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Cuatro equipos bajo .500 abren un panorama inusual en LIDOM

La temporada 2025-2026 de LIDOM ha entrado en una fase atípica: cuatro de los seis equipos juegan por debajo de .500, un escenario poco frecuente a esta altura del calendario y que mantiene abierta la lucha por el round robin. Aunque para muchos fanáticos este ritmo genera alarma, las estadísticas históricas de la pelota invernal dominicana demuestran que no es necesario jugar para .500 para avanzar a la postemporada.

Los análisis publicados por los periodistas Bienvenido Rojas y Natanael Pérez Neró, de Diario Libre, coinciden en que la clasificación en LIDOM siempre ha dependido más de cerrar fuerte que de tener un arranque dominante. Y la historia lo confirma.

Ganar la serie regular no garantiza un campeonato

En su columna, Bienvenido Rojas recuerda que desde el establecimiento del formato actual en 1986-87, ganar la serie regular no asegura coronarse campeón.

Los ejemplos abundan: En 1986-87, los Toros ganaron la regular (27-19), pero terminaron últimos en el round robin (3-6). En 2016-17, los Gigantes ganaron la regular (27-23), pero el Licey fue campeón. De 1986 hasta hoy, solo nueve equipos han logrado ganar la regular y también la corona, incluyendo: Toros 1994-95; Águilas 1996-97, 1999-2000, 2000-01, 2002-03 y 2004-05; Licey 2003-04; Escogido 2009-10 y Toros 2010-11.

Estas cifras muestran que el desempeño en la vuelta regular puede distar enormemente del rendimiento en el todos contra todos, sobre todo tras el sorteo de reingreso, que reconfigura los rosters.

Clasificar con récord negativo es posible —y ocurre con frecuencia

Natanael Pérez Neró aporta otro dato clave: en 23 ocasiones un equipo con récord negativo ha clasificado al Round Robin.

Esto significa que, aun con un arranque irregular, un equipo puede mantenerse en carrera si logra una racha positiva en la segunda mitad del torneo.

Los Gigantes, últimos pero aún con vida

Los Gigantes del Cibao, con marca de 11-17, están en el último puesto, pero la diferencia con el cuarto lugar es de apenas medio juego.

Es decir, una buena semana puede cambiar todo.

Conclusión: un torneo impredecible

Los análisis de Rojas y Pérez Neró subrayan lo que históricamente distingue a LIDOM: el torneo puede dar un giro total en la segunda mitad.

Ganar la regular no garantiza nada.

Y un equipo en el sótano puede terminar en la semifinal si encuentra ritmo en el momento clave.

Los Gigantes con 23 partidos aún por disputarse, la temporada 2025-2026 sigue completamente en competencia abierta. El tramo decisivo apenas comienza.



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