Bacterias, virus, hongos y parásitos son
capaces de destruir y matar el tejido corneal, ocasionando úlceras que
ponen en riesgo la agudeza visual y que pueden conducir a la ceguera.
Por la profundidad del daño a la parte más superficial del segmento anterior del globo ocular, la córnea, estas lesiones pueden ser superficiales o provocar secuelas graves y permanentes, como pérdida de la transparencia, perforación o descomposición de dicho tejido.
“Otras causas comunes de úlceras corneales son: higiene deficiente y uso inadecuado de lentes de contacto, alergias oculares severas, ojo seco extremo, traumas, uso indiscriminado de medicamentos tópicos, dificultad para cerrar los párpados e inmunodepresión”, dice la cirujana refractiva María Teresa Salazar.
Los pacientes con úlcera corneal suelen presentar síntomas como dolor ocular repentino, disminución de la agudeza visual, enrojecimiento ocular, fotofobia, lagrimeo, secreciones, sensación de cuerpo extraño y parpadeo frecuente por irritación, expone la especialista de la Fundación Centro Láser.
En dichos casos, puede observarse una o múltiples lesiones blanquecinas. El diagnóstico es realizado a través de la historia clínica y del uso de tinciones y cultivos para su confirmación.
“El paciente debe acudir al oftalmólogo para obtener un diagnóstico correcto e iniciar el tratamiento adecuado para prevenir lesiones mayores en la córnea. Dependiendo de la causa, la terapia puede incluir gotas antibióticas o antimicóticas, medicamentos antivirales, dilatador de pupilas y lágrimas artificiales”, agrega Salazar.
La especialista expone que las úlceras corneales son tratadas de manera ambulatoria, pero su evolución debe ser supervisada por un oftalmólogo.
“En ocasiones, las úlceras se extienden, no mejoran con el tratamiento tópico y pueden penetrar profundamente en el tejido. Cierta cantidad de pus puede acumularse detrás de la córnea”, agrega.
Si, a pesar del tratamiento tópico la úlcera no mejora, puede requerirse de una cirugía para preservar la integridad del globo ocular.
Por la profundidad del daño a la parte más superficial del segmento anterior del globo ocular, la córnea, estas lesiones pueden ser superficiales o provocar secuelas graves y permanentes, como pérdida de la transparencia, perforación o descomposición de dicho tejido.
“Otras causas comunes de úlceras corneales son: higiene deficiente y uso inadecuado de lentes de contacto, alergias oculares severas, ojo seco extremo, traumas, uso indiscriminado de medicamentos tópicos, dificultad para cerrar los párpados e inmunodepresión”, dice la cirujana refractiva María Teresa Salazar.
Los pacientes con úlcera corneal suelen presentar síntomas como dolor ocular repentino, disminución de la agudeza visual, enrojecimiento ocular, fotofobia, lagrimeo, secreciones, sensación de cuerpo extraño y parpadeo frecuente por irritación, expone la especialista de la Fundación Centro Láser.
En dichos casos, puede observarse una o múltiples lesiones blanquecinas. El diagnóstico es realizado a través de la historia clínica y del uso de tinciones y cultivos para su confirmación.
“El paciente debe acudir al oftalmólogo para obtener un diagnóstico correcto e iniciar el tratamiento adecuado para prevenir lesiones mayores en la córnea. Dependiendo de la causa, la terapia puede incluir gotas antibióticas o antimicóticas, medicamentos antivirales, dilatador de pupilas y lágrimas artificiales”, agrega Salazar.
La especialista expone que las úlceras corneales son tratadas de manera ambulatoria, pero su evolución debe ser supervisada por un oftalmólogo.
“En ocasiones, las úlceras se extienden, no mejoran con el tratamiento tópico y pueden penetrar profundamente en el tejido. Cierta cantidad de pus puede acumularse detrás de la córnea”, agrega.
Si, a pesar del tratamiento tópico la úlcera no mejora, puede requerirse de una cirugía para preservar la integridad del globo ocular.
0 Comentarios