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Joe Biden “pierde la paciencia” contra los antivacunas y apoya la vacunación obligatoria contra coronavirus en trabajos

Al dar a conocer el reporte sobre el impacto en la economía y la salud en Estados Unidos con la vacunación contra coronavirus, el Gobierno del presidente Joe Biden empujará su respaldo a las acciones en empresas para obligar a sus empleados a la inmunización o, de negarse, a realizarse pruebas de detección de COVID-19 semanalmente.

“El mensaje del presidente será claro: los requisitos de vacunación funcionan”, dijo un funcionario de la Casa Blanca. “Es por eso que lidera la implementación de requisitos de vacunación para 100 millones de trabajadores, dos tercios de todos los trabajadores en EE. UU.”.

En septiembre, el mandatario ya adelantó que su Administración había sido “paciente” contra quienes rechazan alguna dosis de Pfizer, Moderna o Johnson and Johnson, pero que esa paciencia “se estaba agotando”, debido a que esas personas ponían en riesgo la salud de millones que han procurado seguir los lineamientos contra la pandemia.

El nuevo esfuerzo de la Administración Biden tendrá un paso importante al visitar un sitio de construcción en Elk Grove Village que está construyendo Clayco, una de las empresas más grandes del Medio Oeste.

“Clayco anunciará su firme apoyo al plan del presidente de exigir vacunas o pruebas semanales y, lo que es más importante, implementará un sistema de vacunación o pruebas para todos sus empleados, de acuerdo con los requisitos del presidente”, adelantó el funcionario.

El informe “Reporte de la Casa Blanca: Los requerimientos de vacunación están ayudando a vacunar a más personas, proteger a estadounidenses contra COVID-19 y fortalecer la economía” se exponen resultados de la vacunación en varias entidades y las acciones a tomar.

“En los próximos días y semanas se prevé que más organizaciones anuncien los requisitos de vacunación o los resultados de los requisitos actualmente en curso”, indica el reporte.

Se agregó, citando un reporte de Bloomberg, que a principios de septiembre, aproximadamente la mitad de todas las empresas en Estados Unidos “con 100 o más empleados habían anunciado un requisito de vacunación para los trabajadores”.

A pesar de que hay vacunas disponibles para prácticamente todos los estadounidenses mayores de 12 años –y pronto para los niños ante posible aprobación de la FDA–, solamente el 56 por ciento de la población ha sido inoculada, según datos de los Centros de Control de Enfermedades (CDC).

Entre los menores de 12 a 18 años, el 65.7% tiene sus dosis completas, mientras entre aquellos entre 18 a 65 años la cifra es de 67.5%. El grupo con el porcentaje más alto es el integrado por mayores de 65 años con el 83%.

Connecticut, Vermont, California, Nueva York, Nueva Jersey, Maryland, Nuevo México, Puerto Rico y la ciudad de Washington lideran la lista con más vacunas suministradas por cada 100,000 habitantes. 

El presidente Joe Biden recibió este lunes la dosis de reforzamiento contra COVID-19 y pidió a los estadounidenses elegibles a hacer lo mismo.

“Recibiré mi vacuna de refuerzo de COVID-19, y animo a todos los que sean elegibles a que también la reciban”, confirmó el mandatario esta mañana en Twitter.

Más tarde, frente a reporteros, el demócrata dijo que que no tuvo “muchos efectos secundarios”, luego de recibir la primera o segunda dosis de la vacuna Pfizer.

También dijo que espera que la primera dama, Jill Biden, pronto reciba su dosis de refuerzo.

El mandatario defendió que Estados Unidos comience las vacunas de reforzamiento, al tiempo que la Organización Mundial de la Salud pida priorizar a países con pocas vacunas.

“Estamos haciendo más que cualquier otro país”, dijo Biden al referirse a las donaciones que el país ha hecho a más de 100 países. Para 2022, EE.UU. habrá enviado más de mil millones de vacunas.

Biden destacó el viernes que la Agencia de Drogas y Alimentos (FDA) terminó su “revisión científica independiente” sobre la vacuna Pfizer con base en la cual las personas elegibles podrán recibir su dosis extra.

Entre esa gente se encuentran aquellos de 65 años o mayores, adultos mayores de 18 años con obesidad o diabetes y otros problemas de salud.

