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¿Sabes lo que es el pterigión o “uña” ocular?


Es una de las patología oculares más frecuentes

SANTO DOMINGO. La uña en el ojo es una especie de “pellejito” que se forma en la parte blanca del ojo. En algunos sitios se les llama “uña” o “palmera”, pero su nombre formal es pterigión o pingüécula.
Sobre el tema, el doctor Sócrates Mañón Guzmán, oftalmólogo y cirujano, explica que muchas personas confunden esta alteración con las cataratas.
Mañón, especialista de la Clínica Oftalmológica de Santo Domingo, afirma que son causados por elementos ambientales como la exposición prolongada al sol, luz ultravioleta, el viento, el polvo, dormir poco o cambios en los horarios de sueño.
El pterigión se diferencia en que es un crecimiento de tejido carnoso sobre la conjuntiva que puede extenderse hasta la córnea, la parte transparente enfrente del ojo.
La pingüécula, por su parte, es una mancha blanco-amarillenta que se ve como una protuberancia sobre la conjuntiva, localizada comúnmente en la parte interna cercana a la nariz.
El especialista expone que se trata de un cambio en el tejido normal que resulta en un depósito de proteína, grasa o calcio, similar a un callo sobre la piel.
Entre los síntomas del pterigión y la pingüécula están el enrojecimiento e inflamación del ojo, especialmente durante el crecimiento de un pterigión; también se sufre de visión borrosa, irritación, picazón o ardor.
“Puedes tener una sensación arenosa o de cuerpo extraño en el ojo”, expone el especialista, quien consulta y realiza cirugías en ese centro especializado en la salud visual.
La “uña” del ojo se clasifica clínicamente según su extensión desde la conjuntiva a la córnea, y es tratada con el uso de gotas (colirio), antiinflamatorios, lubricantes, vasoconstrictores y blanqueadoras.
Es importante no usar ninguna gota sin receta médica, ya que muchos medicamentos blanqueadores provocan dependencia, y elevan la presión intraocular y pueden causar otras complicaciones.
Los ciudados
Para cuidar la salud visual, el doctor recomienda visitar un centro con médicos especializados y capacitados para tratar correctamente cualquier patología.
En los casos en que esas afecciones crecen lo suficiente como para comprometer la visión o causar molestia persistente, pueden ser removidos quirúrgicamente, aunque la mayoría -afirma- son retirados por razones cosméticas.
Aun después de un procedimiento quirúrgico, el pterigión y la pingüécula pueden reaparecer. Sin embargo, la manera más eficaz para prevenir reapariciones es limitar la exposición a factores ambientales que pueden contribuir a su crecimiento.
Recomendaciones
Para evitar estas alteraciones se recomienda una adecuada protección de sus ojos contra excesiva luz ultravioleta, uso de gorra o sombrero durante la exposición al sol. Uso de anteojos para el sol que posean protección. Proteger sus ojos de la resequedad, aplicando lágrimas artificiales. Consultar al oftalmólogo regularmente aunque no se sienta nada. El pterigión generalmente no requiere tratamiento hasta que los síntomas son suficientemente severos.

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