En los debates presidenciales de Estados Unidos suele importar tanto el fondo como la forma. Un sutil gesto o un ataque contundente, una palabra bien elegida o un desliz en una frase pueden determinar quién resulta ganador.
Y en el de este martes, el primero —y tal vez único— entre la candidata demócrata Kamala Harris y el republicano Donald Trump en la ruta hacia las elecciones del 5 de noviembre, no quedó mucho lugar a la duda.
A apenas 57 días de la cita en las urnas, en vísperas de que se inicie el voto anticipado en muchos estados y empatados como los muestran las encuestas de intención de voto, quedaba poco margen para el error.
Y con su afilada intervención, Harris logró disipar las preocupaciones de larga data sobre sus habilidades para hablarle al público que comenzaron con su fallida candidatura a la Casa Blanca de 2020, y sólo se agudizaron por su torpeza en algunas entrevistas en los últimos años.
Era, además, su oportunidad para desgranar sus propuestas y darse a conocer, y no la desaprovechó.
Mientras, Trump se agarró a su conocido estilo combativo, tratando de sortear los ataques de la antigua fiscal general de California, y demostrar que durante el gobierno controlado por los demócratas la situación del país ha empeorado.
Era el séptimo debate presidencial para él desde que se estrenara en 2016, el primero para ella. En el debate anterior, el de junio, el contendiente era aún Joe Biden, pero su mal desempeño le costó la postulación.
Antes de este martes, Trump y Harris nunca se habían encontrado frente a frente, ni dirigido el uno al otro en directo. De hecho, la única vez en que habían compartido espacio fue cuando la demócrata, siendo senadora por California, siguió el discurso del Estado de la Unión del entonces presidente desde la galería del Capitolio.
Ahora, en los 90 minutos que debatieron, a apenas unos metros el uno del otro, no se alejaron mucho de las previsiones de los expertos.
Economía, migración, aborto
La economía, principal preocupación de la mayoría de estadounidenses, fue el tema que abrió el debate y acaparó buena parte de los intercambios entre los candidatos.
Trump además centró sus esfuerzos en criticar la política de inmigración del presidente Joe Biden y, por extensión, el rol de Harris en ella.
"Soy la única en este escenario que ha procesado a traficantes de personas", contestó con contundencia ella. Y responsabilizó a Trump de bloquear un intento de solucionar la crisis fronteriza, al "matar" un proyecto de ley bipartidista enfocado a ello.
"¿Saben qué pasó? Donald Trump llamó por teléfono a algunas personas en el Congreso y les dijo que se deshicieran del proyecto de ley. ¿Por qué? Porque prefería su candidatura a solucionar un problema".
Uno de los moderadores le preguntó entonces al republicano cómo planea, de ganar las elecciones, llevar a cabo la deportación masiva que ha prometido.
"¿Cómo piensa deportar a 11 millones de indocumentados?", planteó David Muir, quien adquirió un papel activo a lo largo del debate, corrigiendo a Trump y aclarando afirmaciones de este en varias ocasiones.
El republicano volvió entonces a su ya conocido discurso sobre la inmigración, a insistir en la necesidad de cerrar la frontera ante millones de personas procedentes "de todo el mundo" que tratan de cruzarla, de ciudades estadounidenses que ya parecen "Venezuela en esteroides".
"Ella y su partido han destruido este país", zanjó, mientras la vicepresidenta lo miraba fijamente, algo que hizo durante todo el debate.
Por su parte, Harris contraatacó recordando las cuentas pendientes de su contrincante con la justicia, mientras Trump argumentaba que es un intento de los demócratas de usar el sistema judicial contra él para ganar las elecciones.
Acalorado fue también el intercambio sobre uno de los caballos de batalla de Harris: los derechos reproductivos.
"No estoy a favor de una prohibición [federal del aborto], pero no importa, porque ahora son los estados los que están decidiendo", insistió Trump, después de que se le preguntara que aclarase su postura ante la interrupción del embarazo.
La política exterior, en especial la invasión de Rusia a Ucrania y la guerra de Israel en Gaza, fue otro de los grandes temas de la noche.
"Si Harris gana, en dos años no existirá Israel", fue una de las frases más llamativas de Trump sobre el primero de los conflictos. "Si por Trump fuera, Putin estaría ahora sentado en Kyiv", dijo Harris sobre el segundo.
¿Se traducirá en votos?
No es casualidad que se eligiera Filadelfia para el cara a cara organizado por la cadena ABC. Es la principal ciudad de Pensilvania, el más importante de los llamados estados péndulo.
Debido a cómo está conformado el sistema electoral estadounidense, son estos estados, también llamados visagra, los que acaban dando la victoria en las urnas. Para estas elecciones son también clave Arizona, Carolina del Norte, Georgia, Míchigan, Nevada y Wisconsin, pero ninguno más que Pensilvania.
Ningún demócrata ha llegado a la Casa Blanca sin ganar en Pensilvania desde 1948.
Los votantes rompieron una racha de seis victorias demócratas en el estado cuando se decantaron por Trump en 2016, aunque en 2020 volvieron a decantarse por el Partido Demócrata y apoyar a Joe Biden.
"Dicen que 'si ganas en Pensilvania, vas a ganar todo'", proclamó Trump hace unas semanas durante un mitin en Wilkes-Barre, otra ciudad de ese estado.
Ahora habrá que ver si lo visto en la noche de este martes en el National Constitution Center de Filadelfia se traduce en votos, especialmente en los del reducido porcentaje de indecisos (en torno al 8%) que es fundamental para ver de qué lado quedará la balanza.
