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Danilo Medina en la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU)

El presidente Danilo Medina proclamó ayer que el propósito de República Dominicana como miembro no permanente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas será aportar una voz latinoamericana y caribeña y promover el diálogo, el entendimiento y la búsqueda de soluciones pacíficas.
“Tenemos claro que en un espacio en el que se dirimen asuntos que pueden modificar el curso de la historia y el destino de millones de personas, no cabe buscar soluciones fáciles y drásticas que no existen”, dijo al pronunciar el discurso durante el 73 período de sesiones de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Es la primera participación de Medina en el debate de alto nivel, que en septiembre de cada año organiza la ONU, tras la elección de República Dominicana como miembro no permanente de una de las instancias de mayor responsabilidad mundial en el mantenimiento de la paz.
“Nuestro país siempre será un ente de diálogo, de entendimiento y de búsqueda de soluciones pacíficas. Estamos dispuestos siempre a hacer el trabajo de acercar posiciones y defender el consenso, como la mejor herramienta para la paz y el desarrollo”, indicó.
El gobernante dominicano manifestó que, en virtud de ello, República Dominicana siempre promoverá el acercamiento entre los pueblos a través de la mediación y el diálogo democrático, abriendo espacios hacia un futuro de paz compartida.
Respeto a dere-  chos humanos
“Desde ya, nos comprometemos a hacer valer, tanto en el Consejo de Seguridad, como en esta Asamblea, los mismos principios inquebrantables que nos guían como nación. El respeto a los derechos humanos, a la democracia, a la libertad y a la diversidad serán, por tanto, el faro que seguiremos para orientar nuestra labor en el Consejo de Seguridad”, agregó el mandatario dominicano.
Agradecimiento
El Presidente de la República también aprovechó la ocasión para expresar su gratitud, en nombre del pueblo dominicano y el suyo propio, a los países miembros de la ONU por el apoyo recibido para formar parte del Consejo de Seguridad.
De manera especial, agradeció a los miembros del Grupo de Países de América Latina y el Caribe, el GRULAC, por la confianza depositada.
“Haremos lo posible por honrar la confianza depositada en nosotros, siendo plenamente conscientes de que la estabilidad y la seguridad son objetivos prioritarios, pero también frágiles, que es necesario preservar y hacia los que se avanza paso a paso y día a día”.
Medina regresa hoy al país luego de participar en el debate de alto nivel que cada año organiza el organismo multilateral.
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CAMBIO CLIMÁTICO Y EL NARCOTRÁFICO

Al hablar ante la Asamblea General de la ONU, Danilo Medina también reafirmó el compromiso de República Dominicana con las que calificó como principales amenazas a la estabilidad y seguridad mundial: el cambio climático, el narcotráfico y el crimen organizado.
“En ambos casos, las consecuencias son miles de familias destrozadas, daños colaterales sobre todos los aspectos del desarrollo humano y estados desbordados ante la magnitud del desafío al que deben hacer frente”.
Explicó que para enfrentar las consecuencias del cambio climático, la República Dominicana trabaja simultáneamente en tres niveles de actuación: el local, el nacional y el internacional.
En ese sentido, reiteró la urgencia de financiar y darle operatividad a iniciativas como el Mecanismo Internacional de Varsovia de pérdidas y daños que permitirá resarcir las destrucciones en infraestructura, ecosistemas y aliviar la condición de riesgo de la gente.
Con relación al narcotráfico y el crimen organizado, dijo que al igual que con el cambio climático, la lucha contra este mal social debe realizarse en los niveles local, nacional e internacional, para poder lograr resultados efectivos.
“En el caso de nuestro país, la intervención local está centrada en las campañas de prevención y en la contención de nuestros jóvenes, apoyándolos con formación y con oportunidades de emprendimiento, al tiempo que mejoramos los barrios en los que residen y recuperamos los espacios públicos para la gente”.
“Todo esto con el objetivo de alejar a la población más vulnerable de las redes del crimen”.

El presidente Danilo Medina centró su discurso esta noche en el Septuagésimo Tercer Período Ordinario de Sesiones de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas en el narcotráfico y el cambio climático, los dos problemas que considera de las principales amenazas a la estabilidad y la seguridad mundial.

“A primera vista, pueden parecer fenómenos muy distintos entre sí, por supuesto. Sin embargo, su nivel de complejidad y su alcance global los convierten en dos de los principales retos que enfrenta la humanidad. En ambos casos, las consecuencias son miles de familias destrozadas, daños colaterales, sobre todo los aspectos del desarrollo humano y Estados desbordados ante la magnitud del desafío al que deben hacer frente”, dijo Medina.

