

El buque de guerra más grande del mundo, el USS Gerald R. Ford, llegó el martes a América Latina, en lo que algunos analistas ven como un paso más en la más reciente escalada militar por parte de Estados Unidos en la región.
La Fuerza Naval de EE.UU. informó en un comunicado este martes que el buque había entrado en la zona del Comando Sur, que abarca América Latina y el Caribe, tres semanas después de que se ordenara su despliegue en el área.

Estados Unidos ha desplegado en el Caribe su mayor acumulación militar en décadas y ha llevado a cabo una serie de ataques contra embarcaciones presuntamente dedicadas al narcotráfico en el Caribe y el Pacífico Oriental.
Han sido al menos 19 ataques que han provocado la muerte de al menos 75 personas en aguas internacionales.
Washington no ha proporcionado pruebas del presunto uso ilícito de esas embarcaciones ni detalles sobre las personas a bordo, y muchos observadores creen que el uso de la fuerza militar es también un intento de presionar al presidente venezolano, Nicolás Maduro, al que el gobierno estadounidense acusa de ser el jefe de una organización de narcotráfico, para tratar de derrocarlo.
Maduro niega las acusaciones y ha dicho que Estados Unidos "está fabricando una guerra" contra Venezuela.
Venezuela y Colombia han advertido que el despliegue militar podría desencadenar un conflicto a gran escala, y ha aumentado la especulación sobre si EE.UU. llevará a cabo ataques directos en suelo venezolano.
El gobierno venezolano anunció el martes un despliegue militar a nivel nacional para contrarrestar la presencia naval estadounidense frente a sus costas.
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El ministro de Defensa, Vladimir Padrino, informó que se había ordenado "la puesta en completo apresto operacional" de todos los recursos militares del país, y el despliegue masivo "de los medios terrestres, aéreos, navales, fluviales y misilísticos; sistemas de armas; unidades militares; Milicia Bolivariana; Organos de Seguridad Ciudadana y los Comandos de Defensa Integral".

Estados Unidos está desplegando el buque de guerra más grande del mundo hacia América Latina, lo que marca una importante escalada en su campaña contra presuntas narcolanchas en el mar Caribe.
El secretario de Defensa, Pete Hegseth, ordenó este viernes que el portaaviones USS Gerald R. Ford, con capacidad para 90 aeronaves, se traslade del Mediterráneo a aguas latinoamericanas.
Su despliegue marca una escalada significativa en el refuerzo militar estadounidense en la región.
También es probable que aumente las tensiones con Venezuela, a cuyo gobierno Washington ha acusado durante mucho tiempo de albergar a narcotraficantes.
La gran carga de aeronaves del portaaviones puede incluir aviones de combate y aviones de transporte y reconocimiento. Su primera misión a largo plazo fue en 2023.
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No está claro qué buques acompañarán al portaaviones cuando se traslade al Caribe, pero puede operar como parte de un grupo de ataque que incluye destructores con misiles y otros equipos.
EE.UU. ha incrementado su presencia militar en el Caribe en las últimas semanas, que hasta ahora incluía otros ocho buques de guerra, un submarino nuclear y aviones F-35.
Fin de WhatsApp
El país norteamericano ha ejecutado ataques aéreos contra embarcaciones que, según afirma, pertenecen a narcotraficantes.
El último fue este viernes, con "seis hombres narcoterroristas" muertos en el mar Caribe que, según Hegseth, pertenecían a la organización criminal Tren de Aragua.
Hegseth publicó un video en la red social X en el momento del ataque. Muestra una embarcación en la mira que luego explota y se forma una nube de humo.
El Pentágono anunció que el portaaviones USS Gerald R. Ford se desplegaría en el área de responsabilidad del Comando Sur de EE.UU., que abarca Centroamérica, Sudamérica y el Caribe.
Las fuerzas adicionales "mejorarán y aumentarán las capacidades existentes para interrumpir el narcotráfico, y reducir y desmantelar las organizaciones criminales trasnacionales", declaró el portavoz Sean Parnell.
El portaaviones transmitió públicamente su ubicación por última vez hace tres días frente a la costa de Croacia, en el mar Adriático.
Ataques en el Caribe

EE.UU. ha ejecutado una serie de ataques contra embarcaciones en las últimas semanas, en lo que el presidente Donald Trump ha descrito como un esfuerzo para frenar el narcotráfico.
El ataque informado este viernes fue el décimo que el gobierno de Trump ha desplegado contra presuntos narcotraficantes desde principios de septiembre.
La mayoría fueron en el Caribe, pero el 21 y 22 de octubre atacó naves en el océano Pacífico.
Miembros del Congreso estadounidense, tanto demócratas como republicanos, han expresado su preocupación por la legalidad de los ataques y la autoridad del presidente para ordenarlos.
El 10 de septiembre, 25 senadores demócratas estadounidenses escribieron a la Casa Blanca y alegaron que EE.UU. había atacado un buque días antes "sin pruebas de que las personas a bordo y su carga representaran una amenaza" para el país.
En tanto, el senador republicano Rand Paul sostuvo que tales ataques requieren la aprobación del Congreso.
Trump, que ha designado al Tren de Aragua como organización terrorista, afirmó tener la autoridad legal para ordenar los ataques.
"Tenemos permiso para hacerlo, y si lo fuéramos a hacer por tierra, puede ser que vayamos al Congreso", declaró el miércoles el mandatario a la prensa en la Casa Blanca.
El secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, añadió: "Si la gente quiere dejar de ver barcos cargados de drogas estallar, dejen de enviar drogas a EE.UU.".
Las seis muertes en la operación anunciada por Hegseth este viernes elevan el total de muertos en los ataques estadounidenses a, al menos, 43.
Analistas sugieren que los ataques no solo tienen que ver con el narcotráfico, sino también con la presión militar sobre el gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela.
Trump acusa a Maduro de ser el líder de una organización narcotraficante, algo que el venezolano niega.

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