
República Dominicana es sinónimo de fiesta, energía, baile, sabor, sonrisas, y sobre todo, alegría desbordada. Y eso fue precisamente lo que se vivió este domingo durante el Desfile Dominicano en la Sexta Avenida de Manhattan, entre las calles 36 y 55, hasta donde miles de quisqueyanos llegaron para celebrar por todo lo alto, y como ellos saben hacer: bailando, gritando y cantando.
Durante varias horas, el centro de Nueva York se convirtió en una fiesta donde dominicanos de todas las edades se unieron para honrar su cultura y para celebrar no solo sus raíces, sino también el aporte que más de 700,000 quisqueyanos que se estima viven en la Gran Manzana, le inyectan a la Ciudad.
“Sin los dominicanos esta ciudad no sería tan vibrante como es. Nosotros le ponemos el sabor del salami, el ritmo de la bachata, la sonrisa de nuestra gente y todo lo que la cultura del plátano le ha dado a Nueva York”, aseguró Aidita Hernández, originaria de La Vega, quien llegó muy temprano a la fiesta desde su hogar en Washington Heights. “Hoy nos vestimos de orgullo para gritarle no solo a Manhattan sino a todo el mundo que los dominicanos somos puro sabor”.
Y ondeando no solo una bandera de su país, con los colores azul ultramar y rojo bermellón, separados por una cruz blanca, sino combinando los mismos colores en su vestuario, Vilma Martínez confesó que llegó desde muy lejos dispuesta a “bailar y a gozar hasta las 15 de la mañana”.
Y también fue a ver a conocer en persona a su ídolo, su paisano Carlos Cruz, más conocido como Caramelo, quien fue uno de los invitados del evento que se robó el show junto a otras estrellas como Yailín la más viral y Arlene MC Mamazota, una de las nuevas cantantes que se está abriendo paso en la escena musical.

Muchos de los asistentes, como Melody de los Santos, también destacaron con una enorme sonrisa que otro de los sellos que define a los quisqueyanos es la buena actitud con la que enfrentan los obstáculos que se les presenten en el camino.
“Nosotros sabemos divertirnos, a pesar de cualquier fuetazo que la vida nos de”, comentó la joven estudiante de enfermería, mientras se echaba aire para hacerle frente al calor, con uno de los abanicos de El Diario, que brillaron a lo largo del recorrido “En mi casa todos leemos El Diario, porque mi abuela les enseñó a leer con eso a mi papá y a mis tíos y a nosotros también. Y qué mejor que tirarse un poquito de aire con ustedes y ver en el periódico al abogado de accidentes William Schwitzer que nos ayudó cuando mi papá la pasó muy mal cuando trabajaba”, comentó la joven.

Y dentro del grupo de protagonistas que conquistaron a los asistentes del desfile, que esta vez llegó a su edición número 43, bajo el lema “Quisqueya & USA: Unidos por la cultura y la tradición”, otra de las grandes estrellas fue el salami. Compañías del famoso producto, típico en platos como el Mangú, como Induveca y Súpervega, consintieron a los presentes con muestras listas para disfrutar.
“Esto sí que ta’ bueno. Esto es lo que nos deben dar aquí en la parada porque esto sirve pa’ la comida de mañana. Ojalá dieran más de esto y no solo papelitos y bolsitas que no traen nada”, dijo con una enorme carcajada el santiaguero José Montero. “Ya me puedo ir a mi casa contento. Ya bailé, ya grité, ya vi a Caramelo y me llevo mi salami, señores. Esto estuvo bueno esta vez, aunque vi menos gente que el año pasado”.

“Es que nosotros tenemos gente grande en todo lado. Tenemos belleza, como la Miss universo latina que ganó, Yamilex Hernández. Tenemos peloteros, tenemos cantantes, tenemos empresarios, hasta diseñadores como Sully Bonelly y Oscar de la Renta y actores de Hollywood”, comentó Linera Vega, originaria de El Sibao. “Tenemos mucho de que estar orgullosos”.
Y aunque a diferencia de otros años, el desfile esta vez no fue escenario político, como suele suceder cada vez que hay elecciones en Quisqueya o en Estados Unidos, no faltaron algunos carteles que criticaban a los políticos que no cumplen sus promesas.

“100% dominicanos. Rechazamos a los políticos corruptos, vengan de donde vengan”, se leía en un cartel sostenido en la calle 47. Otros carteles decían “Todos los inmigrantes merecemos respeto” y “ojalá pronto Estados Unidos vuelva a ser lo que era antes”, en clara alusión al gobierno de Trump.
“Hoy es un día para celebrar la dominicanidad, para rendirle honor a nuestra hermosa isla, pero no podemos ignorar los abusos que se están cometiendo contra muchos inmigrantes”, comentó Juan Muriel.

Y además de servir como un momento de diversión y esparcimiento para “aprovechar los últimos días del verano”, dominicanos como Gladys Rodríguez, quien aseguró que madrugó para agarrar un buen lugar en el desfile y ver de cerca las comparsas y carrozas, manifestó que asistió al evento con sus nietos, para enseñarles la importancia de mantener viva la cultura.
“A mí me duele mucho ver que aquí hay muchos carajitos de familia dominicana que ni siquiera hablan español bien o que ni saben nada de la historia de nuestro país. Eso no me gusta”, comentó la abuela, nacida en Santo Domingo, y quien vive en Corona, Queens hace más de 40 años.
“Yo vengo cada año con los niños grandes y pequeños, para que vean lo que es nuestra cultura, para que conozcan a los personajes que están en nuestros carnavales y para que vean lo que es ser dominicanos. Tenemos que mantener viva nuestra esencia y nuestro origen”, agrego la dominicana.