El mandatario dominicano afirmó que el narcotráfico y el crimen organizado son una amenaza a la seguridad y la estabilidad mundial de magnitud parecida al cambio climático.

A continuación el discurso íntegro del presidente Medina.

Excelentísima Señora María Fernanda Espinosa Garcés,
Presidente del Septuagésimo Tercer Período Ordinario de Sesiones de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas;

Excelentísimo Señor Antonio Guterres,

Secretario General de la ONU;
Señores Jefes de Estado y de Gobiernos;

Señores Jefes de Delegaciones;
Señores Ministros;
Señoras y señores;

En primer lugar, permítanme felicitar a la Embajadora María Fernanda Espinosa Garcés, por su elección como presidente de esta Asamblea General y desearle todos los éxitos posibles.
Para mí es un gran honor poder dirigirme a ustedes nuevamente como presidente de la República Dominicana.
Para nuestro país esta es una ocasión especial, porque el próximo año la República Dominicana formará parte, por primera vez, del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, como miembro no-permanente.

Por eso quiero empezar agradeciendo, en nombre del pueblo dominicano y el mío propio, a los países miembros de la ONU por el apoyo recibido para formar parte del Consejo de Seguridad.
Agradezco especialmente a los miembros del Grupo de Países de América Latina y el Caribe, el GRULAC, por la confianza depositada en nosotros.

Nuestro propósito durante este periodo será aportar una voz latinoamericana y caribeña a una de las instancias de mayor responsabilidad mundial en el mantenimiento de la paz.
Desde ya, nos comprometemos a hacer valer, tanto en el Consejo de Seguridad, como en esta Asamblea, los mismos principios inquebrantables que nos guían como nación.

El respeto a los derechos humanos, a la democracia, a la libertad y a la diversidad serán, por tanto, el faro que seguiremos para orientar nuestra labor en el Consejo de Seguridad.
Haremos lo posible por honrar la confianza depositada en nosotros, siendo plenamente conscientes de que la estabilidad y la seguridad son objetivos prioritarios, pero también frágiles, que es necesario preservar y hacia los que se avanza paso a paso y día a día.
Tenemos claro que en un espacio en el que se dirimen asuntos que pueden modificar el curso de la historia y el destino de millones de personas, no cabe buscar soluciones fáciles y drásticas que no existen.

En este contexto, nuestro país siempre será un ente de diálogo, de entendimiento y de búsqueda de soluciones pacíficas. Estamos dispuestos siempre para hacer el trabajo de acercar posiciones y defender el consenso, como la mejor herramienta para la paz y el desarrollo.

Por eso, en todo momento promoveremos el acercamiento entre los pueblos a través de la mediación y el diálogo democrático, abriendo espacios hacia un futuro de paz compartida.

Señoras y señores,

Desde su fundación, hace algo más de siete décadas, la Organización de las Naciones Unidas ha cumplido un papel central para crear un mundo más estable y seguro para los seres humanos de todo el mundo.
Sin embargo, nunca podemos considerar esta estabilidad como una conquista definitiva, no podemos bajar la guardia cuando sabemos, por ejemplo, que solo en nuestra región latinoamericana y caribeña todavía el 35% de la población pertenece a la llamada “clase vulnerable” y, por tanto, pueden volver a caer en la pobreza ante cualquier revés.

De la misma forma, en cuanto a la seguridad, es justo reconocer que, como tantas otras cosas, no está muy bien repartida. Todos sabemos que hay territorios en las Américas y todo el mundo donde vivir con tranquilidad y sin temor es casi una utopía, por el control que ejerce el crimen organizado en dichos territorios.

¿Qué podemos hacer entonces para que este sea un mundo cada vez más estable?

¿Qué medidas tomar para que la seguridad no sea patrimonio de unos pocos países, sino que se extienda por todo el mundo y que llegue hasta cada barrio y cada pueblo?

Obviamente no soy el único que se hace estas preguntas. Todos los presentes nos las hacemos.

Tampoco voy a dar respuestas definitivas, pues estas solo las podremos encontrar trabajando juntos.

Lo que sí haré es señalar brevemente las que considero dos de las principales amenazas a la estabilidad y la seguridad mundial: el cambio climático, el narcotráfico y el crimen organizado.
A primera vista, pueden parecer fenómenos muy distintos entre sí, por supuesto. Sin embargo, su nivel de complejidad y su alcance global los convierten en dos de los principales retos que enfrenta la humanidad.

