El escocés venció 6-4, 7-5 y 6-4 a Novak Djokovic y rompió una racha de 77 años sin campeones británicos en All England. Es su segundo título de Grand Slam, en siete finales
La Catedral del Tenis abrió sus puertas para ver el duelo final masculino. Se definía el campeón de los caballeros en Wimbledon, y como era de esperarse tras los sorprendentes decesos y las inesperadas lesiones, el uno y el dos del ranking mundial eran los finalistas: Andy Murray enfrentaba a Novak Djokovic.
El escocés, poseedor de un solo título de Grand Slam (US Open de 2012), buscaba su segundo "palmar grande" y así empezar a tomar control del circuito de una vez por todas. Con 26 años, es escolta de la clasificación ATP. Pero el verdadero sabor de su victoria estaría en otro aspecto.
Cargaba en sus espaldas con la historia del torneo más antiguo del deporte blanco. Es que desde 1936, con la consagración del legendario Fred Perry, que una raqueta local no salía campeona en Londres. Escocés cuando pierde, británico cuando gana, Murray tenía que romper con la racha en sus espaldas.
En frente estaba el hombre del momento. El serbio lider del ranking, que ya obtuvo seis Grand Slam, y su intención era repetir lo hecho en 2011 al levantar el trofeo de Wimbledon. También tiene 26 años, pero su poderío tenístico supera al de su rival de hoy.
Y lo logró. Murray dejó de ser un sueño, para ser realidad. Lo que todo el Reino Unido espero durante 77 años, se consumó tras tres horas y ocho minutos. El escocés venció 6-4, 7-5 y 6-4 al número uno, y así le puso su sello a la historia grande del All England Tennis and Croquet Club.
El primer set, comenzó con siete break points que generó Murray en dos turnos de saques de Djokovic. Quebró para 2-1. El serbio se repuso rápidamente y quebró el servicio del escocés para el 2-2.
Luego de ambos mantener sus saques, llegó un nuevo quiebre del número dos del mundo pasó al frente por 4-3. Murray jugó todos tiros diferentes y nunca repitió en las devoluciones, así mantuvo su saque para el 5-3, y tras la afirmación de "Nole", cerró la manga por 6-4.
Ya en el segundo parcial, a pesar de estar 1-4 al empezar, el escocés creció lentamente para quedarselo por 7-5. Capitalizó dos de cinco posibilidades de quiebre y atacó la red con criterio y completa efectividad. El serbio solamente tuvo un quiebre al inicio, pero luego se mostró errático.
Ya en la manga final, tras otro inicio esperanzador de Djokovic con dos quiebres, Murray se recompuso y llegó a tener tres posibilidades de ganar el partido, hasta que lo concretó en la cuarta. El suspenso necesario para que fuera más épico.
De esa manera, cerró el segundo título de Grand Slam para su carrera, y en su séptima "gran final" hizo historia en el césped de Wimbledon.
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