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TV y Radios de SFM viven el Síndrome de Estocolmo

Concientes o inconcientes, por miedo o por complacencia los dueños de emisoras de radio y de canales de televisión; periodístas y comentaristas de San Francisco de Macorís viven el Síndrome de Estocolmo: unos permiten y otros abren las cámaras y micrófonos -en aparente actitud de solidaridad- con quienes se les antoje convocar a las mal llamadas y desgraciadas "huelgas" que aquí equivalen a secuestros masivos y simultáneos contra la población.
(Síndrome de Estocolmo es la complicidad y vínculo afectivo que se desarrolla entre una persona bajo secuestro -rehén- y el secuestrador o raptor. Aquí todos sabemos que llamar a huelga es crear el escenario para que los delincuentes entren en acción y hagan lo que les venga en gana.
Entonces es lógico deducir que los efectos y consecuencias de las paralizaciones laborales es responsabilidad tripartita. Es cuestionable que en nombre del respeto al derecho de expresión esos poderosos instrumentos se pongan al servicio de individuos irresponsables e indolentes que no se ejercitan en la solidaridad de llevarle ayuda económica a las familias que lloran sus muertos, ni envían gasas ni esparadrapos a los lesionados para que cubran las heridas recibidas en medio de la huelga. Léase al final del texto el origen, historia y casos que ilustran sobre el tema.
La más reciente de esta absurda insensatez se desarrolló los días martes 22 y miércoles 23 de octubre. Dejó otra triste cosecha de un joven trabajador muerto, cinco heridos con graves riesgos de quedar incapacitados para la vida productiva y millones de pesos en pérdidas económicas.
Son los medios electrónicos tradicionales de comunicación vale decir emisoras de radio y canales televisivos los que les sirven de tarima y plataforma a los voceros de microscópicas facciones de grupos en pugna para que difundan sus proclamas y alcancen liderazgos que suelen ser muy efímeros.
Para justificar sus convocatorias esos "líderes" enumeran las reivindicaciones por las que supuestamente luchan. Esta vez más que un pliego de demandas de interés comunitario, era un programa de gobierno.
Lo lamentable es que la radio y la televisión locales permitieron que llamaran y promovieran de manera impune esa huelga de 48 horas. En la tarde del primer día de inactividad laboral, Raúl Monegro, vocero en superficie de los convocadores, calificó el paro como un éxito al 95 porciento por el apoyo de la población.
Sin embargo, Raúl no calculó ni quienes piensan como él, que ese supuesto 95 porciento era inversamente proporcional al hambre, sufrimiento e impotencia en que estaba sometida la población pobre por no poder salir a la calle a gestionar el sustento familiar.
Los convocantes al paralizar la ciudad tienen que saber que por encima de su "éxito político" está el derecho de la enorme población de chiriperos -incluídos sus familiares y ellos mismos- que día a día tienen que salir a la calle a producir de manera honrada y con esfuerzo los recursos que necesitan para el mantenimiento de sus hogares.
Que no olviden los convocadores a huelga que el 85 porciento de la población económicamente activa de San Francisco de Macorís vive de trabajos informales y sólo en condiciones normales pueden salir a trabajar.
Desde hace años llamar a huelga en San Francisco de Macorís equivale a secuestrar a la gente de forma masiva y simultánea en su propia casa. Quien se arriesga a salir a la calle se expone a perder la vida, ya que delincuentes con armas de fuego, encapuchados y en motores recorren las calles de los barrios, montan peajes, siembran el terror y ponen la ciudad bajo su control.

Lo que demandaban

Los convocantes de las 48 horas de huelga en San Francisco de Macorís, tercera ciudad del país, demandaban "encache de la cañada grande que atraviesa la ciudad arrastrando aguas negras. Su costo estimado supera los mil millones de pesos, reclamaban la revisión de la ley de hidrocarburos y rebaja de los combustibles, que el gobierno aumente los sueldos de los empleados públicos, que ordene hacer un asentamiento agrario. Además pedían la cancelación de un funcionario de educación de tercera categoría, que el gobierno construya un hospital de especialidades, que edifique una plaza de la cultura, que arregle calles y caminos vecinales, entre otros.

La Cosecha

Un muerto y tres heridos fue la cosecha que dejó la huelga que por 48 horas convocó el Frente Amplio de Lucha Popular (Falpo) y otras agrupaciones. La víctima es Wilson David Camilo Escaño de 25 años, quien recibió una herida en la cabeza, mientras transitaba por la calle Castillo esquina José del Orbe. Falleció en el Hospital San Vicente de Paúl donde fue intervenido quirúrgicamente; la policía se desligó del hecho.

Lamentables pérdidas

Pero no murió solamente David, con él también murieron sus sueños, sus ilusiones de vivir. Al asesinarlo le robaron la protección a su hijo y su esposa. Con él murieron las esperanzas de su madre, de su padre, de sus hermanos de disfrutar del cariño, calor y asistencia que él le proveyera. Quién responde por la vida de Wilson David Camilo Escaño? ninguna obra material y ni el conjunto de cosas si llegaran a conseguir los convocantes de esa desgraciada huelga recupera esa vida joven y útil que tronchó un delincuente.

Origen e historia del síndrome de Estocolmo

El síndrome de Estocolmo es la actitud de complicidad y fuerte vínculo afectivo que se desarrolla entre una persona bajo secuestro y su secuestrador.
El 23 de agosto de 1973 Erick Olsson intentó asaltar el Banco de Crédito de Estocolmo, Suecia. Al verse acorralado tomó de rehenes a cuatro empleados, tres mujeres y un hombre. Olsson entonces comenzó a exigir que el gobierno pusiera en libertad a Olofsson, un criminal que en ese momento cumplía una condena. A pesar de las amenazas contra su vida, como obligarlos a ponerse de pie con sogas alrededor de sus cuellos, los rehenes terminaron protegiendo al raptor para evitar que fueran atacados por la policía. Durante su cautiverio una de las rehenes declaró a los periodistas: "no me asusta él, ni su compañero, me asusta la policía". Otra de las rehenes afirmó "confío plenamente en él, viajaría por todo el mundo con él".
El caso más famoso de síndrome de Estocolmo es el de Patricia Hearst, nieta del magnate periodístico William Randolph Hearst quien en 1974 fue secuestrada por el ejército Simbionés de Liberación. Dos meses después de haber sido liberada ella se unió a sus captores y los ayudó a realizar el asalto a un banco.
Via El Jaya 

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