

En pocos minutos, el avión se elevó y cayó repetidas veces hasta descender por cerca de 1.800 metros. Imágenes de la aeronave, así como de los pasajeros y tripulantes a bordo, muestran el impacto de la violenta sacudida.
Las turbulencias son un fenómeno frecuente en los vuelos. Es casi de rutina que el anuncio que indica que debes ajustarte el cinturón de seguridad (además de durante el despegue y el aterrizaje) se encienda varias veces a lo largo del viaje.
Sin embargo, la turbulencia que sacudió al vuelo que se dirigía de Londres a Singapur –y que se conoce con el nombre de turbulencia de aire claro, o en cielos despejados o CAT, por sus siglas en inglés- es un fenómeno extremadamente raro.
¿Pero qué son exactamente estas turbulencias, en qué se diferencian del resto y por qué son tan peligrosas?
Final de Recomendamos
Turbulencias de aire claro
La mayoría de las turbulencias se producen en las nubes, donde hay corrientes de viento ascendentes y descendentes, según explica Simon King, del Servicio del Clima de la BBC, y exintegrante de la Fuerza Aérea Real de Reino Unido.
Estas suelen ser relativamente leves, aunque en nubes más grandes los movimientos del aire pueden ser más caóticos y generar turbulencias moderadas o incluso severas.

La diferencia de las turbulencias de aire claro es que ocurren en cielos despejados y claros, y por ello no pueden vistas con antelación.
Este tipo de turbulencia ocurre alrededor de la corriente en chorro, un "río" de aire que fluye rápidamente y que normalmente se encuentra a una altura de entre aproximadamente 12.000 metros y 18.000 metros, señala el académico de aviación y piloto comercial Guy Gratton.
Según explica Gratton, es fácil que exista una diferencia de velocidad de 160 km/h, entre el aire en la corriente en chorro y el aire circundante.
Y esa fricción alrededor de la corriente en chorro entre el aire más lento y más rápido es lo que provoca estas turbulencias.
Detección temprana
Su peligrosidad radica en gran medida en que, como no se ven, para los pilotos son difíciles de detectar.
No obstante, asegura Paul Williams, científico atmosférico de la Universidad de Reading, en Reino Unido, hay un gran porcentaje que sí es detectable.

“Un 75% son detectables. Podemos predecirlas con precisión hasta con 18 horas de antelación”, dice.
“Pero es ese 25% que actualmente no podemos predecir en lo que nos tenemos que concentrar".
"Ese es de algún modo la meta de mi carrera: acabar con ese 25% y hacer que se convierta en historia, para que ninguna aeronave vuelva a encontrase jamás con una turbulencia”.
Aún así, reconoce que se trata de un desafío.
“La turbulencia es el problema más difícil de la física y la física en sí es muy difícil. Estamos trabajando muy duro con la investigación sobre qué está realmente generando la turbulencia y cuáles son los mecanismos de esa dinámica”.
El científico cree que se logrará, pero llevará su tiempo.
Un futuro con más turbulencias
Williams enfatiza que la muerte a causa de una turbulencia severa es una ocurrencia rara: la última que recuerda sucedió en 2009 y antes de eso, en 1997.
Sin embargo, recalca la importancia de investigar el fenómeno dado que el cambio climático está aumentando la frecuencia con que se producen.
“He estado estudiando las turbulencias en los últimos 20 años y en la última década hemos recabado evidencia de que el aumento de turbulencias severas ha crecido un 55%”, asevera el investigador.
“Y, en el futuro, podríamos ver que se dupliquen o tripliquen en algunos lugares del mundo para la década de 2060, por el cambio climático”.
Entretanto, la recomedación para los pasajeros es mantener los cinturones de seguridad abrochados durante todo el vuelo.
Las severas turbulencias que experimentó un vuelo que cubría la ruta Londres-Singapur causaron la muerte de un hombre de 73 años y heridas a otras 30 más.
211 pasajeros y 18 tripulantes viajaban en un vuelo de Singapore Airlines que tuvo que realizar un aterrizaje de emergencia en Bangkok a las 15:45 local (08:45 GMT) de este martes.
Según los testimonios de los pasajeros, el avión -un Boeing 777-300ER- perdió altura repentinamente, lo que causó que las personas y objetos salieran volando por todo el interior de la aeronave.
"Durante los pocos segundos que duró la caída del avión, se oyeron unos gritos horribles y lo que parecía un ruido sordo", relató Andrew, un británico que terminó “empapado en café” al salir todo tipo de bebidas de las mesas volando.
Una vez que se calmaron las turbulencias, Andrew pudo ayudar a una mujer que "gritaba de agonía" y tenía un "corte en la cabeza".

