No es ningún secreto que hoy más que nunca los perros hayan
pasado a tomar un lugar protagónico en la vida de millones de familias
alrededor del mundo. Reconocidos históricamente como los mejores amigos
del hombre, los canes tienen a su disposición un número cada vez mayor
de productos y servicios que permiten mejorar su calidad de vida y
salud.
Las
empresas que forman parte de esta creciente industria capitalizan al
máximo el estrecho vínculo entre el hombre y sus mascotas y existe una
clara tendencia hacia productos cada vez más premium que a la vez
generan mayores ingresos para quienes los fabrican.
Problemas
que afectan a la población humana, como la obesidad, lamentablemente
están siendo trasladados al colectivo canino: son cada vez más animales
que sufren enfermedades asociadas a la obesidad, producto de la mala
alimentación y pobre racionalización de las porciones.
La
tendencia en alimentación para animales copia la moda de alimentos
orgánicos, sin conservantes ni aditivos que cada vez gana más adeptos
entre humanos. Alimentos crudos que tratan de imitar la dieta primitiva
de los lobos, los antecesores del perro doméstico, buscan alejarse de
los tradicionales alimentos desarrollados para perros que, en general,
tienen ingredientes de baja calidad.
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