En ambos casos, las consecuencias son miles de familias destrozadas, daños colaterales sobre todos los aspectos del desarrollo humano y Estados desbordados ante la magnitud del desafío al que deben hacer frente.
Comencemos hablando de las consecuencias de los desastres naturales.
Estos fenómenos de la naturaleza se presentan cada vez con mayor frecuencia, solo tenemos que abrir un periódico, o encender el televisor para encontrar los efectos del cambio climático haciendo estragos en un punto u otro del planeta.
Desde el tifón que recientemente golpeó a Filipinas con una fuerza no vista en décadas, a las temporadas ciclónicas que castigan las islas del Caribe cada vez con más violencia, ningún rincón del planeta está a salvo.

El año pasado vimos como el huracán Irma dejó a La Habana totalmente inundada y se requirió de un esfuerzo de muchas semanas para que todo volviera a la normalidad.

Por su parte, a Puerto Rico, las islas de Antigua y Barbuda, además de otras del Caribe les tomó meses recuperarse de los efectos del Huracán María, que no solo trajo pérdidas económicas, sino que se cobró una considerable cantidad de vidas humanas.
Desde la República Dominicana, estamos fuertemente comprometidos con enfrentar las consecuencias del cambio climático. Y eso quiere decir que estamos trabajando simultáneamente en tres niveles de actuación: el local, el nacional y el internacional.
Porque el plano local es donde se desarrolla la vida diaria de las personas. Es aquí donde las tragedias cobran una dolorosa realidad y también donde debe empezar el trabajo de construir, de preparar y de concientizar.

En este ámbito, que junto al nacional, es donde nuestro gobierno tiene más capacidad de acción, estamos mejorando la resiliencia y reubicando las comunidades que viven alrededor de nuestras cuencas hidrográficas más importantes, altamente vulnerables frente a los fenómenos climáticos.
También estamos realizando una ardua labor de sensibilización pública, formando a miles de profesores y técnicos que promoverán el desarrollo sostenible en sus escuelas y comunidades.
Luego viene el plano nacional y aquí también estamos trabajando sin descanso, tanto en nuestras estrategias de respuesta rápida, como en el ámbito de la prevención. Así, por ejemplo, estamos sembrando millones de árboles en todo nuestro territorio, al tiempo que invertimos como nunca en energías renovables.
Medidas como éstas, con las que no solo apoyamos nuestra economía, también nos permitirán reducir nuestras emisiones de gases de efecto invernadero en un 25% para el 2030. Una meta que nos llena de satisfacción.
Sin embargo, la lucha contra el cambio climático es tarea de todos y por eso es imprescindible ese último escenario, el más amplio y grande de los tres, el escenario internacional. Un espacio en el cual, si no hay voluntad política, la mayoría de los esfuerzos quedan en nada y afectan negativamente todo lo que avanzamos en el plano local y nacional.

Por eso vuelvo y reitero aquí ante esta Asamblea, la importancia de ir más allá de las buenas intenciones y centrarnos en acciones concretas.

Y entre esas acciones, quiero una vez más resaltar la urgencia de financiar y darle operatividad a iniciativas como el Mecanismo Internacional de Varsovia de pérdidas y daños que permitirá resarcir las destrucciones en infraestructura, ecosistemas y aliviar la condición de riesgo de nuestros pobladores.

Este fondo es indispensable para que los desastres naturales no destruyan en unas horas lo que muchas naciones les ha costado décadas construir.

Les daré solo un ejemplo, sabiendo que nuestro caso no es el más dramático de la región caribeña.
El pasado año, el paso de las tormentas Olga y María por nuestro país supuso la destrucción de obras construidas por valor de mil millones de dólares. Imaginen lo que eso supone para un país en el que el presupuesto anual del Estado es de por sí limitado.

Pero sobre todo, este fondo ayudará a proteger las valiosas vidas de millones de seres humanos, llevará tranquilidad a sus hogares, les permitirá tener un futuro sin la incertidumbre permanente de sentirse amenazados cada vez que ven llegar la lluvia.
Por todo esto, consideramos ineludible que sean aquellos países que más han aportado a la emisión de gases responsables del cambio climático los que, de forma proporcional, aporten a este fondo establecido para paliar sus efectos.
Señoras y señores,
Como les describí anteriormente, consideramos al narcotráfico y el crimen organizado como una amenaza a la seguridad y la estabilidad mundial de magnitud parecida al cambio climático.

