
Oppenheimer continúa siendo un éxito tanto en la taquilla como en la crítica, dándole a Christopher Nolan el mejor debut cinematográfico de su carrera. Los halagos para Cillian Murphy como el controversial físico teórico tampoco se han hecho esperar, y con todos estos elementos juntos, la cinta se perfila como la gran favorita para la próxima temporada de premios.
Sin embargo, y a pesar del esfuerzo de Nolan por contar una historia lo más apegada a la realidad posible, parece que al célebre cineasta se le ha escapado un pequeño detalle que usuarios en redes han asegurado “les ha arruinado la película”.
Fue el usuario Andy Craig el que se dio cuenta de este error y el que se encargó de compartirlo en redes, generando miles de respuestas e interacciones. Craig subió a su Twitter un fotograma de la cinta que pertenece a una escena de Oppenheimer donde el físico debe dar un discurso frente a una audiencia eufórica por el éxito de la bomba, ondeando orgullosos la bandera de Estados Unidos.

El error radica en que las banderas que el público ondea tienen 50 estrellas, lo cual es un error histórico debido a que la bandera de la Unión Americana tuvo ese número de estrellas recién desde 1960. Para el momento en el que Robert Oppenheimer terminó la bomba atómica, el mundo se encontraba al final de la segunda guerra mundial en 1945, y para entonces, la bandera de estadounidense tenía 48 estrellas.
Como muchos sabrán, cada estrella en la bandera de EEUU representa un estado del país, y para 1945, Estados Unidos contaba con 48 estados. Sería hasta 1959 cuando Alaska se convirtió en el primer territorio del país no contiguo en convertirse en estado. Un año después, durante la gestión del presidente Eisenhower, Hawai se convirtió en el estado número 50 de la unión americana, completando la bandera de 50 estrellas que hasta el día de hoy, 63 años después, continúa representando al país.

Ante la revelación de este error, muchos se lo tomaron con un humor haciendo todo tipo de bromas al respecto, mientras que otros trataron de justificarlo asegurando que se trataba de un recuerdo de Oppenheimer y en su mente la bandera ya tenía todas sus estrellas, lo cual no tiene mucho sentido en realidad.
“Arruinó totalmente la película para mí”, “50 veces más estrellas que japoneses aparecen en esta película”, “Tenían que hacerlo o el público moderno no podría saber de qué país se trataba. Sacrificio de la precisión por la comprensión”, “Barbie no tuvo ningún error”, son algunos de los comentarios que la publicación de Andy Craig ha generado.
Sin embargo, entre las conversaciones que se han desarrollado alrededor del error de la bandera, un usuario señaló otro tropiezo en Oppenheimer. Según este usuario que se hace llamar @jobber10809254, la escena en la que Cillian Murphy interpretando a un joven Oppenheimer brinda una conferencia en holandés, realmente lo hace en alemán.

“Soy holandés, y en la escena en el NL, se habla alemán. Después de que se menciona varias veces que era holandés, y fue el único punto en la película donde el público no hizo ningún ruido. Cillian debería haberlo sabido, es nuestro vecino. (Aun así me encantó la película)”, escribió @jobber10809254.
Esto es un dato muy particular dado que recientemente, Robert Downey Jr. aseguró que Cillian Murphy se comprometió a aprender 30 mil palabras en holandés para esta breve escena. Cabe mencionar que, según los usuarios, en la versión de la película traducida al alemán, Oppenheimer sí da el discurso en holandés.

