Fuselajes sin alas, cabinas de mando desocupadas y alerones
desgastados están regados por el gran hangar de Tarmac Aerosave, en
donde los aviones viejos encuentran su final.
Pero en medio de esta escena de destrucción industrial se alza el
triunfo de la reencarnación por el reciclaje, dice Sebastien Medan, jefe
de desmantelamiento de la compañía francesa.
“Recibimos un avión viejo…y este trabajo finaliza cuando todo el material de la nave puede ser reusado”, dice Medan.
Tarmac Aerosave ha estado desmantelando aeronaves en desuso en su
base en Aerospace Valley –un sitio de firmas francesas de ingeniería de
vuelo cerca a Tarbes, en el sur del país- desde que fue creada en 2009.
Aunque el principal negocio de la compañía es el almacenamiento de
aviones, ya ha desbaratado 12 aviones por completo.
Las piezas rescatadas durante este proceso son reutilizadas. El tren de aterrizaje y los flaps
son modificados para ser reinstalados en nuevos aviones mientras que
las cabinas de vuelo son utilizadas para simuladores de vuelo. Todas las
partes que son guardadas pueden ser vendidas por los fabricantes de
aviones. Lo que queda, entretanto, es destrozado y vendido por Tarmac.
“El porcentaje de un avión que puede ser reciclado es de alrededor de
87% y en realidad esperamos aumentar eso a 90%”, dice Medan.

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