Una nueva medida que forma parte de la reforma de
salud pública promovida por el gobierno del presidente Barack Obama
generó una airada protesta de los obispos católicos en Estados Unidos
que alegaron que viola los principios de esa iglesia.
La legislación federal obliga a todos los empleadores, incluyendo a las instituciones bajo administración de organizaciones religiosas a ofrecer cobertura de salud que incluye la distribución gratuita de anticonceptivos.
Mientras que la jerarquía católica rechaza rotundamente la medida, muchas mujeres católicas en EE.UU. practican métodos modernos de control de la natalidad y una reciente encuesta muestra que una leve mayoría en la comunidad católica apoya dicha ley.
Otros, por otra parte, aseguran que se trata de una descarada afrenta a la Constitución que garantiza la libertad de culto y que podría costarle caro a Obama en su campaña de reelección.
Un asesor del presidente ya salió a dar señales de una concesión, diciendo que el gobierno está dispuesto a trabajar con las instituciones católicas para implementar el reglamento sin comprometer las enseñanzas de la iglesia.
Católicos y la anticoncepción
Los obispos católicos ordenaron la lectura de una denuncia contra la ley durante la misa.
La norma exime a los lugares de culto mas no a sus instituciones afiliadas -universidades, hospitales y organismos caritativos- administradas por la iglesia católica.
Según la Asociación Católica de la Salud (CHA, por sus siglas en inglés), la secretaria de Servicios de Salud y Servicios Humanos, Kathleen Sibelius, se basó en el criterio más estrecho para definir quién quedaría eximido.
La presidenta y directora ejecutiva de la CHA, Carol Keehan, que abogó por la reforma de la salud de Obama, manifestó en un comunicado su desilusión y tildó el reglamento de un "desafío para muchos grupos". Aseguró que estaría trabajando directamente con la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos y otros organismos afines para resolver el asunto.
"Sabemos que en Estados Unidos el 98% de las mujeres católicas sexualmente activas han usado un anticonceptivo moderno durante sus vidas"
Jon O'Brien, Catholics for Choice
Los obispos no se hicieron esperar y enviaron cartas a las diferentes parroquias, criticando la medida de Barack Obama, para que fueran leídas durante la misa a los feligreses.
Jon O'Brien presidente de Catholics forChoice, una organización que está en desacuerdo con los dictámenes del Vaticano en cuanto a sexualidad, matrimonio y maternidad, dijo a BBC Mundo que los obispos estaban armando un escándalo predicando a una mayoría que acepta el uso de anticonceptivos.
"Sabemos que en Estados Unidos el 98% de las mujeres católicas sexualmente activas han usado un anticonceptivo moderno durante sus vidas", afirmó.
O'Brien acusó a los obispos de querer lo mejor de dos mundos: "Quieren poder administrar sus instituciones y recibir el dinero del contribuyente mientras que discriminan contra sus propios empleados al negarles métodos para el control de la natalidad".


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