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2014, un año seguro para la aviación a pesar de las tragedias




Los dos accidentes de Malaysia Airlines apenas alteraron las estadísticas de este año, entre las mejores de la historia de la aeronáutica comercial
Paradójicamente, 2014 va camino de convertirse en uno de los más seguros en la historia de la aviación con sólo siete accidentes mortales en aviones comerciales, según el recuento efectuado a principios de diciembre por la organización Aviation Safety Network.
Esta cifra es mínima, si se tienen en cuenta los millones de vuelos y los miles de millones de pasajeros que los aviones transportan cada año.
En 2013, se registraron 15 accidentes mortales. Su número se eleva a 32 anuales de promedio desde 1946.
No obstante, el número de muertos y desaparecidos aumentó considerablemente en 2014 con 762 víctimas -un máximo desde 2010-, contra sólo 224 en 2013.
El tráfico aéreo no se ha visto afectado. El número total de pasajeros aumentó un 5,8% de enero a octubre, indicó la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA).
Seguridad y misterio en el aire
Los accidentes de Malaysia Airlines implicaron la primera gran revisión de las precauciones requeridas en materia de transporte aéreo en años, y dieron nuevos motivos a aquellos ya de por sí reacios a volar.
"Nunca me gustó tomar un avión, pero ahora es un verdadero desafío", confiesa Marie Lefebvre, una mujer de negocios canadiense que vive en Bangkok, la capital de Tailandia. "Algunas cosas ocurridas este año son espantosas", añadió la ejecutiva, quien habló de un "sentimiento de impotencia".
La desaparición el 8 de marzo pasado de un Boeing 777-200 de Malaysia Airlines poco después de su despegue en Kuala Lumpur, capital de Malasia, no contribuye a que Lefebvre pueda superar su aerofobia.
Aunque se avanzaron varias hipótesis, como una situación de emergencia a bordo, la toma de rehenes o un acto inexplicable de los pilotos, el paradero de esta aeronave, y de sus 239 pasajeros y tripulantes, continúa siendo un misterio.
Y, cuatro meses después, el 17 de julio, otro Boeing 777 de Malaysia Airlines se estrelló con sus 298 ocupantes en el territorio controlado por los separatistas prorrusos en el este de Ucrania, donde se enfrentan al ejército de esta ex república soviética.
Según Ucrania y Estados Unidos, el avión fue derribado por un misil tierra-aire suministrado por Rusia a los separatistas. Sin embargo, Moscú acusa a las fuerzas ucranianas de derribar la aeronave.

"Circunstancias muy extrañas"
Menos de una semana después, un avión de la compañía taiwanesa TransAsia Airways se estrelló durante el aterrizaje en el aeropuerto de la isla de Penghu debido al mal tiempo. Cuarenta y ocho personas murieron, y otras 10 resultaron heridas.
Un día después, un avión de Air Algérie alquilado a la compañía española SwiftAir se estrelló poco después de su despegue en el norte de Malí, causando la muerte a sus 166 ocupantes. Aunque por el momento la investigación no ha privilegiado ninguna línea.
"Ahora, el nivel de seguridad hace que los incidentes parezcan más misteriosos e impresionantes, ya que se producen únicamente en circunstancias muy extrañas", explica Gerry Soejatman, un consultor en el sector de la aviación y residente en Yakarta.
"Éste es el motivo del gran impacto de este año. Los accidentes son tan puntuales que amplificamos aquellos que se producen", añade.
Soldados franceses de pie junto a los restos del AH5017 de la aerolínea Air Algerie
"Peor pesadilla"
Sin embargo, el misterio del Boeing 777 desaparecido representa un desafío a las nociones modernas de mundo interconectado y altamente vigilado, ya que ni la trazabilidad del aparato ni las búsquedas efectuadas dieron resultados.
Para evitar que esto se reproduzca, las autoridades aéreas deberían anunciar dentro de poco nuevas normas de trazabilidad de los aviones, para poder localizar rápidamente una aeronave en caso de incidente.
La revelación de que la posición de los aviones no se controla constantemente "fue una sorpresa para muchos", constata Raymond Benjamin, secretario general de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI).
"Pero ahora tenemos un consenso con la industria para desarrollar un seguimiento global de todo el tráfico con el objetivo de mejorar el tratamiento de casos similares, en particular para organizar las búsquedas en caso de accidente", dice Benjamin.
La OACI verifica igualmente si los riesgos de sobrevolar zonas de conflicto se comunican de manera apropiada, añade en referencia al avión derribado en Ucrania. La asamblea anual de la OACI analizará en febrero propuestas de mejora.
Para Tom Bunn, gerente de una empresa estadounidense que ayuda a combatir el miedo a volar, "la desconfianza es tan profunda que tendrá un impacto duradero. Los pasajeros ansiosos consideran a estas catástrofes como su peor pesadilla".

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