

La jefa de Gobierno de Ciudad de México, Clara Brugada, informó en la mañana de este martes de la muerte "durante una agresión directa" de su secretaria particular y un asesor.
En un comunicado, Brugada dijo que el ataque ocurrió en cuando su asistente Ximena Guzmán y el asesor José Muñoz fueron atacados al circular en un vehículo por la Calzada de Tlalpan, una de las principales vías de la capital de México.
"Personal de la Secretaría de Seguridad Ciudadana y la Fiscalía General de Justicia, ambas de la Ciudad de México, con apoyo del gobierno de México, ya realizan las investigaciones correspondientes para determinar el móvil de la agresión", informó la alcaldesa.
Según los primeros indicios, añadió, los agresores viajaban a bordo de una motocicleta, por lo que las autoridades estaban tratando de identificarlos a través del sistema de cámaras de vigilancia de la ciudad.
"No habrá impunidad, los responsables serán detenidos y deberán enfrentar a la justicia", añadió Brugada.
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En su conferencia de prensa matutina, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, expresó sus condolencias y dijo que las autoridades federales darán "todo el apoyo que requiera la jefa de Gobierno para la investigación y llegar al fondo de esta situación. Que no haya impunidad".

¿Qué se sabe del ataque?
La agresión se produjo alrededor de las 07:00 (14:00 GMT) en la Calzada de Tlalpan, que conecta al centro de Ciudad de México con el sur, una de las principales arterias viales de la capital y de las más transitadas por la mañana.
Imágenes de la televisión local mostraban el vehículo oscuro en el que viajaban Guzmán y Muñoz detenido a un costado de la acera. La policía y los servicios forenses rodeaban la escena, en medio del intenso tráfico.
El lugar estaba custodiado por un amplio número de policías y personal de emergencias de Ciudad de México.
La Fiscalía de Ciudad de México informó que "las diligencias ministeriales y periciales están en curso" y expresó sus condolencias por las víctimas.
"No habrá impunidad", añadió en una publicación en X.
Guzmán y Muñoz ocupaban sus cargos desde octubre del año pasado, cuando Brugada asumió la jefatura del Gobierno de Ciudad de México.
La secretaria particular era una colaboradora cercana de Brugada desde que esta gobernaba Iztapalapa, la demarcación más poblada de Ciudad de México. Antes tuvo otros cargos en educación y deportes en la capital mexicana.
Muñoz tenía una carrera relacionada con la legislación de políticas públicas. Fue secretario técnico en la Cámara de Diputados federal y trabajó con Brugada durante su primer gobierno en Iztapalapa (2009-2012).

Un caso de impacto enorme
Daniel Pardo, corresponsal de BBC Mundo en México.
Sin que se sepan los detalles del motivo y las circunstancias de los asesinatos, el impacto político del caso es enorme.
Al tratarse de altos funcionarios del gobierno capitalino, se prueba una vez más que la emergencia en el tema de seguridad afecta a todos los mexicanos.
Pero además, precisamente por tratarse de figuras de prominencia, el alcance del caso es no solo nacional, sino internacional. La violencia que a diario afecta a los políticos y líderes en zonas remotas del país ahora muestra su peor versión en el corazón de una ciudad que se suele jactar de ser una excepción frente a la ola de violencia y las disputas territoriales de los grupos armados.
Del otro lado de la frontera, el gobierno de Donald Trump tomará nota del caso para seguir alimentando su teoría de que México necesita ayuda militar en la contención de la violencia, una propuesta que Sheinbaum, quien ha sido crítica con los gobiernos mexicanos anteriores que colaboraron en asuntos de seguridad con Washington, rechaza.
El atentado también se puede interpretar como una respuesta al aumento de las detenciones de miembros de grupos criminales y de las incautaciones de drogas. Es un duro golpe para la política de Seguridad de Sheinbaum y su secretario, Omar García Harfuch, la cual venía dando resultados, con una reducción de los homicidios, pero que no ha logrado mejorar la percepción de inseguridad entre los ciudadanos y para muchos es una estrategia frágil en un entramado de profunda corrupción e influencia criminal.
Morena, el partido oficialista, en lo institucional ahora parece controlarlo todo, pero en el terreno, no logra salvaguardar la integridad física de sus propios funcionarios.
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