News

6/recent/ticker-posts

Retoman en NYC la lucha contra el cáncer tras la pausa obligada por la pandemia del COVID-19

 

Era el año 2010 y el diagnóstico oncológico que recibió la inmigrante dominicana Fary De León, residente de El Bronxfue demoledor: cáncer de seno, categoría 3, triple negativo.

La expectativa de vida para la quisqueyana que trabajaba en el sector hospitalario era a todas luces, poco alentadora.

“Me indicaron que podría sobrevivir, si acaso, de tres meses a un año. Toqué fondo. Me vi entre la vida y la muerte. Pero en medio de esa tragedia, de sesiones de quimio y radioterapia, me hice como promesa que si sobrevivía, mi misión sería ayudar a mi comunidad hispana”, cuenta Fary.

Hoy, 11 años más tarde, tiene las fuerzas para ser militante, como ella misma lo define, de “una causa” que se trazó cuando todo parecía perdido. Y que este año, aún en medio de la pandemia, parece recobrar otro sentido.

“Lamentablemente el sistema de salud, por todo lo que implicó el COVID-19, puso en una pausa al tratamiento, seguimiento y diagnóstico de muchos pacientes. Y esa es la diferencia entre vivir y morir. Yo estoy aquí, porque fui diagnosticada de manera temprana. ¡Y esa es precisamente mi lucha renovada!”, enfatiza inmigrante.

Apenas se sobrepuso de las radiaciones que incluso le causaron quemaduras de tercer grado, fundó en Manhattan la organización ‘Caras Latinas del Cáncer’, dirigida a movilizar en las mujeres hispanas la preocupación por el diagnóstico temprano y promover servicios de apoyo en español en la ciudad de Nueva York.

“Cuando yo recibí el diagnóstico traté de buscar grupos de soporte para mi familia, porque es algo devastador emocionalmente. Y no lo encontré. Por eso este año cuando todavía estamos enfrentando el COVID-19, es importante que destaquemos en nuestra mujeres que no descuiden su chequeo”, destacó la activista.

La dominicana Fary De León convirtió la lucha contra el cáncer de seno en una misión de vida, después de hacer sido diagnosticada. (Foto: Cortesía)

Retornan las marchas para crear conciencia

Por siete años consecutivos, Fary organizó la caminata latina contra el cáncer de seno en el Alto Manhattan, que por las políticas de distanciamiento social fue suspendida el año pasado, pero que ahora aceita los motores para reactivarse.

En este Mes de Concientización Sobre el Cáncer de Seno, que se celebra en todo el mundo para aumentar la atención y el apoyo prestados a la sensibilización, la detección precoz, el tratamiento y los cuidados paliativos, para Fary el 2021 toma un mayor sentido.

“Tenemos que reforzar y decirle en voz alta a nuestras mujeres hispanas, que si el año pasado por el tema pandémico pospusieron sus chequeos de rutina, deben a toda costa retomarlos. Es un factor determinante”, destacó.

La activista se prepara para apoyar este domingo 17 de octubre los eventos de reflexión organizados por la Sociedad Americana de Cáncer (ACS) de Nueva York, y que se realizarán en los cinco condados de la Gran Manzana a partir de las 8 a.m y en los cuales ha sido motivadora durante varias ediciones.

Durante más de dos décadas, la ACS ha unido a las comunidades en la lucha contra esta enfermedad que es potencialmente mortal. Este año para participar se requerirá un registro en línea, debido a la pandemia de COVID-19, que se podrá realizar en el website cancer.org, en donde además se podrá conseguir información detallada de los puntos de encuentro y donaciones.

Hace 10 años la activista dominicana Fary De León enfrentó los rigores de las terapias contra el cáncer. (Foto: Cortesía)

Impacto profundo

La fundadora de Caras Latinas del Cáncer y también autora del libro Desafíos de un Llamado, en donde reseña su lucha contra esta enfermedad, fue testigo de cómo esta crisis de salud pública implicó un momento retador y de angustia para los sobrevivientes de varias patologías.

“Mi oncólogo me recomendó que no saliera, ni siquiera a realizarme mis test mandatarios dos veces al año. Simplemente no nos podían atender por la pandemia. Fue complicado”, recordó.

La vivencia personal de esta isleña, luego de más de una década enfrentando con arrojo un mal desde varios flancos, ha sido uno de los daños colaterales más profundos causados a miles de pacientes por la crisis hospitalaria causada por el coronavirus y que justamente cobra mayor visibilidad cuando se conmemora el ‘mes rosado’ de la concientización mundial sobre este tipo de cáncer, el más común en las mujeres hispanas del país.

Tal como precisa un informe especial de breastcancer.org, en la pasada primavera del 2020, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) y los gobiernos locales y estatales recomendaron que los sistemas sanitarios retrasaran los procedimientos programados, es decir, cirugías, exámenes de detección y otros tratamientos que no fueran urgentes.

“Es posible que las personas hayan tenido que esperar semanas o meses para someterse a determinadas cirugías de cáncer de mama, a menos que tuvieran un diagnóstico de un tipo muy agresivo. Además, los estudios mamarios de imágenes solo se encontraban disponibles para casos urgentes”, expone el reporte

Los hospitales limitaron servicios para evitar que personas con gran vulnerabilidad se vieran expuestas al COVID-19 y también para ahorrar recursos como camas, equipos de protección personal y sangre.

Publicar un comentario

0 Comentarios