
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, regresó hoy a Washington tras su histórico viaje de cinco días a Cuba y Argentina para impulsar la relación bilateral con ambos países.
El avión presidencial, el Air Force One, aterrizó hoy a las 8.25 hora local (12.25 GMT) en la Base Aérea de Andrews, situada en Maryland y a las afueras de Washington, tras un vuelo de nueve horas y doce minutos desde Buenos Aires (Argentina).
Obama partió el pasado domingo desde esa misma base hacia La Habana acompañado de la primera dama, Michelle, sus hijas, Malia y Sasha, y su suegra, Marian Robinson.
La visita de Obama a Cuba fue la primera de un mandatario estadounidense en ejercicio a la isla en casi 90 años y tuvo por objetivo sellar el proceso de normalización de relaciones iniciado por ambos países en diciembre de 2014, tras más de medio siglo de enemistad.
Obama y su familia pasaron tres días en La Habana, donde su intensa agenda incluyó una reunión con la disidencia y la sociedad civil, además de un discurso televisado y radiado en el que el presidente defendió la democracia ante el pueblo cubano.
El viaje latinoamericano continuó el miércoles en Argentina, la primera visita de un presidente estadounidense al país en 19 años.
Aunque un poco eclipsado por la visita a Cuba, ese viaje representó también un gran avance para sus relaciones bilaterales, facilitado por la llegada al poder de Mauricio Macri tras siete años de tensiones entre la Casa Blanca y el Gobierno de Cristina Fernández (2007-2015).
El momento más simbólico del viaje fue la visita el jueves, junto a Macri, al Parque de la Memoria, un paseo al aire libre dedicado a recordar a las víctimas de la última dictadura militar argentina (1976-1983).
El viaje latinoamericano de los Obama también tuvo algunos momentos de asueto, como el partido de béisbol del martes en La Habana y la visita privada del jueves a Bariloche, uno de los principales destinos turísticos de la Patagonia argentina.
La ausencia de Obama de Washington durante los atentados terroristas de Bruselas del martes, que causaron 31 muertos y más de 300 heridos, fue duramente criticada por los precandidatos republicanos a la Casa Blanca.
Obama estuvo informado en todo momento y se pronunció sobre los atentados en sus discursos tanto en La Habana como en Buenos Aires, en los que volvió a pedir unidad para combatir al grupo yihadista Estado Islámico (EI).
Este fue el viaje número 45 de los siete años de Obama en la Casa Blanca y, con Cuba y Argentina, son ya 53 el número de naciones que ha visitado, según los cálculos de la prensa especializada.
A ritmo de tango los Obama bailando tango en Argentina
Cuando estás en Argentina, tienes que bailar tango.
El presidente Barack Obama y la primera dama Michelle Obama bailaron con bailarines profesionales el miércoles durante una cena de Estado en el Centro Cultural Kirchner en Buenos Aires.
El evento comenzó con una actuación de baile para los invitados a la cena. Una pareja de bailarines actuaba mientras el presidente argentino, Mauricio Macri, explicaba aspectos de la danza de Obama.
La bailarina luego le pidió a Obama que fuera a la pista, mientras el intérprete masculino pidió lo mismo a Michelle.
Obama está en Argentina para discutir la agenda de reformas del nuevo gobierno. La Casa Blanca espera que con el viaje se incremente la cooperación en el comercio y la inversión para los estadounidenses.
Barack Obama llega a Argentina para reactivar relación bilateral
Avión presidencial, conocido como el Air Force One aterrizó en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza a las 01.10 de la madrugada
BUENOS
AIRES. El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, llegó hoy a
Argentina, donde realizará una visita de dos días que persigue la
reactivación de la confianza mutua y la cooperación entre las dos
naciones.
El avión presidencial, conocido como el Air Force One y en el que viajaban Obama y su familia, aterrizó en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza a las 01.10 hora local del miércoles (04.10 GMT) procedente de La Habana, con 20 minutos de retraso sobre el horario previsto.
En una plataforma aeroportuaria espectacularmente iluminada, recibieron al presidente estadounidense la ministra de Relaciones Exteriores y Culto, Susana Malcorra, y la jefa de Protocolo, la embajadora Betina Alejandra Pasquali de Fonseca, así como el embajador de los Estados Unidos en Argentina, Noah Mamet.
Acompañado de su esposa Michelle, sus hijas Sasha y Malia y su madre política, Marian Robinson, Obama conversó unos minutos con Malcorra al pie de la escalerilla del avión oficial, donde estaba estacionado el Cadillac presidencial, un vehículo altamente blindado al que popularmente se le conoce con el nombre de “la bestia”.
Obama, con traje oscuro y corbata, fue el primero en descender por la escalerilla del Air Force One, casi a la par de su esposa, que lucía un vestido azul con una llamativa banda naranja, seguidos de Sasha y Malia, que llevaban un atuendo informal, y de la abuela de ambas.
