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Robos de leche de fórmula, un problema en todo EEUU


Los ladrones roban de forma sistemática el alimento para niños y lo revenden a padres que desconocen su origen.

SALT LAKE CITY, Utah, EE.UU. La reciente detención de tres personas en Utah acusadas de robar leche de fórmula para bebés por valor de miles de dólares es un nuevo ejemplo de un problema que según las autoridades desespera a tiendas y policías en todo el país. Los ladrones roban de forma sistemática el alimento para niños y lo revenden a padres que desconocen su origen.
La leche de fórmula es un gasto importante para muchos padres recientes, ya que las latas pequeñas cuestan en torno a 20 dólares y las mezclas especiales o con receta el doble o el triple.
También tienen mucha demanda. Más de un tercio de los bebés consume leche de fórmula además de la materna en sus primeros seis meses, según estimaciones de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades. A menudo, los niños destetados siguen tomando leche de fórmula en sus primeros años de vida.
El alto precio y la amplia demanda lo convierten en un objetivo atractivo para los ladrones, que suelen vender los productos robados en mercadillos u ofrecerlos en sitios web como Craiglist o eBay.
A finales de diciembre, la policía en Logan, unas 80 millas al norte de Salt Lake City, confiscó 422 latas de fórmula robada por valor de entre 8.000 y 10.000 dólares. Procedían de tiendas en Logan y otras tres ciudades del norte de Utah, y las autoridades buscan lazos con otros robos recientes en ciudades de Idaho a unas 150 millas de distancia, indicó el capitán de policía Curtis Hooley.
En Pleasanton, California, se informa del robo de grandes cantidades de leche de fórmula al menos una vez al mes. Los ladrones suelen atacar varias tiendas en la zona de la bahía de San Francisco, dijo el teniente Kurt Schlehuber.
El oficial dudó que los culpables fueran padres que intentaban alimentar a sus hijos.
“Hay gente ganando dinero de venderlo”, comentó.
La policía de Pleasanton detuvo en abril a dos personas sospechosas de robar docenas de latas del producto.
Unos agentes los habían visto salir corriendo de una tienda con cestas de compra llenas de fórmula. Pero las detenciones son poco habituales, ya que la policía suele tener sólo un rostro anónimo grabado por una cámara de seguridad, dijo Schlehuber.
En todo el país, las autoridades han registrado en los últimos años golpes con botines que iban de los miles a varios millones de dólares.
Las autoridades de Florida detuvieron en 2009 a 21 personas acusadas de formar un elaborado entramado de robos que habría arramplado con más de 2 millones de dólares en leche de fórmula.
Los investigadores que trabajaron en esa operación —llamada “Operación Leche Caliente”— dijeron que los ladrones cobraban entre 100 y 300 dólares al día y cambiaban de aspecto para llevarse la fórmula en bolsas. Atacaban 15 tiendas diarias o más y después volvían a empaquetar la leche de fórmula y la vendían en otros estados, según las autoridades.
El Infant Nutrition Council of America, asociación de fabricantes de leche de fórmula, no tiene estadísticas de robos pero señala que es un problema constante en todo el país.
“No hablamos de robos menores”, dijo Jennifer Hatcher, vicepresidenta senior para asuntos públicos y de gobiernos en el Food Marketing Institute, que representa a cadenas de supermercados, pequeñas tiendas de alimentación, farmacias y otros minoristas de alimentos.
Los grandes robos son un problema especialmente costoso para muchas de estas tiendas, obligadas a mantener una cantidad mínima de fórmula en sus estantes para aceptar clientes que gasten dinero proporcionado por un programa federal de alimentación para mujeres, bebés y niños conocido como WIC.
La industria lleva unos 15 años trabajando contra los robos, dijo Hatcher.
Para los padres, la fórmula robada puede ser un riesgo de seguridad.
No tienen certeza de que lo que compran se haya almacenado a la temperatura adecuada o no haya caducado. Algunas tramas sofisticadas de robo incluso imprimían etiquetas falsas para hacer que un producto basado en leche de vaca pareciera una fórmula más cara de soja o arroz diseñada para niños con alergias a la leche, dijo Hatcher.
Mardi Mountford, director ejecutivo del consejo de nutrición, recomendó comprar la fórmula sólo a través de establecimientos fiables, ya fuera en tiendas físicas o por internet.
Erica Otten, una madre de Tabernacle, New Jersey, dijo comprender la tentación de los padres de intentar ahorrar en un producto costoso al comprar una versión con descuento en internet.
Su hija de cinco meses tiene alergia a una proteína que requiere una fórmula específica que cuesta 32 dólares por cada lata de 0,45 kilos (una libra), que dura cuatro días como mucho. Aun así, Otten se atiene a las tiendas conocidas.
“Da miedo porque una está alimentando a su bebé”, dijo. “Lo reviso todo como una loca: la fecha de caducidad, que esté sellada”.
Para compensar el precio, Otten se apuntó cuando estaba embarazada a un programa de los fabricantes para recibir cupones. Ahora cambia los cupones que no necesita con otras madres de todo el país.
Algunas tiendas toman medidas adicionales contra los robos y mantienen la fórmula bajo llave. Otras imprimen los nombres y ubicaciones de las tiendas en los envases para alertar a consumidores y policía si el producto robado aparece en otro lugar, dijo Hatcher.
Cuando se producen grandes robos, se proporcionan los números de serie a sitios web como eBay que puedan supervisar las ofertas de estos productos.
Para combatir la demanda en el mercado negro, las autoridades federales empezaron a exigir a las tiendas de alimentación que participaran en el programa WIC para comprar la fórmula sólo a través de mayoristas autorizados.
“Cada una de estas tácticas parece haber aliviado parte de su capacidad para revender el producto con rapidez”, dijo Hatcher. “Eso no significa que no siga siendo un producto tremendamente atractivo para robar”.

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