El premio supera incluso al Gordo de la Navidad de España, tradicionalmente considerado el más grande del mundo, y a sorteos europeos como el Euromillones, según los responsables del juego.
El premio más grande que había repartido la lotería fueron US$390 millones que dividió entre dos ganadores en 2007.
"Es el bote más grande en la historia de la lotería. Mucha gente en EE.UU. ha salido a comprar los boletos con la esperanza de conseguir un trozo del premio", informa el corresponsal de la BBC Jonathan Blake.
"¿Qué haría si gano? Lo de siempre, compartir con mi familia y mis amigos. No volverme a preocupar por el dinero y dimitir. No quiero volver a trabajar en mi vida", le comentaba un ciudadano a Blake mientras esperaba en una de las largas colas que se han formado.
Acumulado de 18 semanas
Frente a los puestos de venta se han formado largas colas.
A medida que se acercaba la fecha los medios locales informaban sobre las largas colas que se estaban formando frente a los puestos de venta. En 42 estados de EE.UU., casi su totalidad, se han estado vendiendo los boletos por US$1.
Si el ganador quiere recibir todo el premio en un solo pago, recibiría menos de la cifra sorteada, unos US$400 millones. Si no quiere perder ni un céntimo del gordo recibirá los US$500 millones en 26 pagos anuales.
A pesar de la fiebre del gordo que recorre a EE.UU. las posibilidades de ganar son escasas. El ganador tiene que acertar seis cifras extraídas de una urna con bolas numeradas.
Según las autoridades de control de juego estadounidenseses, las probabilidades de ganar el supergordo es de una entre 176 millones de posibilidades.
Para los miles de compradores que se han acercado a los puntos de venta y que han esperado pacientemente su turno durante horas, existe una esperanza.
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