SE INCREMENTA ANTE EL DESCONOCIMIENTO SOBRE CÓMOSE DEBE ACTUAR ANTE UN PELIGRO
“Eran dos hombres en un motor. Mientras yo abría la verja de mi casa, el de atrás se desmontó y me quitó la cartera y las llaves del carro, amenazándome con el cuchillo. Me dijo que si gritaba me cortaba la cara”. Villanueva narra que no pudo siquiera gritar, simplemente quedó en shock, mirando cómo se llevaban su vehículo y sus pertenencias. Desde entonces, asegura, nunca ha vuelto a ser la misma persona.
Miedo que paraliza
Como María del Carmen, muchos dominicanos han sido víctimas de la inseguridad de las calles, de la delincuencia y la violencia. Quizás por esta razón es natural tener miedo, pero no todos los tipos de miedo son saludables. La psicóloga clínica Olga María Renville comenta que existe un miedo de defensa, ese que en un momento determinado resulta funcional y que provoca la producción de adrenalina para alertar al cuerpo de que se encuentra en una situación de peligro, de la que debe defenderse o escapar.
“Ahora bien, hay un miedo que paraliza, que limita el que la persona pueda seguir desarrollando su vida. Este miedo tiene otra trascendencia y es el que genera esta ola de violencia que nos arropa y que además nos es bombardeada de manera continua y constante por los medios de comunicación sin contemplación de horarios”, expresa.
Por qué tanto temor
Para María del Carmen Villanueva lo más difícil de su experiencia ha sido superar su temor. “No puedo salir, nadie se me puede acercar en la calle, y si veo a alguien sacar un cuchillo se me aflojan las rodillas”, comenta la empleada privada de 39 años. Enterarse de otros casos similares al suyo tampoco ayuda.
Renville comenta que el miedo también proviene de la falta de información acerca de cómo cuidarse. “El miedo que paraliza surge de la falta de control y de conocimiento ante una situación que puede atentar contra la vida”, dice.
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