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Sayda Ayala la exitosa empresaria que gana millones de dólares con sus empresas de transporte

LOS ÁNGELES, California.– En 2014, la hondureña Sayda Ayala no tenía siquiera los 495 dólares que necesitaba para inscribirse como beneficiaria de la Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA) y tuvo que seguir viviendo en las sombras hasta que reunió el dinero para aplicar a este programa. Este año su situación es completamente opuesta: reportó al gobierno federal un ingreso de 4.8 millones de dólares gracias a sus dos empresas de transporte en el sur de California.
"Para mí no existe el miedo", dice Ayala, una madre soltera que hace pocos días cumplió los 28 años.
Su historia de éxito comienza en Honduras, donde vivió hasta la adolescencia. Ella tenía 13 años cuando emigró a California. Era 2003 y tanto sus padres como hermanos ya estaban en este país, un éxodo que se debió principalmente al devastador paso del huracán Mitch, pero también a la violencia.
Sayda viajó sin compañía hacia Estados Unidos. A mediados de septiembre de ese año, agentes de la Patrulla Fronteriza la detuvieron en Texas, la liberaron tres días después y finalmente pudo reunificarse con sus padres, quienes la esperaban en la ciudad de Long Beach, en el sur de California.
A los 20 años, Sayda tuvo que abandonar sus estudios de criminología en un colegio comunitario porque quedó embarazada. Después de que nació su hijo Caleb, ahora de 7 años, consiguió un empleo como secretaria en un negocio de venta de camiones de carga, que se convirtió en el antecedente de su meteórica carrera empresarial.
Ahí también nació su compromiso de no engañar a los clientes hispanos, pues tuvo que ser testigo de prácticas antiéticas en la industria. "Vi muchas injusticias, los latinos son humildes y las agencias toman ventaja. Les venden equipo malo, cambian el millaje, les venden camiones con motores que están dañados o están a punto de dañarse; pasan muchas cosas de las que no se dan cuenta", relata.
En 2014, ella y el padre de su hijo compraron juntos un camión, pero esta sociedad se rompió cuando se separaron. Como parte del acuerdo, Sayda se quedó con el vehículo, pero sin saber muy bien qué hacer con el tráiler. Un amigo que es propietario de una empresa de transporte se convirtió en su mentor y le sugirió que no lo vendiera, sino que le permitiera agregarlo a su flotilla. Dos semanas después la citó en su oficina para darle su primer cheque. Así nació su primera empresa.
"A los seis meses agarré otro camión, tres meses después agarré otro. Llegué a tener 11 camiones", cuenta sobre el crecimiento de la empresa Caleb's Express Transportation LLC, con sede en la ciudad de Ontario y que el año pasado facturó alrededor de 800,000 dólares repartiendo mercancía a grandes cadenas comerciales como Coca-Cola y Costco.
Cuando las ganancias le permitieron ahorrar $200,000 y un amigo le hizo un préstamo por medio millón de dólares, montó su segunda compañía de venta de vehículos de carga: Milestone Trucks Sales Inc en la ciudad de Whittier, en el este del condado de Los Ángeles.
Se trata de un negocio relativamente pequeño, que llega a vender hasta 10 camiones –de entre $60,000 a $80,000– en un solo mes. Ahora tiene un inventario de 30 unidades, las cuales ya han sido adquiridas. Este año reportó ganancias de 4 millones de dólares (el doble que hace tres años) al Servicio de Recaudación de Impuestos (IRS).
Sayda Ayala y su hijo Caleb, en la agencia de venta de camiones Milestone Trucks Sales Inc.
Ambas empresas dan trabajo a 15 personas. A lo largo de los años, ella le ha dado empleo a cinco dreamers y a 10 más les ha ayudado a abrir compañías de transporte y de reparación automotriz.
Sayda dice que tuvo dudas al iniciar sus proyectos empresariales, pero recomienda a los migrantes sacudirse el miedo. "Yo lloraba y le decía a mi mamá: ‘pero sí yo lo quiero hacer, no le estoy quitando nada a nadie. No estoy robando nada, no estoy quitando ningún empleo, pidiéndole al gobierno’", recuerda.

"Me preocupaba no poder ayudar a la gente"

Según ella, nada de esto habría pasado sin DACA, el alivio migratorio que obtuvo en julio de 2016, porque durante cuatro años no tuvo dinero ni para pagar por este trámite. "Yo soy el ejemplo del negocio que les pagó más de 50,000 dólares en impuestos y del negocio de una dreamer a la que, si no le renuevan DACA, dejará de generar impuestos a este gobierno", señala ella.
Sayda pudo reinscribirse al programa en julio pasado y su tarjeta le llegó a finales de agosto. Durante unas semanas su agencia estuvo en aprietos porque no pudo renovar su licencia de conducir ya que se venció su permiso de trabajo. Temía que la empresa cerrara definitivamente. "No pensaba mucho en mí, pero me preocupaba no poder ayudar a la gente".
La filosofía de Milestone Trucks Sales Inc, asegura, es tener total honestidad con los compradores y ayudarles incluso con las reparaciones posteriores. "Quería hacer la diferencia entre los dealers. Vi cómo personas lloraban cuando sus camiones se dañaban y nadie hacía nada", dice. "El 80% de los clientes son compañías que salieron de la nada; son clientes fieles y agradecidos", agrega.
Y precisamente por esa motivación no hay nada que detenga a esta joven, ni siquiera el lupus (enfermedad autoinmune que ataca los tejidos sanos) que padece ni un problema en la espalda que la ha alejado de sus negocios desde 2017. "Tengo un hijo de 7 años y no puedo darme por vencida", advierte.
Para el abogado Eric Price, este es el ejemplo adecuado sobre las aportaciones de los dreamers. "Sayda es una inspiración para quien crea en el ‘sueño americano’. Ella empezó de la nada y construyó algo que será un legado para generaciones", afirma.
"En general, los dreames tienen más que perder y más que ganar, por eso ellos trabajan más duro que nadie", agregó Price.

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