Personajes como el Batman dominicano, presumiendo del famoso pica pollo y hasta un Trump que bailaba bachata y perico Ripiao, dos de los más grandes géneros musicales de la isla, le imprimieron un toque de humor a la gala popular.
“Aquí vinimos a divertirnos no vinimos ni a pelear ni a amargarnos, porque este desfile es para celebrar, para bailar, para gozar y para gritarle fuerte a Nueva York que los dominicanos somos gente alegre, trabajadora, entusiasta y hospitalaria que e hace querer donde sea. Pa’ que lo sepa”, dijo Wesly Martínez, de 22 años, mientras movía una enorme bandera y coreaba “dominicano, dominicano, dominicano”.

“Desde el año 2022 hemos logrado otorgar casi un millón de dólares. Ese mismo año se concedieron 51 becas por un total de US$178 mil dólares, en 2023 se beneficiaron 35 estudiantes con $240 mil, en 2024 se entregaron 42 becas por $200 mil y para el presente año 2025 estamos coordinando y planificando la entrega de al menos $225 mil a 45 estudiantes. Esto nos llena de orgullo”, informó Cristina Contreras, presidenta de la organización sin fines de lucro NatDDP.
Además de una expresión cultural, el desfile posee una dimensión educativa y social, que sigue dando muestras de la fuerza visible, activa e influyente de esta comunidad.
Desde 2015, su programa de becas se dirige a estudiantes dominicanos distribuidos en 20 estados. Esta iniciativa procura respaldar a jóvenes de la diáspora en la consecución de títulos universitarios.
Un evento que se expande
Como anunció el comité organizador, la ciudad de Yonkers del condado de Westchester, fue incluida oficialmente en el Desfile Nacional Dominicano de este 2025, lo cual tiene un gran significado simbólico, pues una celebración que inició hace más de cuatro décadas, de una forma muy austera, sigue mostrando expansión, abarcando varios condados y estados vecinos.
Además, se está reafirmando que la “dominicanidad” no se limita a vecindarios del Alto Manhattan, sino que se está extendiendo por todo el estado de Nueva York. Y más allá.
Aunque Washington Heights e Inwood han sido históricamente el epicentro de la cultura dominicana en Nueva York, datos censales recientes indican un notable incremento de la población dominicana en condados de Long Island como Suffolk y Nassau. Al igual que estados vecinos como Connecticut y Pensilvania.
De acuerdo con las cifras del Instituto de Política Migratorias (MPI), en el periodo 2018-22, cerca de un 55 por ciento de todos los inmigrantes dominicanos a los Estados Unidos vivían en el área metropolitana de Nueva York, lo cual los convierte en el segundo grupo de inmigrantes latinos más concentrado geográficamente, detrás de los cubanos (un 59% de los cuales vivían en el área de Miami).
La gran fiesta de Manhattan
El tradicional desfile celebrará su 43ª edición este domingo 10 de agosto, en su recorrido por la Sexta Avenida en Manhattan, a partir del mediodía, desde la calle 37 hasta la 55, consolidándose como una de las movilizaciones culturales más significativas de los dominicanos a nivel mundial.
Esta parada se celebra el segundo domingo de agosto para conmemorar la Guerra de la Restauración bajo el mando del general Gregorio Luperón, un hito que marcó la independencia de la isla de España y su consolidación como nación soberana.
La jornada presentará música, danza, trajes típicos, personajes folclóricos, desfiles de reinas, artistas y grupos culturales, y otros símbolos que representan la cultura y tradición dominicana.
Los embajadores
En esta edición del desfile dominicano de Manhattan, el Gran Mariscal será el exjugador de Grandes Ligas, Nelson Cruz, y la Madrina, Mayra Linares-García, una estratega en asuntos públicos y comunicaciones, de origen dominicano y puertorriqueño, quien por más de 20 años ha realizado importantes contribuciones a las relaciones comunitarias con factores gubernamentales de Nueva York.
El padrino será Juan Méndez García, director del Centro de Operaciones de Emergencia (COE) de República Dominicana, quien fue uno de los principales hombres que coordinó las labores de rescate y respuesta ante la tragedia de la discoteca Jet Set.
Entre el grupo de embajadores se encuentra el periodista dominicano Ramón Mercedes, con 50 años de trayectoria, la conductora de Telemundo Darling Burdiez, el diseñador de modas Daniel Peralta, Carlos Antonio Cruz ‘Caramelo’, ganador del reality show La Casa de Los Famosos, Rafael Toro, de la empresa Goya Inc, entre varios exponentes de la cultura, negocios y el espectáculo dominicano.
Este evento de la comunidad quisqueyana reunirá también a los más importantes líderes electos de Nueva York.
El dato:
- 46% ha aumentado la población dominicana en el país desde el 2010, al pasar de 901 mil a 1,3 millones de personas en 2022. Esa cifra supera ampliamente el promedio de incremento del 16% registrado por el total de la población inmigrante, en el mismo período.

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