El tráfico de sustancias ilícitas se cobra cada años miles de vidas y especialmente vidas jóvenes, extremadamente valiosas para nuestros países. Pero por si esto fuera poco, permea nuestras instituciones, desequilibra nuestras economías, amenaza nuestros valores y no trae más que degradación y destrucción a nuestro tejido social.

Donde llega el crimen organizado siempre se deteriora con el tiempo la seguridad y la paz de nuestros pueblos.

Por eso, también en este ámbito, al igual que con el cambio climático, la lucha contra las drogas debe realizarse en los tres niveles, local, nacional e internacional, para poder lograr resultados efectivos.
En el caso de nuestro país, la intervención local está centrada en las campañas de prevención y en la contención de nuestros jóvenes, apoyándolos con formación y con oportunidades de emprendimiento, al tiempo que mejoramos los barrios en los que residen y recuperamos los espacios públicos para la gente. Todo esto con el objetivo de alejar a la población más vulnerable de las redes del crimen.
A nivel nacional, las fuerzas de seguridad y nuestra Dirección Nacional de Control de Drogas dan la batalla en todo el territorio como parte de un plan integral para fortalecer las acciones contra el narcotráfico.
Entre otras iniciativas, estamos adquiriendo nuevos equipos de alta tecnología y reforzando la seguridad en nuestros puertos y aeropuertos con más agentes y controles, además de realizar intervenciones profundas en las zonas de mayor incidencia del delito.

Paralelamente, hemos avanzado con la aprobación de una ley contra el lavado de activos y financiamiento al terrorismo basada en las recomendaciones del Grupo de Acción Financiera Internacional, GAFILAT, con énfasis en medidas de prevención y combate del lavado de activos al que recurren los narcotraficantes para hacer rentables sus operaciones.

Y finalmente, en el plano internacional, tenemos acuerdos bilaterales y multilaterales con Estados Unidos, la Unión Europea, y los países del SICA, además de participar en la Iniciativa de Seguridad de la Cuenca del Caribe, todo con el objetivo de coordinar esfuerzos y mejorar nuestra eficiencia en la lucha contra el narcotráfico y el crimen organizado.

Gracias a iniciativas como éstas, estamos más preparados para luchar juntos en contra de este mal que amenaza la integridad de nuestras economías y nuestras democracias.
Sin embargo, debemos insistir en la necesidad de profundizar esa coordinación internacional.

Hay mucho que podemos avanzar si sumamos esfuerzos, compartimos información y nos apoyamos mutuamente en esta labor.
Y también aquí entendemos que mostrar un mayor compromiso es responsabilidad de los países que, con su demanda interna de narcóticos, han puesto en marcha la maquinaria internacional del narcotráfico y el crimen organizado.

No podemos obviar el hecho de que son precisamente Estados en vías de desarrollo los que actúan como primera barrera de contención del narcotráfico, protegiendo así a los países más desarrollados.
Para cumplir con este papel, nuestros países dedican cada año miles de millones de dólares que sin embargo nunca son suficientes frente a los recursos desplegados por el crimen organizado, lo cual es sin duda un factor clave en la desintegración social que viven muchos de nuestros países.
Al igual que en el caso del cambio climático, son los países más desarrollados y con más capacidad de consumo los que deben desplegar más recursos, cooperación y voluntad política, si queremos combatir realmente este fenómeno con alguna esperanza de victoria.

Atendiendo los efectos del narcotráfico y el cambio climático estaremos solucionando algunas de las causas estructurales que llevan a los países a profundizar la pobreza y la desigualdad social.
Si las Naciones Unidas y los países desarrollados desean ayudar a combatir la pobreza de forma más integral y franca, estos dos frentes son un camino inteligente, humano y costo efectivo de hacerlo.

A ellos, a su responsabilidad y solidaridad, apelamos una vez más desde esta tribuna, para hacer de nuestro planeta un lugar más seguro.

Señoras y señores,

El cambio climático, el narcotráfico, la pobreza, la desigualdad social o las migraciones masivas son todos ellos problemas interrelacionados a los que debemos hacer frente con urgencia.

Como hemos apuntado hoy, la mejor y quizá la única manera de hacer esto es actuar en todos los niveles de respuesta al problema.

