Lewis Hamilton solo tiene que ir descontando Grandes Premios y gestionar la enorme ventaja que le lleva al único hombre que puede hacerle sombra en el campeonato, Sebastian Vettel. El triunfo del británico en Hungría se gestó tras una gran carrera y la ayuda de los mecánicos de Vettel, que no estuvieron finos en el cambio de neumáticos que el piloto germano realizó en la vuelta 39. Ese error le hizo perder un tiempo valiosísimo que le obligó a salir por detrás de Valtteri Bottas.
El finlandés, segundo, fue cerrando todas las puertas para evitar el adelantamiento de Vettel, que veía cómo su apuesta por los ultrablandos no servía de nada. Bottas apostó por el trabajo de equipo y ayudó a Hamilton a lograr una nueva victoria para Mercedes. Taponó Ferrari todo lo que pudo hasta que sus gomas empezaron a a flaquear. Mas de veinte vueltas realizando el trabajo sucio y sacrificándose por su jefe de equipo. Fue toda la emoción que deparó el Gran Premio de Hungría. El circuito de Hungaroring, poco a dado a los adelantamientos, no permitió demasiadas alegrías, salvo las pasadas de un Ricciardo lanzado y ofreciendo el escaso espectáculo que se pudo ver este domingo. Toda la emoción que depara la lluvia, como se pudo comprobar en Alemania y este pasado sábado en las clasificatorias, es directamente proporcional al tedio que pude trasladarse durante 70 vueltas cuando no hay excesivos cambios meteorológicos. Hamilton demostró su supremacía, la misma que enseñó en la clasificación y dominó la carrera desde el primer minuto, marcando vueltas rápidas y gestionando sus neumáticos y la estrategia. Esto obligaba a Vettel a probar un plan nuevo e imprevisto pero ni la estrategia ni sus mecánicos estuvieron acertados. A falta de cinco vueltas hubo un destello de emoción, cuando Vettel adelantó a Bottas y la pelea del finlandés acabó con el toque entre ambos, que dejó el Mercedes tocado, con el alerón delantero dañado y el Ferrari de Vettel milagrosamente ileso. La polémica estaba servida ante la excesiva agresividad de Vettel de que se negó a darle el mínimo espacio a Bottas tras adelantarle. Seguramente, la frustración del piloto de la flecha plateada serviría para explicar el contacto con el coche de Ricciardo, cuando el australiano ya le había rebasado. La sanción para Bottas estaba cantada.
Los pilotos españoles acabaron en los puntos. Mejor estuvo Fernando Alonso que Carlos Sainz. El asturiano se regaló un octavo puesto por su cumpleaños y cumplió sus pronósticos del sábado cuando aseguró que si realizaba una buena salida podría puntuar. En cambio, el madrileño, que partía quinto en la parrilla de salida tras una impresionante calificatoria, acabó el Gran Premio en novena posición. El primer tramo de la temporada llega a su fin con un Hamilton destacado a 24 puntos de Vettel. «Sguramente me iré a la playa», aseguraba el británico completamente feliz tras darlemán solo tendrá nueve Grandes Premios para tratar de recuperar el liderato. El primero de ellos en Bélgica, el 24 de agosto.
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