
La muerte de Nahel ha desatado violentos disturbios en toda Francia.
La movilización de 40.000 policías, gendarmes y unidades de élite no pudo detener una tercera noche consecutiva de violencias en toda Francia tras la muerte de Nahel M., abatido por un policía en Nanterre, un suburbio al oeste de París.
La noche de este jueves estuvo marcada por saqueos, incendios y ataques a más de una centena de edificios públicos en un gran número de ciudades francesas.
Al menos 667 personas fueron detenidas, más de cuatro veces más que la noche anterior.
Nahel, un adolescente de 17 años, murió el martes después de que un policía le disparara en el pecho.
Según los primeros indicios de la investigación, dos policías en motocicletas querían controlar el automóvil que conducía Nahel y que circulaba a gran velocidad "por un carril bus" en el suburbio parisino.
Los policías le habrían indicado al conductor que se detuviera en un semáforo en rojo, pero este arrancó de nuevo.
El agente acusado de dispararle ha sido detenido por cargos de homicidio, pero la protesta en Francia no se detiene.
El Ministerio del Interior anunció que 249 agentes policiales resultaron heridos durante la noche del jueves, en diferentes episodios de violencia urbana a lo largo del país.
A continuación te explicamos en tres claves las razones que desataron la serie de disturbios que sacude a Francia, donde muchos han tomado las calles tras la muerte de Nahel.
1. Quién era Nahel y cómo murió
Nahel era un joven de origen argelino, un hijo único que fue criado por su madre en el distrito Vieux-Pont de Nanterre, según el diario local Le Parisien.
El joven estaba matriculado desde 2021 en el liceo Louis Blériot en la localidad de Suresnes, otra ciudad periférica, donde esperaba obtener un certificado de aptitud profesional como electricista.
Mientras tanto, Nahel se ganaba la vida como repartidor de pizza.
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, condenó la violencia este viernes y calificó la situación actual de "inaceptable e injustificable".
Era un "niño de barrio" que tenía "ganas de encajar social y profesionalmente, (no era) un niño que vivía del tráfico de drogas o en la delincuencia", le dijo a Le Parisien Jeff Puech, presidente de un club donde el joven jugaba rugby.
Según sus abogados, Nahel también era "muy querido" en su barrio.
Por su parte, su madre lo describió como su "todo".
"Era mi vida, era mi mejor amigo, era mi hijo, era todo para mí", dijo Mounia M. frente a las cámaras de la televisora nacional BFMTV.
Los abogados de Nahel insisten en que los antecedentes penales del adolescente estaban limpios. Lo que no quiere decir que nunca haya tenido altercados con la policía.
Pocas horas después de su muerte, la fiscalía de Nanterre aseguró en un comunicado que el adolescente era "conocido por los servicios de justicia, en particular por negarse a obedecer".
En los suburbios del norte de París se veían la mañana del viernes múltiples automóviles incendiados y volcados.
Según el relato del policía que disparó, Nahel habría muerto precisamente tras desobedecer la orden de alto.
El incidente ocurrió el martes por la mañana cerca de la estación de tren suburbano Nanterre-Préfecture, al oeste de París.
En un primer momento, fuentes policiales aseguraron que un vehículo había embestido contra dos agentes en motocicletas.
Pero un video que circula en las redes sociales, autenticado por la agencia AFP, muestra que uno de los dos policías apuntó al conductor y luego disparó a quemarropa cuando el auto arrancaba.
Varios autobuses fueron quemados la noche del jueves en la terminal de autobuses de Fort d'Aubervilliers, al norte de París.
En el vídeo se escucha que alguien dice "te van a dar un tiro en la cabeza", pero no se le ha atribuido esa frase a nadie en concreto. Nahel murió poco después de recibir un impacto de bala en el pecho.
El policía de 38 años sospechoso del tiro mortal fue detenido como parte de la investigación.
2. "Racismo" y brutalidad policial
El caso de Nahel ha reavivado la controversia sobre la acción policial en Francia, donde se registró un récord de 13 muertes durante controles de tráfico el año pasado.