También se considerará a personas en mayor riesgo, debido al lugar donde trabajan o viven, como los maestros, cuidadores de niños, enfermos o adultos mayores, así como empleados de supermercados.

Adicional a ello, esas personas deberán esperar seis meses después de su segunda dosis de inmunización. Ese universo de personas es de 60 millones, indicó el mandatario.

Todavía no hay información para las personas que recibieron vacunas de Moderna y Johnson & Johnson, pero el Gobierno analiza los pasos a seguir.

Los datos recientes de CDC indican que el 55.3% de toda la población elegible está completamente vacunada y 64.3% tiene al menos una dosis.

Entre los adultos de 18 años o mayores, el 66.6% tiene sus dosis completas, mientras el 77% solamente una; mientras que entre aquellos entre 12 a 18 años, el 64.7% tienen dosis completas y 75.2% al menos una.

La variante Delta se volvió predominante en los EE.UU., donde ya se reportan 43.7 millones de casos de coronavirus con una tasa diaria de más de 24,000 nuevos contagios; las muertes, sin embargo, han bajo a un promedio de 250 al día.


Joe Biden recibiendo su tercera dosis de Pfizer (REUTERS/Kevin Lamarque)
Joe Biden recibiendo su tercera dosis de Pfizer 

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, recibió este lunes su tercera dosis de la vacuna contra el Covid-19, anunció la Casa Blanca.

Biden, de 78 años, recibió “una vacuna de refuerzo contra el Covid-19″ de acuerdo con las pautas sanitarias estadounidenses. El mandatario también habló sobre el combate a la pandemia a las 13 (hora local, 17 GMT).

La FDA y CDC analizaron toda la información y determinaron que una tercera dosis de la vacuna Pfizer es segura y efectiva. La semana pasada detallaron quiénes deberían aplicarse estas dosis de refuerzo por ahora. Sé que no lo parezco pero tengo más de 65 años y por eso la recibiré”, bromeó durante un mensaje a la población minutos antes de aplicarse la vacuna.

“Lo más importante que debemos hacer es vacunar a más personas”, afirmó, y agregó que no tuvo efectos secundarios después de su primera o segunda inyección.

Y finalizó: “Por favor, hagan lo correcto. Por favor, pónganse las vacunas. Podría salvar sus vidas”.

El mandatario recibió su primera dosis el 21 de diciembre y la segunda tres semanas después, el 11 de enero, junto con su esposa, Jill Biden, días antes de asumir el cargo tras vencer en noviembre. No estaba claro si la primera dama también recibiría la dosis de refuerzo el lunes.

La aplicación de la primera dosis, el 21 de diciembre en Delaware (Reuters)
La aplicación de la primera dosis, el 21 de diciembre en Delaware

El viernes, después de que los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades y la Administración de Alimentos y Medicamentos autorizaran el refuerzo de Pfizer, Biden dijo a los periodistas: “Me pondré la vacuna de refuerzo. Es difícil reconocer que tengo más de 65 años, pero me pondré la vacuna de refuerzo”. "

La vicepresidenta Kamala Harris, de 56 años, recibió la vacuna Moderna, para la que los reguladores federales aún no han autorizado refuerzos, pero se espera que lo hagan en las próximas semanas.

Biden ha convertido en un defensor de las dosis de refuerzo este verano, cuando Estados Unidos experimentó un fuerte aumento de los casos de coronavirus de la variante delta, más transmisible. Aunque la gran mayoría de los casos siguen produciéndose entre personas no vacunadas, los reguladores señalaron las pruebas de Israel y los primeros estudios en Estados Unidos que mostraban que la protección contra los denominados casos avanzados mejoraba enormemente con una tercera dosis de la vacuna de Pfizer.

Sin embargo, la agresiva presión de Estados Unidos en favor de los refuerzos, antes de que muchos países más pobres hayan podido proporcionar siquiera un mínimo de protección a sus poblaciones más vulnerables, ha provocado la ira de la Organización Mundial de la Salud y de algunos grupos de ayuda, que han pedido a Estados Unidos que suspenda las terceras inyecciones para liberar suministros para el esfuerzo de vacunación mundial.

Biden dijo la semana pasada que Estados Unidos iba a comprar otros 500 millones de dosis de la vacuna de Pfizer -para un total de 1.000 millones durante el próximo año- para donarlos a las naciones menos favorecidas.

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