Los ataques cardiacos graves están afectando cada vez más a personas jóvenes y obesas, además de que las cifras de enfermedades como la hipertensión arterial, diabetes y enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) permanecen en niveles elevados, esto según hallazgos que serán presentados en la 65ª Sesión Científica Anual del Colegio Estadounidense de Cardiología en Chicago, Illinois.
Dentro de los factores que influyen en el riesgo de padecer ataques cardiacos podemos encontrar aquellos controlables por la persona, como los hábitos alimenticios, la realización de ejercicio y el tabaquismo, y por otro lado tenemos lo no controlables como la edad y los antecedentes familiares.
El infarto de miocardio con elevación de ST (IAMCEST) es el tipo de ataque cardiaco más severo y potencialmente mortal y se presenta cuando alguna de las arterias principales del corazón se bloquean con placas de grasa impidiendo así el paso de sangre al corazón.
En un reciente estudio se examinaron los factores de riesgo para desarrollar enfermedad cardiaca en cerca de 3,900 pacientes previamente tratados entre los años 1995 y 2014 por IAMCEST.
La edad promedio de los pacientes se encontraba entre los 60 y 64 años de edad, los rangos de obesidad entre todos los pacientes del estudio se halló en aproximadamente el 31 y el 40% de estos, diabetes entre el 24 y el 31%, hipertensión arterial entre 55 y 77% y con EPOC entre un 5 y un 12%; la proporción de fumadores se halló entre el 28 y el 46%.
El porcentaje de pacientes que presentaron tres o más de los factores de riesgo antes dichos fue de entre 65 y 85% lo cual se traduce en cifras realmente alarmantes.
A pesar de que existen buenos tratamientos para las enfermedades cardiacas, la clave para evitar consecuencias graves para nuestra salud está en la prevención brindada por los médicos, no únicamente por los cardiólogos. La prevención debe ser prevista desde los médicos generales quienes por lo general son los que tienen los primeros contactos con los pacientes.
Al realizar chequeos de rutina a través de estudios de sangre o electrocardiogramas, el médico podrá señalar la importancia que tiene la baja de peso, la alimentación saludable y la realización de ejercicio para el paciente en riesgo y, por supuesto también, para el paciente con poco riesgo para que en un futuro no comience a desarrollar factores de riesgo.
Recuerda siempre consultar con tu médico sobre cualquier duda sobre tu estado de salud y nunca optar por automedicarte.
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