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Los cigarrillos electrónicos son seguros para el corazón

Los cigarrillos electrónicos que se utilizan para dejar de fumar parecen ser seguros para el corazón, de acuerdo con un estudio que acaba de presentarse en el Congreso de la Sociedad Europea de Cardiología y que sale al paso de algunos ensayos que habían dudado de su seguridad y eficacia.

El tabaquismo es uno de los factores de riesgo más evitables para la enfermedad cardiaca y pulmonar y se calcula que provocará mil millones las muertes durante el siglo XXI. Los cigarrillos electrónicos se han comercializado en los últimos años como un hábito más seguro para los fumadores, y son varios millones de personas los que ya lo utilizan en todo el mundo.

Los cigarrillos electrónicos simulan el efecto del tabaco; el dispositivo consta de una batería, un cartucho que contiene líquido y un elemento que se calienta y genera vapor. Los análisis realizados hasta ahora con estos líquidos muestran que son menos tóxicos que los cigarrillos regulares. La mayoría de los estudios no han encontrado presencia de nitrosaminas, frecuentes en el humo del tabaco, pero incluso en los que sí se han encontrado nitrosaminas, los niveles detectados son 500-1400 veces más bajos que los que prduce un único cigarrillo. Esto significa que se debería usar cigarrillos electrónicos diariamente durante 4-12 meses para obtener la cantidad de nitrosaminas presentes en un solo cigarrillo.
Función cardiaca
Este equipo de investigadores griegos, debido a que la enfermedad cardíaca es la principal causa de morbilidad y mortalidad en los fumadores, decidió realizar el primer estudio clínico sobre los efectos agudos de los cigarrillos electrónicos en la función cardíaca. Así, compararon sus resultados con los efectos agudos del tabaco sobre la función cardíaca.

Algunos ensayos previos había demostrado que fumar produce anomalías importantes en la función miocárdica, lo que sugiere que indica que la disfunción subclínica ya está presente en personas aparentemente sanas y asintomáticas que fuman. El objetivo fue evaluar si estos síntomas también aparecen en una población similar después de usar los cigarrillos electrónicos.
Así, los expertos del Onassis Cardiac Surgery Center de Atenas (Grecia) analizaron la función miocárdica en 20 jóvenes sanos fumadores de entre 25-45 años, antes y después de fumar, y la de 22 usuarios diarios de cigarrillos electrónicos de la misma edad, antes y después de usar el dispositivo durante 7 minutos.
Dejar de fumar
Los resultados mostraron que fumar tabaco provocaba una importante disfunción aguda de miocardio, lo que no ocurría con los cigarrillos electrónicos. Además, fumar tabaco tenía importantes consecuencias hemodinámicas, con aumentos significativos en la presión arterial sistólica y diastólica y la frecuencia cardíaca. Sin embargo, los cigarrillos electrónicos producen sólo una ligera elevación de la presión arterial diastólica.

Para Konstantinos Farsalinos, autor de la investigación, aunque es demasiado pronto para decir si el cigarrillo electrónico es una revolución en la reducción del daño del tabaco, «el potencial está ahí». En su opinión, es el único producto disponible que tiene que actúa sobre los efectos química -liberación de nicotina- y los psicológicos de la adicción al tabaco.

Cada vez fumamos +

La nueva ley antitabaco, que prohibió hace un año fumar en los establecimientos públicos, no ha servido para disminuir el número de fumadores, que al contrario han aumentado, ni para prevenir que los adolescentes se inicien en este hábito. Según el Estudio sobre Tabaquismo Pasivo, la cifra total de fumadores ha pasado de ser del 21,2% de la población antes de la aplicación de la primera Ley de 2005 (Ley 28/2005, de 26 de diciembre, de medidas sanitarias frente al tabaquismo y reguladora de la venta, el suministro, el consumo y la publicidad de los productos del tabaco), a un 17,65% actual. «Pero es preocupante observar que la cifra de fumadores ha aumentado en un 0,50% con respecto al anterior estudio de 2007», explica Juan Antonio Riesco, vicepresidente de SEPAR y coordinador científico de los tres estudios de tabaquismo de SEPAR elaborados en 2005, 2007 y 2011, junto con el Carlos Jiménez.
En el informe, presentado hoy por la SEPAR, se constata que actualmente fuma el 17,65 % de la población española, un 0,50% más con respecto al último informe de 2007. Del sondeo, realizado entre 3.300 personas, se desprende además otro dato «preocupante»: el incremento del número de jóvenes de entre 13 y 16 años que se incorporan al tabaquismo.