Inmediatamente después, la comitiva presidencial emprendió rumbo a la residencia oficial del embajador estadounidense, el palacio de Bosch, que será el hogar de los Obama durante su estancia en Buenos Aires, en medio de un importante dispositivo de seguridad.
Tras descansar unas horas en el palacio de Bosch, símbolo del resplandor y la elegancia arquitectónica de principios del sigo XX, Barack Obama se reunirá con el presidente argentino, Mauricio Macri, y cumplirá en Buenos Aires una apretada agenda que comprende un homenaje a las víctimas de la última dictadura militar de este país (1976-1983).
La jornada de trabajo comenzará con una reunión de ambos mandatarios en la Casa Rosada, seguida de una conferencia de prensa conjunta. Mientras tanto, Michelle Obama se verá con un grupo de niñas de la iniciativa “Let Girls Learn”, destinada a promover el liderazgo.
Finalizada la sesión de trabajo en la sede presidencial, Obama y Macri cruzarán la Plaza de Mayo, donde se halla la Casa Rosada, para dirigirse a la catedral, lugar en el que realizarán una ofrenda floral al libertador José de San Martín.
Después el presidente de EEUU celebrará un breve encuentro con el personal de la embajada estadounidense y, en un centro cultural, una reunión de trabajo participativa con jóvenes.
Para cerrar la jornada del miércoles, el matrimonio Obama asistirá a una cena de Estado ofrecida por Macri en el centro cultural Néstor Kirchner.
El jueves, antes de emprender una visita privada a Bariloche (en la Patagonia, al suroeste del país), Obama visitará el Parque de la Memoria para recordar a los miles de desaparecidos que dejó la última dictadura militar (1976-1983) precisamente el día en el que se cumple el 40 aniversario del golpe de Estado que la instauró.
Debido a los atentados terroristas ocurridos en Bruselas, el Gobierno argentino decidió elevar el grado de alerta de las fuerzas de seguridad por la visita del mandatario.
El avión presidencial, conocido como el Air Force One y en el que viajaban Obama y su familia, aterrizó en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza a las 01.10 hora local del miércoles (04.10 GMT) procedente de La Habana, con 20 minutos de retraso sobre el horario previsto.
En una plataforma aeroportuaria espectacularmente iluminada, recibieron al presidente estadounidense la ministra de Relaciones Exteriores y Culto, Susana Malcorra, y la jefa de Protocolo, la embajadora Betina Alejandra Pasquali de Fonseca, así como el embajador de los Estados Unidos en Argentina, Noah Mamet.
Acompañado de su esposa Michelle, sus hijas Sasha y Malia y su madre política, Marian Robinson, Obama conversó unos minutos con Malcorra al pie de la escalerilla del avión oficial, donde estaba estacionado el Cadillac presidencial, un vehículo altamente blindado al que popularmente se le conoce con el nombre de “la bestia”.
Obama, con traje oscuro y corbata, fue el primero en descender por la escalerilla del Air Force One, casi a la par de su esposa, que lucía un vestido azul con una llamativa banda naranja, seguidos de Sasha y Malia, que llevaban un atuendo informal, y de la abuela de ambas.
Inmediatamente después, la comitiva presidencial emprendió rumbo a la residencia oficial del embajador estadounidense, el palacio de Bosch, que será el hogar de los Obama durante su estancia en Buenos Aires, en medio de un importante dispositivo de seguridad.
Tras descansar unas horas en el palacio de Bosch, símbolo del resplandor y la elegancia arquitectónica de principios del sigo XX, Barack Obama se reunirá con el presidente argentino, Mauricio Macri, y cumplirá en Buenos Aires una apretada agenda que comprende un homenaje a las víctimas de la última dictadura militar de este país (1976-1983).
La jornada de trabajo comenzará con una reunión de ambos mandatarios en la Casa Rosada, seguida de una conferencia de prensa conjunta. Mientras tanto, Michelle Obama se verá con un grupo de niñas de la iniciativa “Let Girls Learn”, destinada a promover el liderazgo.
Finalizada la sesión de trabajo en la sede presidencial, Obama y Macri cruzarán la Plaza de Mayo, donde se halla la Casa Rosada, para dirigirse a la catedral, lugar en el que realizarán una ofrenda floral al libertador José de San Martín.
Después el presidente de EEUU celebrará un breve encuentro con el personal de la embajada estadounidense y, en un centro cultural, una reunión de trabajo participativa con jóvenes.
Para cerrar la jornada del miércoles, el matrimonio Obama asistirá a una cena de Estado ofrecida por Macri en el centro cultural Néstor Kirchner.
El jueves, antes de emprender una visita privada a Bariloche (en la Patagonia, al suroeste del país), Obama visitará el Parque de la Memoria para recordar a los miles de desaparecidos que dejó la última dictadura militar (1976-1983) precisamente el día en el que se cumple el 40 aniversario del golpe de Estado que la instauró.
Debido a los atentados terroristas ocurridos en Bruselas, el Gobierno argentino decidió elevar el grado de alerta de las fuerzas de seguridad por la visita del mandatario.

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