Brazaletes electrónicos para los
hombres golpeadores. Esa es la estrategia a la que decidió recurrir
Chihuahua, uno de los estados mexicanos en el que el problema de la
violencia contra las mujeres es especialmente agudo.
Para controlar las cada vez más comunes
agresiones, el gobierno de ese estado norteño, uno de los territorios
que se disputan los carteles de narcotráfico, obligará a los ofensores a
ponerse unas pulseras que permiten intervenir antes de que ataquen a
sus antiguas parejas.Los aparatos son monitoreados vía satélite en tiempo real por las corporaciones policíacas locales. Cuando alguno de los portadores se acerca a la víctima se activa una alarma que alerta a las autoridades.
El agresor es conminado a alejarse -el aparato cuenta con un altavoz- y si desobedece es encarcelado, le dice a BBC Mundo Emma Saldaña Lobera, directora del Instituto Chihuahuanse de la Mujer, responsable del proyecto.
"No estaría cumpliendo con una disposión de la autoridad y eso es otro delito, aparte del que puede cometer con la violencia intrafamiliar", explica.
Según organizaciones civiles y autoridades la agresión a mujeres es uno de los problemas más graves del estado. Entre enero y noviembre de 2012, por ejemplo, el Instituto Chihuahuense recibió unas 21.000 denuncias y consultas por este delito.
El programa piloto para su control iniciará en las últimas semanas de 2012 con la colocación de 25 brazaletes a hombres acusados de ejercer violencia extrema contra sus parejas.
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