De acuerdo con la Real Academia de la Lengua Española, la envidia es la tristeza o pesar del bien ajeno y la emulación o deseo de algo que no se posee. Muchas personas suelen sentir malestar, ansiedad e irritabilidad ante el conocimiento del éxito de otra persona.
Según algunos estudios, la envidia tiene una base biológica y es, por tanto, natural sentirla. Sin embargo, la sociedad y la educación juegan un papel muy importante en el desarrollo negativo de esta emoción. Es estar pendiente de la vida y los logros de los demás, y de lo que hacen y dejan de hacer los otros. Las críticas y las comparaciones negativas que se realizan durante la educación y formación del infante, pueden ser determinantes en el desarrollo malsano de esta emoción.
La envidia no solo es el deseo de obtener algo que posee otra persona y que uno carece, sino también es la tristeza y a veces la ira que puede provocar las características, habilidades, posesiones y los logros de los demás, llevando a pensar que quien lo posee no lo merece.
La envidia es un sentimiento o estado mental que paraliza el desarrollo de los individuos, la cual es un vivo reflejo de sus bajos niveles de autoestima y autovaloración, haciendo que se enfoque mayormente en la vida de los demás en lugar de iniciar una búsqueda interna en sus capacidades para lograr el éxito y la superación personal.

((Conducta
Tras el equilibrio emocional

Este sentimiento que, en la mayoría de los casos es negado por aquellos que lo padecen, puede afectar las relaciones sociales y familiares del individuo ante el rechazo que puede generar esta conducta.
Ademas de la envidia, al inicio hablamos de los celos y el egoísmo y es necesario identificar cuál de los tres domina nuestros  pensamientos y sentimientos, ya que en todos los casos se requiere buscar una solución a través de la cual logremos liberarnos de esas cadenas psicoemocionales que tanto afectan el equilibrio.
Es necesario establecer un cambio en los hábitos de nuestros pensamientos para poder establecer un nueva visión y un estilo de vida más sano, que den  al traste con una mejor autoestima y ocurra una reconciliación con nuestro ser interior.

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