Para que los acuerdos que firmamos en un espacio como el de la ONU no se queden sin impactar la vida de la gente.
Para que las necesidades reales de nuestros pueblos encuentren articulación en sus instituciones nacionales y aún en las internacionales.
Por eso, todos debemos seguir actuando, según nuestra capacidades pero sin descanso y con un mismo objetivo: formar un mundo cada vez más estable, más seguro y más desarrollado.
Un mundo donde todos los hombres y mujeres puedan llevar adelante su proyecto de vida.
Este es el fin último por el que la República Dominicana seguirá trabajando.
En nuestros pueblos, en nuestros barrios y en todas nuestras ciudades.
Con nuestros vecinos inmediatos, con todos ustedes miembros de esta Asamblea General.

Y el año que viene, también como parte del Consejo de Seguridad de la ONU, en ese nuevo rol que estaremos honrados de asumir.

Muchas gracias.
  
  Nueva York, Estados Unidos


El presidente Danilo Medina se reunió con su homólogo estadounidense, Donald Trump y representantes de otros 30 países para coordinar acciones en la lucha contra las drogas, en la sede de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en Nueva York.
Una comunicación de prensa de la Presidencia de la República dice que el encuentro se produjo en el marco del debate de alto nivel del 73º período de sesiones de la Asamblea General.
Agrega que 32 países suscribieron la declaración política adoptada en la reunión sobre “El Problema Mundial de las Drogas”, la cual permitirá tomar acciones más contundentes en la lucha contra el narcotráfico.
Durante el encuentro de alto nivel, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, dijo que “las drogas y la adicción no son temas abstractos. Todos tenemos historias. Todos debemos saber que nos puede tocar en cualquier momento. Tenemos que actuar y hacerlo ahora”.
La asistencia de Medina a la Asamblea es calificada por su Gobierno como “un hito, debido a que es la primera vez que asiste desde que República Dominicana fue escogida como país miembro no permanente del Consejo de Seguridad de la ONU”, en junio pasado.
Este martes, el jefe de Estado dominicano pronunciará un su discurso en el órgano representante, normativo y deliberativo de la ONU, cuyos 193 estados miembros se reúnen cada año, en septiembre, durante la sesión anual que tiene lugar en el Salón de la Asamblea General en Nueva York.
Agenda 2030
El mandatario dominicano también participó en el encuentro de alto nivel: “La financiación de la Agenda 2030 para el Desarrollo”.
En la nota de la Presidencia indica que se abordó el financiamiento de la implementación de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODS) y la Agenda de Acción de Addis Adeba (AAAA), documento final de la Tercera Conferencia Internacional de Financiación para el Desarrollo adoptado el 15 de julio de 2015, en Addis Abeba, Etiopía.
El encuentro fue convocado por el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, quien lo encabezó junto a la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde.
Tuvo lugar en la Sala de la Asamblea de la sede del organismo multilateral y congregó a jefes de Estado, dirigentes empresariales, inversionistas, innovadores y humanistas
Latinoamérica llega a la Asamblea General de la ONU que arranca el martes con una mayor inestabilidad en países como Nicaragua, Guatemala o Costa Rica, lo que provocará la ausencia de algunos dirigentes en una cita que pondrá la mirada en la crisis de la Venezuela de Nicolás Maduro.
A la espera de si Maduro acude a la Asamblea porque dice “estar en el punto de mira” de ser asesinado, la policía de Nueva York ha incluido en su operativo de seguridad la posibilidad de un ataque químico, sobre todo tras el envenenamiento del exespía ruso Serguéi Skripal, pero también tendrá muy en cuenta atentados perpetrados con drones como el sucedido en Venezuela contra Maduro.
Asista o no Maduro, Venezuela centrará la mirada latinoamericana de la Asamblea de la ONU sobre todo después de que unos 2,3 millones de venezolanos hayan abandonado su país por la crisis política, social y económica que vive el país, y de que un millón de ellos ya se hayan instalado en Colombia, refugio para buscar bienes de primera necesidad o para emigrar.
De hecho será el presidente de Colombia, Iván Duque, quien encabezará la próxima semana en Nueva York una reunión internacional sobre el éxodo de venezolanos, en una cita en que se prevé la asistencia, entre otros, del vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence.
Duque propondrá la creación de un fondo multilateral de asistencia humanitaria para afrontar la situación.
Venezuela también será objetivo de dos foros más. El Grupo de Lima, integrado por una docena de países latinoamericanos que considera roto el orden democrático en Venezuela, se reunirá para estudiar la posibilidad de crear una “mesa de donantes” destinada a ayudar a los migrantes venezolanos.
A la reunión del Grupo de Lima acudirán los cancilleres de los países que integran ese ente, así como representantes del Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados, entre otros organismos, según las citadas fuentes.
En paralelo, los cancilleres de Argentina, Colombia, Chile, Paraguay y Perú firmarán el martes una carta para pedir a la Corte Penal Internacional (CPI) que abra una investigación sobre crímenes de lesa humanidad en Venezuela.
A la espera de si acude Maduro o el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, hay otros dirigentes latinoamericanos que han declinado finalmente asistir a la cita por tensiones internas en sus países, como es el caso del presidente de Costa Rica, Carlos Alvarado, que negocia con los sindicatos para que depongan la huelga contra el proyecto de reforma fiscal que estudia el Congreso.
Nicaragua es otro de los focos calientes en Latinoamérica en estos momentos, puesto que atraviesa una profunda crisis sociopolítica desde abril pasado que ya ha dejado cientos de muertos en protestas contra el Gobierno.
Guatemala por su parte llega a la cita mundial con un pulso abierto con la propia ONU a cuentas de la continuidad de Iván Velásquez como jefe de la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (Cicig), al que el Gobierno de Jimmy Morales ha vetado y, por contra, el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, respalda.
Además está el caso de Cuba, cuyo nuevo presidente, Miguel Díaz-Canel, se estrena ante la ONU. El mandatario llegará tras reunirse en La Habana con el senador republicano y presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado de EE.UU., Bob Corker, en un gesto de distensión antes de viajar a la cita de Nueva York.
Díaz-Canel mantendrá una reunión bilateral con el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, el próximo martes en Nueva York para tratar, entre otras cosas, de la posibilidad de un viaje oficial del mandatario español a la isla.
El viaje de Sánchez a Cuba sería muy significativo puesto que sería el primero que realiza un presidente español desde el que efectuó el también socialista Felipe González en 1986.
No hay que olvidar a Brasil, cuyo presidente Michel Temer, como es tradicional, será el primero en intervenir en la Asamblea General de la ONU.
Brasil vive meses convulsos y ha visto como el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva finalmente no podrá presentarse como candidato en las elecciones de octubre pues está en prisión tras ser condenado por corrupción. El país suramericano está en campaña y el favorito en las encuestas es el ultraderechista Jair Bolsorano.
Además del estreno ante la ONU de Díaz-Canel y del propio Sánchez, acudirán por primera vez los presidentes de Colombia, Iván Duque, de Paraguay, Mario Abdo Benítez, y de Perú, Martín Vizcarra.
El presidente Danilo Medina partirá mañana hacia la ciudad de Nueva York, Estados Unidos, donde participará en el 73º período de sesiones de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Esta participación de Danilo Medina constituye un hito, debido a que es la primera vez que asiste desde que República Dominicana resultara electa como país miembro del Consejo No Permanente de Seguridad de la ONU, histórico triunfo diplomático obtenido por el Gobierno, en junio pasado.