Otra escena que podría considerarse un error (dependiendo el desenlace de la polémica) es cuando Oppenheimer mantiene relaciones sexuales con Jean Tatlock (interpretada por Florence Pugh), mientras el científico lee un verso en sánscrito de uno de los libros más sagrados dentro de la religión hindú, lo que ha causado la furia de todo el subcontinente y se ha pedido enérgicamente que se elimine.
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Ráfagas de fuego llenan la pantalla a lo largo de "Oppenheimer", por momentos pareciendo como si 1.000 volcanes estuvieran a punto de engullirnos.
Pero no son las únicas imágenes ardientes de la magnífica película de Christopher Nolan, que narra la historia del hombre que ayudó a crear la bomba atómica y luchó durante el resto de su vida con las mortales consecuencias de esta.
A veces, círculos recorren una oscuridad vacía o aparecen hilos de luz anaranjada que representan los miedos y la ciencia que ocupan la mente de Robert Oppenheimer.
Esas imágenes artísticas son esporádicas en una película que nunca pierde su sentido de la historia y el drama, pero revelan lo audazmente imaginativa y centrada que es.
"Oppenheimer" es la obra más madura de Nolan, que combina la acción explosiva y comercial de la trilogía de The Dark Knight con los fundamentos cerebrales que se remontan más de 20 años atrás a Memento, y se extienden por Inception y Tenet.
Cillian Murphy, con ojos azules como el hielo, domina la película, interpretando a Robert Oppenheimer con una moderación que se adapta perfectamente a este personaje carismático pero frío.
El "padre" de la bomba atómica
La historia nos lleva desde sus días de estudiante en Europa, a su época como profesor en California en la década de 1930, y luego al Proyecto Manhattan, el programa estadounidense altamente secreto desarrollado para construir armas nucleares en Los Álamos, Nuevo México, en el que su equipo se apresura a crear una bomba para poner fin a la Segunda Guerra Mundial.
Murphy nos mantiene con él incluso cuando el personaje parece un poco opaco.
Nolan basó su película en la magistral biografía “Prometeo Americano: el Triunfo y la Tragedia de J Robert Oppenheimer”, de Kai Bird y Martin J Sherwin, y captura exactamente lo que sugiere el título: un héroe trágico y profundamente estadounidense que ayudó a dar forma al mundo moderno y se convirtió en víctima de la política de Washington.
Considerado por muchos como un "genio" de la ciencia, Oppenheimer era también un gran apasionado de la artes y de las humanidades.
La película se enmarca como una batalla cara a cara entre Oppenheimer y su némesis, Lewis Strauss (interpretado por Robert Downey Jr), exjefe de la Comisión de Energía Atómica de EE.UU.
En todo momento, el guion de Nolan va y viene entre dos audiencias celebradas por el gobierno de EE.UU. en la década de 1950 que se desarrollan como dramas judiciales tensos, retrocediendo en largos tramos para contar la historia de la vida de Oppenheimer.
En los años 50, Oppenheimer es una figura nacional elogiada, pero un panel lo interroga para determinar si se debe revocar su acceso de seguridad, basándose en acusaciones falsas de que representa una amenaza comunista.
Gran parte de la película se desarrolla desde el punto de vista de Oppenheimer, en colores brillantes, estando diseñada y rodada con gran intensidad a pesar de su formato de pantalla ancha.
Secciones en blanco y negro, deliberadamente claustrofóbicas, muestran la perspectiva de Strauss, en su comparecencia ante un comité del Senado estadounidense que vota su nombramiento como Secretario de Comercio.
Estas partes recuerdan a Memento, en la que la historia no es lo que parece a primera vista. La cronología fracturada crea una sensación de fatalismo que persigue a las primeras escenas.
"Destructor de mundos"
La historia se construye gradualmente, pero apenas sientes la duración de la película, que dura poco más de tres horas.
En California, Oppenheimer comienza una aventura con Jean Tatlock (Florence Pugh), una comunista emocionalmente volátil e inestable.
En una escena, después de tener relaciones con Oppenheimer, encuentra una copia en sánscrito del Bhagavad Gita en su estante y le pide que la lea. Oppenheimer pronuncia la línea más asociada con él, que le vino a la cabeza mientras veía a Trinity, la primera prueba de la bomba nuclear en Los Álamos, como recordó en una entrevista televisiva años después: "Me he convertido en la muerte, el destructor de mundos".
Poner eso en una escena erótica es otra elección sorprendente. En una escena posterior que insinúa lo buena que podría ser una historia de amor de Nolan, ambos se sientan desnudos en sillones cada uno a un lado de la habitación, en una imagen elegante que sugiere tanto intimidad como distancia.
Florence Pugh interpreta a Jean Tatlock, una psiquiatra y médica estadounidense que se involucró sentimentalmente con Oppenheimer.
Como el resto del gran elenco, Pugh es impresionante en un pequeño papel. Incluso Emily Blunt, que interpreta a Kitty, la esposa de Oppenheimer, pasa la mayor parte del tiempo en un segundo plano.
Al final de la película, en un par de escenas importantes, se muestra por qué Kitty era una fuerza por sí misma. Matt Damon es Leslie Groves, el general del ejército que dirige el Proyecto Manhattan.
Kenneth Branagh es el físico Niels Bohr, alguna vez el mentor y la conciencia de Oppenheimer. Pero Downey es el actor secundario crucial, y ofrece una interpretación inteligente y dinámica como el astuto, inseguro y poderoso Strauss.
★★★★★
La película no abunda ni intenta explicar especialmente los aspectos científicos de la bomba, incluso cuando los físicos investigadores se agrupan alrededor de Oppenheimer para debatirla.
En Los Álamos, la tensión aumenta a medida que la historia se dirige hacia la prueba inevitable en el gran desierto. Hay una tormenta la noche antes de Trinity.
Cuando ocurre la explosión, Oppenheimer está en una choza a cierta distancia, otros tirados en el suelo, protegiéndose los ojos, mientras el fuego parece rugir hacia la pantalla, todo seguido de un silencio repentino cuando la banda sonora se corta.
Esa escena impactante e inmersiva por sí sola justifica filmar en el formato Imax que tanto le gusta a Nolan (y se ve cada línea y poro en los rostros de los actores).
Otras películas de Christopher Nolan incluyen la trilogía de The Dark Knight, Inception y Dunkirk.
El físico Edward Teller (interpretado por Benny Safdie) acusa a Oppenheimer de ser más político que físico. Kitty le dice que juega a ser un mártir.
Nolan muestra a un hombre que ingenuamente creía que podía hablar honestamente, instando al presidente Truman a evitar una carrera armamentista nuclear.
También creía que era necesario lanzar la bomba sobre Hiroshima porque, como dice, "una vez utilizada, una guerra nuclear se vuelve impensable". Pero reflexiona sobre ello.
Justo después de Hiroshima vemos más imágenes de su mente, incluida la de un negativo de una joven con la piel desprendida.
Como sugiere esta inspirada película, la mayor tragedia de Oppenheimer fue no poder salvar al futuro de su propia invención.






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