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La alimentación del bebé durante sus primeros 2 años de vida


La nutrición infantil, desde la concepción hasta los dos años de vida, es clave para que el niño tenga un desarrollo saludable
A partir de los seis meses de vida hay que comezar a darle al niño otros alimentos como frutas y vegetales.
A partir de los seis meses de vida hay que comezar a darle al niño otros alimentos como frutas y vegetales.
La nutrición durante los primeros años de vida es muy importante para proteger la salud del niño y crearle buenos hábitos alimenticios.

La alimentación que se le provea al pequeño desde su nacimiento, es crucial para evitarle, en un futuro la aparición de patologías graves”,  dijo Rafael Quevedo, experto internacional en fórmulas y nutrición infantil, durante su participación en el programa “Consultado con Ana Simó”, que se trasmite por CDN La Radio.

Según el experto, la mujer debe empezar a preparar su cuerpo antes de quedar embarazada, ya que, cuando una mujer está en forma nutricionalmente hablando, su organismo tiene los  nutrientes claves para cuando el feto empiece a desarrollarse en su útero. Nutrientes claves serían ácido fólico, ideal para  la formación del sistema nervioso central del niño, hierro, yodo, vitamina A y zinc.

En cuando a la alimentación de la embarazada, el especialista comenta que ese mito que arrastran las abuelas, de que hay que  “comer por dos” hay que derrumbarlo, ya que todo dependerá del estado nutricional de la madre. Si la madre no toma las medidas necesarias para controlar el aumento de peso durante su estado de gestación, puede desarrollar  diabetes gestacional,  dando como resultado niños muy grandes o macroscómicos. “En este caso, el bebé tendrá las defensas de su organismo muy bajas, y por ende, tendrá más riesgo de padecer in- fecciones durante su desarrollo. También tendrá más posibilidades de nacer por necesarea, perdiendo las bacterias sanas que toma del canal vaginal de la madre al momento del parto”, dijo Quevedo.

Alimento por excelencia

Una vez que el niño nace, debe ser alimentado, según el Patrón Universal sobre Alimentación, dado por la Organización Mundial de la Salud (OMS),  solo por la leche materna, que además de tener los nutrientes esenciales  para que el niño crezca sano, también posee un serie de células que fortalecen el sistema inmune del pequeño.

Quevedo dice que el niño que es alimentado con leche materna crece de manera distinta al que se desarrolla con una fórmula infantil, ya que la proteína de la leche materna, de promedio tiene 12 gramos por litro y la de fórmula de 14 a 16 por litro. El bebé alimentado con leche de fórmula es más grande y más pesado que el que solo ingiere leche materna. Explicó que si un niño crece demasiado rápido en sus primeras etapas de vida, está condenado a padecer enfermedades crónicas en la vida adulta como: obesidad, diabetes y sufrir accidentes cerebrovasculares, entre otras.

En los seis primeros meses de vida

Algunos a los seis meses, otros a los cuatro, pero es a los seis meses que se alcanza la mayor madurez intestinal y se digieren fácilmente alimentos diferentes a la leche materna. Además,  es a esta edad  que la barrera intestinal madura e impide el paso de moléculas extrañas desde el intestino al resto del cuerpo. Muchas madres acostumbran a darles de tomar a sus hijos, antes del tiempo indicado, té de anís o de manzanilla, agua de habichuela y agua de arroz, entre otras cosas, lo que no resulta saludable para el bebé. Según el experto, eventualmente, si el pequeño suda mucho o se deshidrata por cualquier razón, se le pueden dar solo traguitos de agua, ya que la leche materna es un alimento completo.

Pasados los seis meses de edad deben introducirse a la dieta del bebé alimentos complementarios, “adecuados e inocuos”, combinados con la lactancia materna, ya que pasado este tiempo la leche materna no aporta los nutrientes necesarios para el desarrollo del niño. Los alimentos complementarios deben ser ricos en nutrientes tales como: vegetales, algunas carnes, tubérculos y frutas para que ellos vayan integrando a su paladar texturas y sabores nuevos, así cuando lleguen al año de vida, estarán acostumbrados a la dieta de la familia.

Entre las frutas más recomendadas se encuentran la manzana, pera, naranja y guineo. Conviene evitar en los primeros tiempos las más alergénicas como las fresas, kiwi  y melocotón.  Quevedo recomienda tener mucho cuidado con el uso de la sal y el azúcar, las cuales deben estar presentes en poca cantidad en los alimentos.
Consejo
A partir de los siete meses se pueden introducir a la dieta de los bebés los cereales. Estos aportan minerales, vitaminas, proteínas e hidratos de carbono.

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