Si eres de los que se despierta a mitad de la madrugada y su cabeza empieza a darle vueltas al estrés de su vida y a todos los problemas que le rodean, no estás solo. De hecho, la ciencia tiene varias conclusiones sobre este tipo de despertar que puede hacer que no volvamos a conciliar el sueño.
Lo explica en The Conversation Greg Murray, profesor y director del Centro de Salud Mental de Universidad Tecnológica de Swinburne, además de investigador de psicología con experiencia en el estado de ánimo, el sueño y el sistema circadiano.
Como Murray explica, despertarnos con pensamientos irracionales e improductivos a mitad de la madrugada solo se explica entendiendo las fases del sueño. En una noche normal, nuestra neurobiología alcanza un punto de inflexión del sueño alrededor de las 3 o 4 a. M. Tal y como apunta:
La temperatura central del cuerpo comienza a subir, el impulso del sueño se reduce (porque hemos dormido mucho), la secreción de melatonina (la hormona del sueño) ha alcanzado su punto máximo y los niveles de cortisol (una hormona del estrés) aumentan a medida que el cuerpo se prepara para lanzarnos al día.
Además, y esta es una de las partes más sorprendentes del ser humano, toda esta actividad ocurre independientemente de las señales del entorno, como por ejemplo la luz del amanecer. Es como si la naturaleza hubiera decidido hace mucho tiempo que el amanecer y el atardecer son tan importantes que deben predecirse (de ahí el sistema circadiano).
Lo cierto es que no solo te despiertas a las 3 de la mañana, en realidad lo hacemos muchas veces durante la noche aunque, y aquí está la clave, el sueño ligero es más común en la segunda mitad de la noche. Cuando el sueño es profundo, simplemente no nos damos cuenta de estos despertares. “Pero agrega un poco de estrés y es muy probable que la vigilia se convierta en un estado de plena conciencia de sí mismo”, recuerda el investigador.
Como cuenta:
Aproximadamente en este momento del ciclo del sueño, estamos en nuestro punto más bajo física y cognitivamente. Desde el punto de vista de la naturaleza, este debe ser un momento de recuperación física y emocional, por lo que es comprensible que nuestros recursos internos sean escasos.
Sin ninguna de nuestras habilidades humanas y capital en medio de la noche, nos quedamos solos en la oscuridad con nuestros pensamientos. Así que la mente tiene razón en parte cuando concluye que los problemas que ha generado son irresolubles; a las 3 de la mañana, la mayoría de los problemas literalmente lo serían. Una vez que sale el sol, nuestros problemas de las 3 am se ponen en perspectiva.
Murray añade un ejemplo actual muy claro para entenderlo: la pandemia. Para muchos ha sido un factor estresante que perturba el sueño, de ahí que si estás experimentando despertares a las 3 de la mañana en este momento, no eres el único. Además, el estrés también afecta el sueño en el insomnio, donde las personas se vuelven hipervigilantes acerca de estar despiertas.
Esta situación probablemente también la recuerdes, ya que la preocupación por estar despierto cuando “deberías” estar dormido puede hacer que nos despertemos con ansiedad cada vez que atraviesas una fase de sueño ligero.
¿Y tiene solución? El investigador apunta al tratamiento psicológico con terapia cognitivo-conductual como solución al insomnio, y si ocurre desde hace demasiado tiempo podría derivarse de otros problemas, “también existe un fuerte vínculo entre el sueño y la depresión, por lo que es importante hablar con tu médico si tienes alguna inquietud sobre tu sueño”. [The Conversation]
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