En la madrugada de este jueves, el flamante Sumo Pontífice arribó a la basílica de Santa María la Mayor de Roma para rezar. Después de ser nombrado, rechazó el coche oficial y viajó en el autobús con el resto de los cardenales
El papa Francisco rezó este jueves por la mañana en la basílica de Santa María la Mayor,
una de las cuatro grandes de Roma, al día siguiente de su sorprendente
elección como primer pontífice latinoamericano y primer jesuita de la
historia.
El hasta el miércoles cardenal argentino Jorge Bergoglio, entró pasadas las 8.00 de la mañana en un automóvil sin la matrícula oficial del Papa, "CV1", por una puerta lateral de la mayor basílica romana dedicada al culto romano.
"Nos habló cordialmente, como un padre", dijo Ludovico Melo, un cura que rezó con el papa. "Nos avisaron con 10 minutos de anticipación que vendría el papa".
El Papa, de 76 años, debía rezar en la Capilla Paulina de la basílica cerrada al público,
frente a la cual se congregaron decenas de personas, la mayoría
profesionales de los medios de comunicación. Media hora después abandonó el lugar santo, que permaneció cerrado al público.
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Francisco pasó su primera noche en la Casa Santa Marta, el lugar donde se alojaron los 115 cardenales que participaron en el cónclave de dos días del que salió elegido.
Según un fotógrafo, tras dirigirse por primera vez al mundo desde el balcón de la basílica de San Pedro en el Vaticano, el nuevo Papa rechazó el coche oficial y tomó el autobús con sus compañeros.
"Parece que este Papa estará más al tanto de lo que se trata la vida",
dijo el teólogo italiano Massimo Faggioli. Bergoglio era parte de una
familia de siete personas, su padre era un inmigrante italiano que
trabajaba en ferrocarriles y su madre era ama de casa. El se convirtió
en sacerdote a los 32 años, casi una década después de que perdió un pulmón debido a una enfermedad respiratoria y luego de renunciar a sus estudios de química.
El argentino, de 71 años de edad, era arzobispo de Buenos Aires y primado de Argentina. En el anterior cónclave, en 2005, obtuvo 40 votos y fue el segundo más votado pero cedió su apoyo a Benedicto XVI. Es la primera vez en la historia que el papa es latinoamericano
En su primer discurso como sumo pontífice, desde el balcón de la basílica de San Pedro, el nuevo papa Francisco bromeó que los cardenales "fueron a buscarlo al fin del mundo" y pidió a sus fieles que hagan una oración por el obispo emérito Joseph Ratzinger, ex papa Benedicto XVI.
“Orar por él para que el Señor lo bendiga y la Virgen María lo proteja”, declaró ante la multitud presente en la ciudad del Vaticano. A continuación, recitó un Padre Nuestro y pidió: “Oremos por todo el mundo para que exista una gran hermandad”.
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“Auguro que este camino de la Iglesia que hoy comenzamos y en el que me ayudará mi cardenal vicario aquí presente será fructuoso para la Iglesia y para esta bella ciudad (Roma). Y ahora, querréis que os dé la bendición. Pero primero, antes de que el obispo bendiga al pueblo, yo quiero que recéis para que el señor me proteja”, expresó el ex arzobispo de Buenos Aires.
“Paz a todos los hombres y mujeres de buena voluntad”, pidió el papa Francisco, el primero en adoptar el nombre de Francisco de Asís, el santo de los pobres.
Finalmente dio la bendición de Urbi et Orbi y concluyó: “Recen por mí y hasta pronto. Mañana iré a rezarle a la Virgen para que proteja a Roma. Buenas noches y buen reposo”.
Al morir Juan Pablo II, Bergoglio fue uno de 117 cardenales menores de 80 años que votaron al nuevo papa. Aunque el voto es secreto, se dice que logró obtener 40 votos de los 77 que eran necesarios para ser elegido y que los “donó” a Joseph Ratzinger.
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