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Después de la cubeta de hielo, llega el Rice Bucket Challenge



La moda de arrojarse agua fría para recolectar dinero ahora tiene una nueva variante con arroz. En qué consiste, quiénes la impulsan y cuál es su objetivo


Gracias al Ice Bucket Challenge, se logró juntar millones de dólares para la investigación de la ELA, una enfermedad poco conocida del sistema nervioso. En el desafío, participaron personalidades del espectáculo, del deporte e incluso de la política. Dio la vuelta al mundo, pero cuando llegó a la India, se encontró con una dificultad: allí más de 100 millones de personas apenas pueden acceder al agua potable.
Por eso, a la periodista Manju Kalanidhi, de 38 años, se le ocurrió una vuelta de tuerca. Ante la gran cantidad de arroz que se produce en su ciudad, Hyderabad, y su poca distribución, pensó que una forma de realizar una buena acción sería llenar la cubeta con este cereal en lugar del agua helada. Así nació el Rice Bucket Challenge.
Según explica, la idea no es volcarlo sobre nadie, como podría sugerir en principio su nombre, sino que se trata de donar comida a los sectores más necesitados. Ningún grano de arroz termina en el suelo.
"Personalmente, creo que el Ice Bucket Challenge es ideal para la población norteamericana. Pero en la India tenemos otras causas que promover", explicó Kalanidhi. Ella decidió enfocarse en quienes no tienen alimento.
Un tercio de la población india, donde habitan alrededor de 1.200 millones de personas, vive con menos de u$s1,25 al día. Un kilogramo de arroz cuesta entre 80 centavos y un dólar. Para una familia, es el alimento más barato, pero aún así le resulta costoso.
En el Rice Bucket Challenge, el participante debe llenar un recipiente con arroz, tomarse una foto, compartirla en línea y nominar a dos o tres amigos para que hagan lo mismo, al igual que el reto de la cubeta de hielo. Luego, donar el alimento. Y si se quiere ayudar más, se sugiere que se hagan donaciones a un comedor público.
Kalanidhi inauguró la campaña la semana pasada, cuando donó alrededor de 100 kilos de arroz a un hombre de 55 años, quien tiene cinco hijos y que vendía desayunos en el barrio, pero se enfermó y su negocio se paralizó.

Después de subir la fotografía que se tomó con él, cientos de personas le respondieron en las redes sociales. Un día después, el proyecto ya era seguido por miles. Actualmente, más de 44.000 personas participan en la página de Facebook.
En su ciudad, un grupo de estudiantes recolectó cerca de 8.000 kilos de arroz, que repartieron a indigentes. La campaña también se hizo mundial. Gente de California, Canadá y Hong Kong se ha sumado, de acuerdo con Kalanidhi.

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