Nahel es la segunda persona este año que muere de esta manera en Francia.
Hace dos semanas, la policía disparó contra un conductor de 19 años en una ciudad en el oeste de Francia, luego de que presuntamente golpeara a un agente en las piernas durante un control de tráfico.
Organizaciones como Amnistía Internacional y el Consejo de Europa han acusado recientemente a las fuerzas de seguridad francesas de abuso policial en el manejo de manifestaciones masivas, como las de los "chalecos amarillos" o las más recientes protestas contra la reforma de las pensiones.
Pero la muerte de Nahel parece poner en evidencia que el problema va más allá.
A tres días de su muerte, la ONU le pidió este viernes a Francia que aborde con seriedad los problemas de racismo y discriminación racial dentro de sus cuerpos policiales.
La policía tratando de controlar los disturbios en la Cite Pablo Picasso de Nanterre, al noroeste de París.
"Ahora es el momento de que el país aborde seriamente los problemas profundamente arraigados de racismo y discriminación racial entre las fuerzas del orden", aseguró Ravina Shamdasani, portavoz del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos durante la conferencia de prensa regular de la ONU en Ginebra, Suiza.
Shamdasani hizo también un llamado a las autoridades francesas para que garanticen que el uso de la fuerza por parte de la policía para enfrentar a los elementos violentos durante las manifestaciones respete los principios de legalidad, necesidad, proporcionalidad, no discriminación.
3. El problema de los suburbios
La muerte de Nahel ha despertado nuevamente la ira de los suburbios desfavorecidos en Francia, esas ciudades periféricas que a menudo albergan a los sectores más pobres de la sociedad francesa.
"Las personas que viven en estas comunidades tienen dos veces más probabilidades de ser inmigrantes que el promedio nacional y tres veces más probabilidades de estar desempleados", escribió Iona Lefebvre en su artículo para el Instituto Montaigne.
Estos barrios, conocidos como banlieues (la periferia de las ciudades), se vuelven escenarios de violentas protestas tras casos como el de Nahel, que ocurren con cierta frecuencia.
En 2005 fue el suburbio parisino de Clichy-sous-Bois el que estalló, tras la muerte de dos jóvenes musulmanes de 15 y 17 años, electrocutados en una subestación eléctrica cuando escapaban de la policía.
Nicolas Sarkozy, quien era en ese entonces ministro del Interior y luego sería presidente de Francia, calificó a los manifestantes que comenzaron las protestas de "escoria".
La banlieue se volvió a despertar en 2017, luego de que el joven Théodore Luhaka fuera violentamente maltratado por la policía en otro suburbio de París, Seine-Saint-Denis.
Nanterre, Francia.
Ahora es el turno de Nanterre tras la muerte de Nahel.
El sociólogo francés Fabien Truong, profesor en la Universidad de París-VIII, explicó en una entrevista al diario Le Monde que muchos de los manifestantes son chicos de la misma edad que este adolescente, que reaccionan "de forma íntima y violenta" por la sencilla razón de que la víctima pudo haber sido alguno de ellos.
"Todos los adolescentes de estos barrios tienen recuerdos de altercados negativos y violentos con la policía", dijo el académico y concluyó:
"En estos barrios, la pobreza y la inseguridad son realidades concretas. Por eso este enfado es político".
Los sindicatos que representan a la mitad de la policía francesa dijeron el viernes que estaban en “guerra” con las “hordas salvajes” en las noches de disturbios por el disparo de un oficial a un adolescente durante una parada de tráfico. Las violentas protestas han visto miles de autos quemados y cientos de arrestos en una crisis creciente que las autoridades luchaban por contener.
“Hoy los agentes de policía están en la línea del frente porque estamos en guerra”, dijeron los sindicatos Alliance Police Nationale y UNSA Police en un comunicado difundido. “Frente a estas hordas salvajes, ya no basta llamar a la calma, hay que imponerla”, agregaron.
