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Algunos de los implicados en la "Operación 13" entregaron el dinero al ministerio público


Santo Domingo, RD.

Parte de las estrategias que utiliza el ministerio público en el proceso de investigación de los casos que sigue, para obtener información de cómo ocurrieron los hechos, es llegar a acuerdos con los imputados y que de esta forma obtengan penas menos severas en el conocimiento de medida de coerción.

Así ocurrió en la “Operación 13”, por el fraude efectuado el pasado primero de mayo con el bolo 13, en el sorteo nocturno en la Lotería Nacional.

En el conocimiento de medida de coerción se dictó un año de prisión preventiva contra el exadmoinistrador de la Lotería, Luis Maisichell Dicent; William Lizandro Rosario Ortiz, Eladio Batista Valerio (el Gago).

Presentación periódica para Rafael Mesa Nova,  Miguel Arsenio Mejía Rodríguez y el camarógrafo Edison Manuel Perdomo Peralta,  además que a este último se le impuso un pago de garantía de medio millón de pesos e impedimento de salida.

A Valentina Rosario Cruz, Jonathan Brea, Carlos Berigüete y Felipe Santiago Toribio se les dictó arresto domiciliario y colocación de brazalete electrónico.  

De acuerdo al titular de la Procuraduría Especializada de Persecución de la Corrupción Administrativa (Pepca), Wilson Camacho, una de las razones para variar la solicitud que hizo el ministerio público al inicio del conocimiento de la medida de coerción, consistente en prisión, es que colaboraron con la investigación proporcionando información.

Dijo además que “devolvieron el dinero que se les había entregado”.


Carlos Manuel Berigüete Pérez, uno de los imputados en la Operación 13, aseguró que participó en el sorteo fraudulento del 1 de mayo en la Lotería Nacional bajo presión, por miedo a perder su trabajo en esa institución.

Así lo informó una fuente de entero crédito a este medio, quien también afirmó que la otra motivación que tenía Berigüete para mantener su empleo era su familia, ya que todos estos dependían de él para gozar de seguro médico.

Asimismo, confirmó que el primer contacto que tuvo con los coimputados que componían “la alta gerencia” del entramado, fue en un almuerzo que tuvo lugar en un popular restaurante ubicado en la avenida George Washington del Distrito Nacional.

De acuerdo a la fuente, Berigüete fue contactado por primera vez por Eladio Batista (también conocido como “el Gago”) en junio del año pasado, quien le dijo que necesitaba conversar con él de manera urgente.

Ya pautado el encuentro, el Gago llega al establecimiento acompañado por Leónidas “Nazaret” Medina Arvelo y le presentan a William Rosario, expresidente de la Federación Nacional de Bancas de Lotería de la República Dominicana (Fenebanca) y acusado de ser uno de los principales arquitectos del engaño.

Allí comienzan a cimentar las bases del proceso de reclutamiento para el plan del amaño, y al final de la reunión Rosario le dijo a Berigüete que estarían en contacto.

Ya cuando Luis Maisichell Dicent es designado por el presidente Luis Abinader como el titular de la Lotería Nacional, algo que Rosario sabía de semanas antes de que se emitiera el decreto, Nazaret se comunica con Carlos.

Junto con Batista, Medina Arvelo le explicó a Berigüete necesitan a alguien que tenga influencia sobre la organización de los sorteos, y este le sugirió a Jonathan Augusto Brea Ovalles, según contó la fuente a LISTÍN DIARIO, reiterando su temor a ser despedido de no cumplir con las tareas impuestas.

Tras la reunión de Brea Ovalles con Rosario, este le aseveró a Carlos que la “alta gerencia” los ayudaría a ascender de puesto, si cooperaban con la planificación.

Otra labor que tuvo Berigüete fue escoger el no vidente que estaría dispuesto a participar en el fraude, por lo que se contactó Rafael Mesa Nova, quien transportaba a este personal a los sorteos.

Por su parte, Mesa Nova hizo lo propio con el no vidente Miguel Mejía, que procedió a unirse al grupo.

Pasó el tiempo y ocurrieron múltiples reuniones a las que se fueron sumando más personas, como Felipe Santiago Toribio (Chago) y una persona no identificada, descrita como un conocido de Rosario que operaba en el extranjero.

Para marzo de este año se habían realizado múltiples reuniones, muchas en la casa de Chago, donde se llevaban a cabo los ensayos para el sorteo, y donde le advirtieron que no podían jugar el número “ganador” porque esa apuesta se realizaría en el extranjero.

De igual manera la fuente aseguró que el día del sorteo le fue exigido a Carlos encargarse de que ese sorteo no fuese transmitido por las redes sociales, tarea que aceptó, a pesar de que tuvo que cambiar de turno con un compañero de trabajo.

Días después de que se cometió el fraude, a Berigüete le encomendaron entregar el dinero prometido como soborno a los reclutados, aunque no se pudo concretar la entrega completa porque ya se había develado la maniobra fraudulenta y las autoridades estaban al tanto de lo que sucedió.

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