Los votantes en Estados Unidos acudirán a las urnas el 5 de noviembre para elegir a su próximo presidente.
La elección iba a ser una reedición de la pugna entre Joe Biden y Donald Trump en 2020, pero se vio trastocada en julio cuando el presidente Biden puso fin a su campaña y respaldó a la vicepresidenta Kamala Harris, que es ahora la candidata del Partido Demócrata.
La gran pregunta es: ¿logrará Trump un segundo mandato o llegará a la presidencia de Estados Unidos por primera vez una mujer?
A medida que se acerca el día de las elecciones, prestamos atención a las encuestas y analizamos qué efecto tienen los grandes eventos de la campaña.
¿Quién lidera las encuestas nacionales?
En los meses previos a la decisión de Biden de abandonar la contienda, las encuestas lo mostraban de forma constante por detrás del expresidente Trump. Aunque en ese momento eran hipotéticas, varias encuestas sugerían que a Harris no le iría mucho mejor.
Pero la carrera por la Casa Blanca se igualó después de que Harris comenzara la campaña electoral y lograra una pequeña ventaja sobre su rival. Una delantera que ha mantenido desde entonces, según el promedio de varias encuestas nacionales que se muestran a continuación, redondeadas al número entero más cercano.
En el gráfico, las líneas de tendencia muestran cómo han cambiado esos promedios desde que Harris es candidata y los puntos muestran la dispersión de los resultados de cada encuesta individualmente.
Harris alcanzó un posible resultado del 47% de los votos durante la convención del Partido Demócrata en Chicago, que duró cuatro días y que la candidata cerró el 22 de agosto con un discurso en el que prometió un "nuevo camino a seguir" para todos los estadounidenses. Sus cifras han variado muy poco desde entonces.
El promedio de Trump también se mantuvo relativamente estable, rondando el 44%, y no registró un impulso significativo tras la decisión de Robert F. Kennedy de poner fin a su candidatura independiente el 23 de agosto.
Aunque estas encuestas nacionales son una guía útil sobre la popularidad de un candidato en todo el país, no son necesariamente una forma precisa de predecir el resultado de las elecciones.
Esto se debe a que Estados Unidos utiliza un sistema de colegio electoral para elegir a su presidente. Eso significa que ganar la mayor cantidad de votos puede ser menos importante que dónde se obtienen.
En Estados Unidos hay 50 estados, pero como la mayoría de ellos casi siempre votan por el mismo partido, en realidad solo un puñado de ellos pueden determinar el resultado final. Estos son los lugares en los que se ganarán o perderán las elecciones y se conocen como estados péndulo.
¿Quién está ganando en los estados péndulo?
En este momento, las encuestas están muy ajustadas en los siete estados péndulo, lo que hace que sea difícil saber quién lidera realmente la carrera.
Hay menos encuestas estatales que encuestas nacionales, por lo que tenemos menos datos con los que trabajar y cada encuesta tiene un margen de error, lo que significa que las cifras pueden ser mayores o menores.
Tal y como están las cosas, las encuestas recientes sugieren que hay uno o menos de un punto porcentual de diferencia entre los dos candidatos en varios estados péndulo, entre ellos Pensilvania, que es clave porque tiene el mayor número de votos electorales en juego y, por lo tanto, al ganador le resulta más fácil obtener los 270 votos necesarios para llegar a la preisdencia.
Pensilvania, Michigan y Wisconsin habían sido bastiones demócratas antes de que Trump los convirtiera en republicanos en su camino a la presidencia en 2016. Biden los recuperó en 2020 y, si Harris puede hacer lo mismo este año, estará en camino de ganar las elecciones.
En una señal de cómo ha cambiado la carrera desde que Harris se convirtió en la candidata demócrata, el día que Joe Biden abandonó sus aspiraciones a la reelección, Trump le sacaba casi cinco puntos porcentuales de ventaja en promedio en estos siete estados en disputa.
¿Cómo se crean estos promedios?
Las cifras que hemos utilizado en los gráficos anteriores son promedios creados por el la web externa de análisis de encuestas 538, que forma parte de la cadena de noticias estadounidense ABC News. Para crearlos, 538 recopila los datos de encuestas individuales realizadas tanto a nivel nacional como en estados en disputa por muchas empresas de encuestas.
Como parte de su control de calidad, 538 solo incluye encuestas de empresas que cumplen ciertos criterios, como ser transparentes sobre cuántas personas encuestaron y revelar cuándo se llevó a cabo la encuesta y cómo se llevó a cabo (llamadas telefónicas, mensajes de texto, en línea, etc.).
Puede leer más sobre la metodología 538 aquí.
En este momento, las encuestas sugieren que Kamala Harris y Donald Trump están a un par de puntos porcentuales uno del otro.
Tanto a nivel nacional como en los estados en disputa, y cuando la carrera está tan reñida, es muy difícil predecir los ganadores.
¿Podemos confiar en las encuestas?
Las encuestas subestimaron el apoyo a Trump tanto en 2016 como en 2020. Las empresas encuestadoras intentarán solucionar ese problema de diversas maneras, entre ellas, haciendo que sus resultados reflejen la composición de la población votante.
Es difícil realizar esos ajustes correctamente y los encuestadores aún tienen que hacer conjeturas basadas en otros factores, como quiénes acudirán realmente a votar el 5 de noviembre.
Escrito y producido por Mike Hills y Libby Rogers. Diseño de Joy Roxas.
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