El presidente Emmanuel Macron no llegó a declarar el estado de emergencia en las zonas afectadas por los disturbios por la muerte de Nahel, de 17 años, baleado a quemarropa por un oficial de policía el martes.
Después de tres noches de violencia, desencadenadas por la aparición de un video que mostraba que la vida del policía no corría peligro de muerte en el momento del tiroteo, como habían afirmado inicialmente las autoridades, Macron prometió más agentes.
“Nuestros colegas, como la mayoría de los ciudadanos, ya no pueden soportar los dictados de estas minorías violentas. Ahora no es el momento de la acción sindical sino de la lucha contra estos ‘parásitos’”, dice el comunicado. “Someterse, rendirse y complacerlos deponiendo las armas no son las soluciones dada la gravedad de la situación. Deben ponerse en marcha todos los medios para restablecer el estado de derecho lo antes posible”, agregaron.
Y finalizaron: “Hoy la policía está en combate porque estamos en guerra. Mañana estaremos en resistencia y el Gobierno tendrá que darse cuenta de eso”.
“Los ‘sindicatos’ que llaman a la guerra civil deberían aprender a guardar silencio. Hemos visto el comportamiento fatal al que conduce este tipo de discurso. La política necesita recuperar su control sobre la policía”, tuiteó Jean-Luc Melenchon, ex candidato presidencial por el partido de extrema izquierda France Unbowed (LFI).
“¿Podemos finalmente decir que tenemos un problema estructural en la policía? Este texto es un llamamiento a la guerra civil”, coincidió la líder del Partido Verde, Marine Tondelier.
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Los izquierdistas han denunciado repetidamente que una ley de 2017 que permite a la policía usar sus armas en las paradas de tránsito en caso de peligro para su propia vida o la de otros ya ha resultado en un aumento en el número de tiroteos fatales.
Dos personas, incluida Nahel, han muerto de esta manera en 2023 después de las 13 del año pasado.
Los sindicatos policiales se quejaron el jueves temprano de que el oficial que disparó se encuentra bajo custodia, informó el diario Le Monde.
Macron los molestó el día anterior al decir que el tiroteo fue “inexplicable e imperdonable”.
También el jueves, la oficina de derechos humanos de las Naciones Unidas dijo que Francia debe “abordar seriamente los problemas profundos del racismo y la discriminación en la aplicación de la ley”.
A principios de esta semana, el ministro del Interior, Gerald Darmanin, dijo que buscaría la disolución de un pequeño sindicato de extrema derecha, Syndicat France Police, que dio la bienvenida al tiroteo de Nahel en un tuit eliminado.
Un video que circula en redes muestra las calles de una ciudad francesa en ruinas y los restos de múltiples vehículos quemados tras las protestas por la muerte de un adolescente de 17 años a manos de un policía en el municipio de Nanterre, en las afueras de París.
Las autoridades francesas desplegarán esta noche varios vehículos blindados para hacer frente a los disturbios que sacuden el país por tercer día consecutivo. Anteriormente se reportó que, a lo largo de la noche del jueves al viernes, cerca de 500 edificios públicos y privados fueron incendiados por los manifestantes. Un total de 9.900 bomberos se han desplegado en las últimas 24 horas para combatir las violentas llamas. Durante la última noche se contabilizaron más de 3.800 incendios en la vía pública y otros 1.900 contra vehículos.
El ministro del Interior francés, Gérald Darmanin, comunicó que a lo largo de esta tercera noche de revueltas la Policía detuvo a 667 personas que participaron en ellas.
Los choques comenzaron el martes, pocas horas después de la muerte del adolescente a manos de un agente de Policía luego de que el joven se negara a obedecer sus órdenes. Según la versión policial, dos policías se acercaron al "vehículo que había cometido varias infracciones" para controlarlo, pero no se detuvo, por lo que uno de ellos hizo uso de su arma de fuego.
El policía sospechoso fue detenido y está siendo investigado por homicidio voluntario por parte de un funcionario público.








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