Singapore Airlines dijo en un comunicado que el vuelo se encontró con "turbulencias extremas repentinas" sobre la cuenca del Irrawaddy (Myanmar) a 37.000 pies (11.300 m) unas 10 horas después de la salida.
Ofreció las condolencias por la muerte de un pasajero británico de 73 años, cuyo nombre no fue hecho público. Según las autoridades de Bangkok, el hombre murió probablemente de un ataque al corazón.
Su esposa fue hospitalizada, pero se desconoce su estado.
Otras 31 personas habían sido internadas por las heridas que sufrieron. "El resto de los pasajeros y la tripulación están siendo examinados y reciben tratamiento según lo necesario en el Aeropuerto Internacional Suvarnabhumi de Bangkok", señaló la compañía.
El Ministro de Transportes de Singapur, Chee Hong Tat, declaró que el gobierno proporcionaría ayuda a los pasajeros y sus familias.
"Me entristece profundamente enterarme del incidente a bordo del vuelo SQ321 de Singapore Airlines de Londres Heathrow a Singapur", publicó en un comunicado en Facebook.

“Estoy en un vuelo de locura”
Allison Barker describió a la BBC haber recibido un mensaje de su hijo, Josh, que decía: "No quiero asustarte, pero estoy en un vuelo de locura. El avión está haciendo un aterrizaje de emergencia... Los quiero a todos".
Su hijo se dirigía a Bali. Después de ese mensaje, pasaron dos horas "petrificantes" antes de que Allison volviera a saber de él.
"En un momento estaba sentado con el cinturón de seguridad puesto, y al minuto siguiente debió de desmayarse porque se encontró en el suelo con otras personas", explicó su madre a la BBC.
Josh sufrió heridas leves, pero le preocupa que el hecho de haber estado a punto de morir le haya afectado de forma permanente.

Dzafran Azmir, un estudiante de 28 años que habló con la agencia Reuters, explicó que el avión comenzó de repente a "inclinarse hacia arriba y a temblar".
"Así que empecé a prepararme para lo que estaba ocurriendo y, de repente, se produjo una caída muy drástica, de modo que todos los que estaban sentados y no llevaban puesto el cinturón de seguridad fueron lanzados inmediatamente contra el techo", relató Azmir.
"Algunas personas se golpearon la cabeza contra los maleteros y los abollaron. O golpearon los puntos donde están las luces y las máscaras, y lo atravesaron".

Aún no está claro cómo se desarrollaron los acontecimientos. Las turbulencias suelen producirse cuando los aviones atraviesan nubes, pero también las hay de "aire despejado", que no son visibles en el radar meteorológico del avión.
"En el contexto de los millones de vuelos que se realizan, las lesiones causadas por turbulencias graves son relativamente raras", declaró a la BBC John Strickland, experto en aviación.
"Sin embargo, las turbulencias graves pueden ser dramáticas y provocar lesiones graves o, lamentablemente, en este caso, una víctima mortal".
Las tripulaciones de vuelo regularmente reciben entrenamiento sobre cómo responder a las turbulencias, añadió.
"No en vano las compañías aéreas recomiendan llevar los cinturones de seguridad bien abrochados durante todo el vuelo, ya sea largo o corto", añadió.
Investigaciones han señalado que el cambio climático hará más probables las turbulencias graves en el futuro.
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