Cuando todavía la sociedad francomacorisana no se repara del dolor que originó la muerte del doctor Luis Báez del Rosario, recibió los rayos del solo del nuevo día con la sentida muerte del profesor Leovigildo Salazar Ventura, luminaria por excelencia de muchas generaciones de profesionales este pueblo.
Las balas, las bombas y culatazos que ofrecían la Policía y los Cuerpos Represivos del Gobierno de los 12 años del doctor Balaguer en las décadas del 60 y 70 contra estudiantes y profesores en el Liceo Viejo, nunca lograron arrodillarlo a sus pies y mucho menos que delegara en otros, la responsabilidad de gestionar la libertad de los apresados y golpeados.
En esos tiempos difíciles fue el primer Secretario General de la Histórica y Combativa ADP, nunca puso a media asta la Bandera de lucha revolucionaria que con tanta valentía y arrojo patrio dejaron sembrada en las escarpadas montañas de Quisqueya, Manolo y Caamaño.
Desde el Colegio Renacimiento, abonó un semillero de hombres y mujeres de bien, que en su gran mayoría exhiben con honor en su pecho la ética, la disciplina y el amor sin reservas a quienes fueron garantes de nuestra Independencia Nacional.
Con la muerte del profesor Leo Salazar, la sociedad francomacorisana y de manera especial la fundación “Caamaño” y el sector educativo público y privado, pierde a uno de sus mejores soportes y pieza importante para el enriquecimiento cultural de estos tiempos.
Este pueblo debe sentirse orgullo el haber tenido por 76 años al profesor Leo Salazar, estandarte de buenos valores, que la presente y futuras generaciones están convocados reivindicar, si en verdad queremos una Patria libre e independiente de toda potencia extranjera, como planteó el patricio Juan Pablo Duarte.
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