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Las moscas domésticas son más capaces de propagar enfermedades que lo que pensábamos


Nunca es agradable ver a una mosca sentarse en lo que te ibas a comer. Una nueva investigación ha encontrado que estás justificado si quieres tirar ese delicioso trozo de comida (donde ha estado la mosca) a la basura.
La nueva investigación fue publicada en el diario Scientific Reports y demuestra que dos tipos de moscas comunes — la mosca doméstica y el moscardón — son capaces de transportar cientos de especies de bacterias diferentes, muchas de las cuales son peligrosas para los humanos. Dado que estas las moscas nacen de la materia fecal y la carroña, los hallazgos no son un total sorpresa. No obstante, es el primer estudio en el cual se analiza los contenidos del intestino en detalle y también evalúa la habilidad de las moscas de transportar y contagiar gérmenes.

Ya que a las moscas les gusta estar cerca de los humanos, desgraciadamente, estos hallazgos son un poco preocupantes.
“Creemos que esto posiblemente demuestre que las moscas tienen un mecanismo para las transmisión de patógenos que ha sido ignorado por los profesionales de salud. [Nuestra investigación demuestra] que las moscas quizá contribuyen a la transmisión rápida de patógenos durante los brotes epidémicos”, declaró Donald Bryant, un coautor del nuevo estudio y un profesor en la Universidad de Pennsylvania.






Imagen: Ana Junqueira and Stephan Schuster

Para realizar el estudio, los investigadores analizaron el microbioma de 116 moscas domésticas y moscardones de tres continentes diferentes. Además de detectar y clasificar los diferentes gérmenes en los estómagos de las moscas, los científicos también estudiaron el contenido microbiano de las partes del cuerpo de los insectos. Encontraron que las piernas son el principal vehículo de transmisión de organismos microbianos de una superficie a otra.
“Las piernas y las alas tienen la actividad microbiana más alta en el cuerpo de la mosca, lo cual sugiere que las bacterias utilizan a las moscas como un autobús aéreo”, dijo Stephan Schuster, un coautor del estudio. “Puede ser que las bacterias sobrevivan su viaje, creciendo y extendiéndose en una nueva superficie. De hecho, el estudio demuestra que con cada paso (de los cientos que toma una mosca) el insecto deja una el estado microbiano de una colonia si la nueva superficie es adecuada para el crecimiento de bacterias”.






La distribución y abundancia de las 33 especies de bacterias compartidas de las moscas analizadas. Imagen: A.C.M. Junqueira et al., 2017

En resumen: qué asco. En 15 casos, investigadores encontraron rastros del patógeno humano Helicobacter pylori — lo cual causa úlceras en los intestinos humanos — en moscardones de Brasil. Antes de este estudio, científicos nunca habían considerado que las moscas podían ser portadores de esta enfermedad.
Los investigadores también aprendieron que los moscardones y las moscas domésticas son muy similares en cuanto al contenido de sus estómagos. Comparten más de un 50% de su microbioma, una mezcla nefasta de microorganismos que las moscas cogen de sus alrededores. Curiosamente, las moscas de las granjas tenían menos gérmenes que esas en entornos urbanos.
“[Estos hallazgos] te harán pensar dos veces antes de comer esa ensalada de patatas que ha estado fuera sin tapar en tu próximo pícnic”, comentó Bryant. “Sería mejor tener un pícnic en un bosque muy lejos de los entornos urbanos y no un parque central”.

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