Los españoles fuman una media de 12 cigarrillos al día y fuman más los hombres que las mujeres. Uno de cada tres encuestados (un 27% de los fumadores) ha intentado dejar de fumar desde la implantación de la última Ley Anti Tabaco. Un 14% volvió a fumar en menos de 24 horas y un 72% recayó en el primer me. Es de destacar que sólo un 12% lo intentaron con ayuda médica. «El tabaquismo es una enfermedad adictiva, la primera causa de muerte prevenible. Es imprescindible que un fumador que desea dejar de fumar disponga de los recursos sanitarios suficientes y de apoyo para lograr el éxito en el abandono de esta adicción», comenta Riesco.

Tabaquismo pasivo
La única buena noticia de este análisis es que hace cuatro años el 38 % de los españoles estaba sometido al aire contaminado por el humo de tabaco y, en el momento actual, lo está el 21%. El informe muestra que la Ley ha conseguido reducir la exposición al humo de tabaco de los españoles en 17 puntos porcentuales. En el año 2007, el 38% de los españoles estaba sometido al aire contaminado por humo de tabaco y en el momento actual, lo está el 21%. Pero las cifras preocupantes se encuentran en el número de fumadores, que se estabiliza; en los intentos fallidos de los fumadores que intentan abandonar el tabaco y en la exposición de los niños al humo del tabaco en sus hogares. «Estos son los tres retos que los profesionales de la sanidad y la Administración tenemos ahora sobre la mesa», afirmó Juan Ruiz Manzano, presidente de SEPAR. «Es muy significativo que desde la implantación de la nueva ley a principios de 2011, el porcentaje de fumadores pasivos haya descendido en 17 puntos porcentuales», explica Carlos Jiménez, coordinador del área de tabaquismo de SEPAR.

«Es positivo que hemos encontrado reducciones significativas de exposición al humo del tabaco tanto en los colegios como en los lugares de trabajo. No obstante, no todo son buenas noticias, pues, se ha encontrado que más del 50% de los niños menores de 13 años de edad están sometidos al aire contaminado por el humo del tabaco en su propio hogar. Estas cifras hablan de que los fumadores españoles deben sensibilizarse y tratar de no fumar en sus hogares en presencia de menores», afirma Jiménez.

Más llamativo ha sido el descenso en lugares de trabajo y locales de ocio, posiblemente debido al carácter más restrictivo de la segunda ley, que prohibía terminantemente fumar. En los lugares de trabajo se ha pasado del 26% (antes de la 1ª Ley), al 6% en diciembre 2011. Cabe destacar que la exposición al aire contaminado por humo de tabaco, señala Jiménez Ruiz, en los restaurantes es del 3%, en los bares sube al 7% y en las salas de fiestas y discotecas alcanza el 11%.

La normativa sobre el tabaco
Aunque todavía 1 de cada 10 fumadores encuestados dice no conocer la nueva Ley, el 65% de estos se muestran a favor de la misma, frente al 83% de los ex fumadores y el 93% de los no fumadores. También el estudio ha revelado que al 81% de los no fumadores, al 75% de los exfumadores y al 35% de los fumadores les resulta más cómodo ir a los bares. Además acuden más a los bares un 17% de los no fumadores y un 14% de los exfumadores.

 

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1 Comentarios

  1. La opción de vapear en vez de fumar tabaco puede parecer más segura, pero aún plantea riesgos para la salud. Es importante evaluar todas las opciones y buscar alternativas saludables.

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