Entre los acusados está la dueña del edificio que estalló y en donde murieron dos hispanos
Vance hizo el anuncio en una rueda de prensa donde informó que María Hrynenko (56), propietaria del edificio localizado en el 121 de la Segunda Avenida, su hijo, Michael Hrynenko (30) el contratista general Dilber Kukicy (40) así como el plomero Athanasios Loannidis (59), quien no tenía licencia, enfrentan a varios cargos, incluyendo el de homicidio en segundo grado, homicidio por negligencia, imprudencia temeraria, asalto y proporcionar declaración falsa.
Entre tanto, el quinto acusado, el plomero Andrew Trompetta, enfrenta cargos menores por prestar supuestamente su licencia a Loannidis, quien suplantó este documento como propio para trabajar, aseveró Vance.
“Esta tragedia era previsible y se podía evitar completamente”, dijo el fiscal.
De acuerdo al fiscal, la familia Hrynenko en su afán de rentar los apartamentos de su edificio, los cuales no tenían instalaciones de gas, tomaron junto al contratista la decisión de efectuar tales instalaciones haciendo una serie de atajos peligrosos, lo que a la postre, según la investigación ocasionó la explosión.
Vance describió en detalle de cómo fueron evolucionando los hechos, empezando con la codiciosa propietaria del edificio y su hijo, contando con la complicidad de un contratista corrupto y un plomero sin escrúpulos, todos interesados más bien en rentar los apartamentos que recién habían sido renovados en un monto alrededor de los $6,000 por mes, que en cualquier preocupación por la seguridad.
En el colmo de la irresponsabilidad y negligencia, reveló Vance, dos de los acusados, momentos antes de la explosión una vez que se produjo el escape de gas, no informaron a los residentes, ni a los clientes en restaurante, ni tampoco llamaron al 911.
El fiscal también precisó que Dilber Kukicy fue contratado por la propietaria del edificio, María Hrynenko, para renovar los apartamentos en el edificio de seis pisos en 2013. El trabajo fue completado en 2014, pero ConEdison no aprobó el sistema de gas instalado para los apartamentos. En tal circunstancia, según la investigación, los implicados, decidieron crear su propia conexión de gas ilegal.
Finalmente agregó Vance que en agosto de 2014, los trabajadores de Con Edison, respondiendo a denuncias de varios inquilinos que dijeron que había un fuerte olor a gas, visitaron el edificio y descubrieron que una línea de conexión de servicio público destinada únicamente para el restaurante Sushi Park, había sido escogida para, a través de mangueras flexibles, suministrar gas a los apartamentos.
“Hacer este tipo de instalaciones con el sistema de gas y las conexiones eléctricas -como ocurrió en este caso – tiene el efecto de una arma explosiva”, enfatizó Vance.
La investigación realizada por el fiscal de Manhattan junto a varias agencias de la ciudad, principalmente los departamentos de Bomberos, de Policía y el de Edificios, reveló que los plomeros conectaron mangueras flexibles para aprovecharse ilegalmente de las líneas de gas del restaurante de la planta baja, lo cual lo hicieron varias veces.
En un pronunciamiento escrito, el Acalde de Nueva York Bill de Blasio dijo que, “Los individuos involucrados en la explosión de gas de East Village mostraron una evidente indiferencia e insensibilidad a la vida humana. Nos alienta que ahora los acusados serán llevados ante la justicia y obligados a responder por sus acciones criminales”.
De su parte la compañía ConEdison también se congratuló con la investigación que condujeron el fiscal de Manhattan y las agencias de la ciudad.
para llevar a cabo una investigación completa y exhaustiva de la tragedia del East Village.
“Hemos cooperado con las autoridades en el proceso y proporcionado toda la documentación e información que solicitaron. Continuamos trabajando estrechamente con la ciudad para informarles inmediatamente sobre las condiciones no autorizadas que encontramos, así como tomar medidas para eliminar cualquier situación de peligro”.
ConEdison aprovechó la oportunidad para recordar encarecidamente a los neoyorquinos que ante el “olor a gas, se debe actuar rápido”, y llamar al 911 o su compañía de gas inmediatamente cuando sospechan de algún escape de gas.
En la explosión murieron dos hispanos, el guatemalteco Moisés Locón, quien trabajaba en el restaurante y Nicholas Figueroa de 23 años, que se encontraba esperando a su novia dentro del local.
La fatal explosión ocurrió el 26 de marzo del 2015 en el restaurante Sushi Park, localizado en el 121 de la 2da. Avenida entre las calles 7 y Saint Mark Place produjo además de la destrucción total de este inmueble de 6 plantas, el colapso de un edificio aledaño y daños considerables en un tercero.
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