En esta ocasión, el jefe de Estado pronunciará un histórico discurso y, además, tiene previsto sostener varias reuniones bilaterales y otros encuentros en el marco del cónclave que reúne a los más importantes líderes mundiales.

Danilo Medina saldrá desde la Base Aérea de San Isidro, en horas de la mañana, acompañado de la primera dama de la República, Cándida Montilla de Medina, quien también agotará una intensa agenda de trabajo.

La delegación oficial dominicana estará conformada por:

•Miguel Vargas, ministro de Relaciones Exteriores.
•José Ramón Peralta, ministro Administrativo de la Presidencia.
•Donald Guerrero, ministro de Hacienda.
•Roberto Rodríguez Marchena, portavoz del Gobierno y director general de Comunicación.
•Carlos Pared Pérez, asistente especial del Presidente de la República.
•Miguel Mercedes, asistente especial del presidente de la República.
•Mayor general Adán Cáceres Silvestre, jefe del Cuerpo de Seguridad Presidencial (CUSEP).

Se trata de la sexta ocasión en la que el presidente Danilo Medina participa en el órgano representante, normativo y deliberativo de la ONU, cuyos 193 estados miembros se reúnen en septiembre de cada año durante la sesión que tiene lugar en el Salón de la Asamblea General en Nueva York y se realiza un debate general en el que participan y hablan numerosos jefes de Estado.

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