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Una interfaz humano-máquina permite a pacientes con parálisis total hablar por primera vez


La tecnología para controlar una máquina a través de la mente no es nueva. Sin embargo jamás se había llegado a lo anunciado esta semana. Una tecnología alternativa de interfaz cerebro-ordenador (BCI) que puede ayudar a las personas que sufren condiciones como el llamado síndrome de cautiverio.
Imagina aunque sea durante unos segundos que eres plenamente consciente de todo lo que te rodea, de tu entorno, de tu gente, del aire que respiras… pero eres incapaz de moverte, de comunicarte, de expresar ninguna emoción o si quiera mover un dedo. Estos pacientes están de enhorabuena: ahora podrán hablar.
Este tipo de tecnología (BCI) se basa en la adquisición de ondas cerebrales para luego ser procesadas e interpretadas por un ordenador, estableciendo un camino para interactuar con el exterior mediante nuestro pensamiento. Dado que las BCI no requieren de ningún control muscular para funcionar, proporcionan una vía potencial para restaurar la comunicación en aquellos con parálisis total.
Cuando hablamos síndrome de cautiverio se debe a una lesión en el tallo cerebral a nivel de la protuberancia anular. Una condición donde el paciente está alerta y despierto, pero no puede moverse o comunicarse verbalmente debido a una completa parálisis de casi todos músculos voluntarios en el cuerpo (a excepción de los ojos, si es que no es extrema o total). Obviamente, esto da una idea de lo sumamente frustrante y desesperante que debe ser.










MRI de una persona con esclerosis lateral amiotrófica. Wikimedia Commons

Por eso lo anunciado esta semana es sorprendente, porque se trata de un avance que podría permitir a estos pacientes hablar por primer vez. En el estudio los científicos del Wyss Center for Bio and Neuroengineering evaluaron a cuatro personas con esclerosis lateral amiotrófica, una enfermedad degenerativa de tipo neuromuscular que se origina cuando las células del sistema nervioso denominadas motoneuronas disminuyen gradualmente sus funciones hasta morir, produciendo una parálisis muscular progresiva de pronóstico mortal. Una dolencia que forma parte del síndrome de cautiverio.
Estos pacientes completaron de 20 a 46 sesiones a lo largo de varias semanas donde se les hicieron preguntas que requerían de un “sí” o un “no”. Lo sorprendente fue que los investigadores hicieron uso de un tipo diferente de BCI que detecta cambios en el flujo sanguíneo en el cerebro (como una máquina de resonancia magnética funcional).
Con esta configuración los pacientes fueron capaces de responder a preguntas afirmativas con un “sí” o negativas con un “no” centrando su atención de una manera específica, lo que causó dos patrones distintos de cambios en el nivel de oxígeno en la sangre que podrían ser detectados y clasificados por la interfaz. Dicho de otra forma, la interfaz fue capaz de interpretar las respuestas de estas personas, de descifrar sus pensamientos. Y esto es una revolución.










Esquema funcional de BCI. Wikimedia Commons

Asombroso, porque el estudio también consiguió que los pacientes informaran que estaban felices y general contentos con la vida a pesar de su afección física. Según explicó Niels Biorbaumer, autor principal del estudio, el desarrollo puede ser usado para mejorar de manera inmediata la calidad de vida de estas personas:
Al principio nos sorprendieron las respuestas positivas cuando cuestionamos a los cuatro participantes sobre su calidad de vida. Los cuatro habían aceptado la respiración artificial con el fin de mantener su vida cuando la respiración se hizo imposible, de modo que, en cierto sentido, ya habían elegido vivir. Lo que observamos fue que, siempre y cuando recibieron una atención satisfactoria en el hogar, ellos encontraban su calidad de vida aceptable. Por esta razón, si pudiéramos hacer esta técnica ampliamente disponible en las clínicas, tendría un enorme impacto en la vida cotidiana de las personas con el síndrome.
Un éxito sin precedentes, ya que hasta ahora se pensaba que las personas con el síndrome de cautiverio total (extremo) carecían del tipo de pensamiento para el uso del BCI. Ahora no sólo se pueden comunicar, también podrán mostrar su estado de ánimo. En cuanto al futuro, es factible pensar que esta tecnología es el primer paso hacia sistemas más sofisticados que permitirían una comunicación bidireccional libre.

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